

CUIDARNOS PARA PODER CUIDAR.
En cada vuelo, la tripulación recuerda una instrucción vital:
“En caso de despresurización, coloque primero su propia máscara de oxígeno antes de ayudar a los demás.”
Aunque parece una simple medida técnica, este consejo encierra una verdad profunda para la vida diaria: si no estamos bien nosotros, no podremos ayudar genuinamente a quienes amamos.
La “máscara de oxígeno de la vida” simboliza la necesidad de autocuidado: atender nuestra salud física, emocional, mental y
espiritual antes de entregarnos plenamente a otros. No se trata de egoísmo, sino de reconocer que nadie puede dar lo que no tiene.
Causas de olvidarnos de ponernos nuestra propia máscara.
- Mandatos culturales y familiares: creer que sacrificarse por otros es la máxima expresión de amor.
- Roles de género: muchas mujeres, en su papel de madres o esposas, aprenden que deben darse por completo a los demás.
- Culpa por priorizarse: pensar que cuidarse a sí mismo es ser “egoísta”.
- Falta de conciencia emocional: no identificar las propias necesidades hasta que el desgaste es extremo.
- Presión social: la expectativa de estar siempre disponibles para los demás.
Consecuencias de no ponernos primero la máscara
- Agotamiento físico y emocional.
- Resentimiento acumulado: sentir que todo se da, pero poco se recibe.
- Disminución de la salud mental: ansiedad, depresión o sensación de vacío.
- Relaciones desequilibradas: vínculos en los que se entrega todo sin reciprocidad.
- Pérdida de identidad personal: dejar de lado proyectos y sueños propios.
Ejemplos cotidianos.
- Una madre que deja de lado su descanso y bienestar para atender siempre a sus hijos, hasta enfermarse.
- Un trabajador que asume responsabilidades extra sin cuidarse, terminando con estrés crónico.
- Una esposa que posterga sus metas y salud para sostener a su familia, pero termina sintiéndose olvidada.
- Una persona que dice constantemente “sí” a todo, aunque por dentro esté agotada.
Medidas de afrontamiento.
- Reconocer las propias necesidades: entender que el autocuidado no es un lujo, sino una responsabilidad.
- Poner límites sanos: aprender a decir “no” cuando sea necesario.
- Delegar responsabilidades: no cargar todo en los hombros propios.
- Tiempo para uno mismo: reservar momentos diarios para descansar, orar, ejercitarse o disfrutar un pasatiempo.
- Buscar apoyo: hablar con personas de confianza, asistir a terapia o unirse a comunidades de apoyo.
- Conectar con lo espiritual: recordar que en Dios encontramos fuerzas renovadas para sostenernos y sostener a otros.
El sacrificio extremo no siempre es amor, muchas veces es auto abandono. El verdadero amor nace de un corazón que primero aprende a respirar. Ponerte tu propia máscara de oxígeno significa cuidarte, sanar tus heridas, alimentar tu fe y fortalecer tu cuerpo y mente.
Solo así podrás cuidar a quienes amas sin desvanecerte en el camino.
12:3“Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 1) nos recuerda que el amor al otro no excluye el amor propio; al contrario, lo presupone.
Respira, cuídate, ponte la máscara de tu vida… y luego podrás ayudar con mayor plenitud.
Si necesitas apoyo psicológico especializado virtual individual o terapia de pareja, comunícate conmigo.
Dra. Elizabeth Rondón.
Tlf. +583165270022
Correo electrónico: Elizabethrondon1711@gmail.com
