

María Niny Echeverry, Delegada para la Protección al Usuario de la Supersalud
La Superintendencia Nacional de Salud llegó a Armenia, Quindío, para escuchar de primera mano las denuncias de los usuarios, atender casos represados y reafirmar su compromiso con la humanización del sistema de salud en Colombia.
La capital del Quindío fue escenario de un encuentro ciudadano liderado por la Superintendencia Nacional de Salud, en el que decenas de usuarios, veedores y familiares de pacientes expusieron las dificultades que enfrentan a diario en la atención médica. La cita, marcada por testimonios cargados de angustia, se convirtió en un espacio donde las quejas encontraron eco y compromiso institucional.
Uno de los relatos más conmovedores fue el de Nidia Cifuentes Gómez, quien acompañaba a su madre de ochenta y cuatro años, paciente con arritmia cardiaca y EPOC. En medio del auditorio explicó que los medicamentos son indispensables para mantenerla estable y que, cuando no están disponibles, la situación se vuelve crítica. “Los medicamentos son vitales, no le pueden faltar. Si no los tiene, se descompensa totalmente”, afirmó con preocupación, reflejando la vulnerabilidad de miles de familias que dependen de tratamientos permanentes.
El encuentro estuvo encabezado por María Niny Echeverry, asesora de la Supersalud, quien recordó que la instrucción del Gobierno nacional es clara: llegar a los territorios, escuchar y actuar. Con voz firme enfatizó que la entidad no asiste como observadora, sino como garante de derechos. “Estamos aquí por una orden directa y expresa del presidente Gustavo Petro y del superintendente Giovanni Robiano: tenemos que resolver, hay que arreglar los problemas de salud de la gente”, puntualizó.
🟦 “ESTAMOS AQUÍ POR UNA ORDEN DIRECTA Y EXPRESA DEL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO Y DEL SUPERINTENDENTE GIOVANNI ROBIANO: TENEMOS QUE RESOLVER, HAY QUE ARREGLAR LOS PROBLEMAS DE SALUD DE LA GENTE.”
— María Niny Echaverry, asesora Supersalud
Las denuncias no tardaron en aparecer. El veedor ciudadano Jairo Barreto cuestionó la práctica de enviar exámenes a otras ciudades, a pesar de que en Armenia existen instituciones con capacidad de realizarlos. “Aquí mismo se podrían hacer, no entendemos por qué los envían a otros departamentos”, advirtió. Su comentario puso en evidencia una de las barreras más comunes: la fragmentación innecesaria de los servicios.
Otros asistentes, en contraste, valoraron positivamente la presencia institucional. El veedor Javier Martínez destacó que, aunque el Quindío es un departamento pequeño, la llegada de la Supersalud ha marcado la diferencia. “Vinieron a prestar el servicio y eso es algo que nosotros, los usuarios, agradecemos. No siempre se ve este acompañamiento”, reconoció.
El drama de las demoras en cirugías fue expuesto por Jorge Valencia, quien aseguró que lleva más de un año esperando un procedimiento quirúrgico que en varias ocasiones ha sido aplazado. “Hoy vine a solicitar la intervención de la Supersalud porque ya no es posible esperar más. La salud no puede ser un juego de tiempo”, manifestó, dejando claro el desgaste que sufren los pacientes frente a la negligencia de algunas instituciones prestadoras.
La jornada permitió un balance claro: los problemas del sistema persisten, con medicamentos que no llegan a tiempo, remisiones que desgastan a los pacientes y procedimientos aplazados sin justificación. Sin embargo, la presencia activa de la Supersalud en las regiones mostró que es posible abrir canales de diálogo directos, atender casos críticos y ofrecer soluciones inmediatas.
La entidad aseguró que continuará recorriendo el país con jornadas regionales para atender a los usuarios y enfrentar las deficiencias estructurales del sistema. Al cierre del encuentro, una frase sintetizó la misión institucional y fue recibida con un aplauso colectivo: “La salud no es un privilegio: es un derecho que la Supersalud se compromete a defender en cada rincón del país.”
carloscastaneda@prensamercosur.org
