

LA TRAMPA DE LO “PEQUEÑO” QUE TAMBIÉN ROMPE RELACIONES
En los últimos años ha surgido un término muy utilizado en psicología de pareja y en el lenguaje popular: micro infidelidades. Este concepto hace referencia a comportamientos que, sin llegar a un encuentro físico o sexual explícito, implican un quiebre en la confianza y la exclusividad afectiva acordada en la relación.
Sin embargo, es importante dejar claro algo desde el inicio: no existen “infidelidades pequeñas” o “infidelidades grandes”. Llamarlas “micro” no las hace menos dolorosas ni menos dañinas.
¿Qué son las micro infidelidades?
Son conductas que buscan secretamente una conexión emocional, afectiva o sexual con alguien fuera de la relación principal, aunque muchas veces se justifiquen como “inocentes”. Ejemplos comunes:
- Escribir mensajes coquetos o íntimos por redes sociales.
- Ocultar conversaciones con alguien que genera atracción.
- Comparar constantemente a la pareja con otra persona.
- Buscar validación afectiva en un tercero de manera oculta.
- Mantener “amistades” con un trasfondo de interés emocional o erótico.
La falsa idea de lo “micro”
El prefijo “micro” puede dar la sensación de que se trata de algo sin importancia, un simple detalle o juego inofensivo. Pero la realidad es que, en el terreno de la confianza, no hay escala de grises:
- Cuando se rompe el pacto de transparencia, se daña el vínculo.
- La herida que genera la traición no depende de cuán “pequeño” fue el acto, sino de lo que simboliza.
- Cada conducta encubierta erosiona la base de la relación: la confianza mutua.
Consecuencias emocionales.
Las micro infidelidades dejan huellas similares a las de cualquier infidelidad:
- Inseguridad y pérdida de confianza.
- Sensación de reemplazo o de no ser suficiente.
- Confusión y dolor emocional.
- Distanciamiento y quiebre en la intimidad de pareja.
Lo que se presenta como un “detalle mínimo” puede convertirse en una bola de nieve que erosiona progresivamente el amor y el respeto.
Importancia de reconocerlas.
Reconocer estas conductas es vital para evitar que crezcan y se normalicen. Una pareja sana se construye sobre la claridad de límites:
- ¿Qué entendemos como fidelidad en nuestra relación?
- ¿Dónde comienza la traición emocional?
- ¿Qué conductas necesitamos transparentar para cuidar el vínculo?
Responder estas preguntas en pareja previene silencios dañinos y evita que lo “micro” se convierta en un quiebre mayor.
Medidas de afrontamiento.
- Definir acuerdos claros sobre fidelidad y respeto mutuo.
- Fortalecer la comunicación, expresando necesidades y carencias sin buscar sustitutos externos.
- Autoconsciencia personal: reconocer cuándo se buscan atenciones externas para compensar vacíos internos.
- Reparación honesta: si hubo una micro infidelidad, asumirla con responsabilidad y trabajar en la reconstrucción de la confianza.
- Acompañamiento terapéutico: cuando las heridas se profundizan y la pareja necesita un espacio neutral para sanar.
Las micro infidelidades no son simples juegos ni gestos inocentes. Aunque el nombre intente suavizarlas, su impacto puede ser tan destructivo como cualquier otra forma de traición. La fidelidad no se mide en tamaños, sino en la integridad con la que elegimos amar y respetar.
La pregunta central no es si lo que hicimos fue “mucho” o “poco”, sino si aquello honró o traicionó el compromiso con la persona que elegimos. Porque en el terreno del amor verdadero, no hay espacio para lo “micro” cuando se trata de la confianza.
4 honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. Hebreos 13:4 (Reina-Valera 1960).
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Dra. Elizabeth Rondón.
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