

La región del Chaco boliviano está en proceso de transformación económica gracias a la construcción de una planta industrial destinada a la extracción de aceite vegetal en el municipio de Villa Montes, departamento de Tarija. Este proyecto, que cuenta con un avance del 70% y una inversión superior a los 98 millones de bolivianos, promete convertirse en un pilar estratégico para el desarrollo regional y nacional. Su objetivo principal es proveer materia prima para la elaboración de biodiésel en la planta central ubicada en Santa Cruz, reduciendo así la dependencia futura de la importación de diésel.
La planta fue gestionada por la ejecutiva Karen Sanches Valverde, quien impulsó su desarrollo con una visión clara: generar empleos, fomentar el cultivo de oleaginosas como el macororo (tártago), la soja y el maní, y posicionar a Villa Montes como un actor clave en la producción nacional e internacional de aceites vegetales. Esta iniciativa busca aprovechar el potencial agrícola de la región, que ya cuenta con zonas productoras importantes en Yacuiba y el Chaco cruceño, además de establecer vínculos con países vecinos como Paraguay y Argentina, grandes productores de oleaginosas.
La ubicación estratégica de Villa Montes, cercana al corredor bioceánico y con acceso al mercado del Mercosur, brinda una oportunidad única para expandir las fronteras comerciales de Bolivia. Este proyecto no solo beneficiará al municipio, sino también a toda la región sur del país, fortaleciendo su capacidad productiva y su integración económica con mercados internacionales. Paraguay, por ejemplo, ya está desarrollando proyectos similares para la producción de biodiésel, lo que abre la puerta a posibles alianzas comerciales entre ambos países.
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es que su financiamiento proviene completamente del gobierno central, sin generar costos adicionales para el municipio de Villa Montes. Sin embargo, como ocurre con cualquier iniciativa de gran envergadura, ha enfrentado cuestionamientos y retrasos en su ejecución. Las preocupaciones incluyen la disponibilidad de materia prima, el destino del producto final en el mercado nacional y la posibilidad de que se convierta en otro «elefante blanco», un término usado para describir proyectos que quedan abandonados por falta de planificación.
En un contexto político marcado por un próximo cambio de gobierno, es crucial que las autoridades electas del Chaco asuman su responsabilidad y garanticen la continuidad y éxito de este proyecto. Más allá de las diferencias políticas o partidarias, el enfoque debe centrarse en el beneficio colectivo y en cumplir los objetivos planteados originalmente. La planta no solo representa una oportunidad para generar empleo y dinamizar la economía local, sino también para fortalecer la autonomía productiva del país.
El desarrollo del Chaco boliviano depende en gran medida de proyectos como este, que aprovechan los recursos disponibles y buscan alternativas sostenibles ante la disminución de los ingresos provenientes de los hidrocarburos. La integración con el corredor bioceánico y el Mercosur ofrece una plataforma ideal para diversificar la economía regional y posicionar a Bolivia como un actor relevante en el comercio internacional.
Es fundamental que las autoridades locales y nacionales trabajen juntas para garantizar que este proyecto no quede en el olvido. La gestión público-privada podría ser una solución viable para asegurar su sostenibilidad a largo plazo, como ya lo han propuesto algunos candidatos en sus programas de gobierno.
La planta de extracción de aceite vegetal en Villa Montes representa una oportunidad histórica para transformar la región sur de Bolivia. Con una inversión significativa y una visión estratégica bien definida, este proyecto tiene el potencial de convertirse en un motor económico que impulse el desarrollo local, regional e internacional. Ahora más que nunca, es esencial que todas las partes involucradas trabajen en conjunto para superar los desafíos y convertir esta iniciativa en un ejemplo exitoso de planificación y ejecución.
Bolivia tiene ante sí una oportunidad única para diversificar su economía y fortalecer su posición en el mercado global. El compromiso y la acción decidida de las autoridades serán clave para garantizar que este proyecto cumpla con sus objetivos y beneficie a las generaciones presentes y futuras.
Con información Mario Chichi Ampuero / Villa Montes – Bolivia
