En Tarija, los bloqueos se han convertido en una rutina tan dañina como injustificada, sobre todo cuando se los ejecutan en pleno centro de la ciudad y en horario de oficina. Mientras unos pocos grupos creen que interrumpir la circulación es la mejor manera de ser escuchados, miles de ciudadanos terminan siendo rehenes de la intransigencia.
Quienes trabajan, estudian, tienen citas médicas o deben realizar gestiones básicas se ven atrapados en un caos que les roba tiempo, energía y oportunidades. El daño es doble pues por un lado, afecta a la economía local, paralizando al comercio, al transporte y a la actividad diaria; por otro, erosiona la paciencia de una sociedad que empieza a cansarse de que siempre se elija el camino más fácil y destructivo para protestar.
El derecho a la protesta existe, pero nunca debería atropellar el derecho de los demás a trabajar y vivir en paz. Los bloqueos en horario laboral no solo son una falta de respeto, sino un acto de egoísmo que golpea más fuerte a los ciudadanos de a pie que nada tienen que ver con los reclamos.
Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y generen mecanismos de diálogo reales y eficaces. Y es hora también de que los ciudadanos nos preguntemos si queremos seguir normalizando que nuestra vida se detenga cada vez que alguien decide bloquear una calle.
Tarija merece protestas que construyan, no que destruyan.
Publicado por: La Voz de Tarija
Fuente de esta noticia: https://lavozdetarija.com/2025/09/15/editorial-bloqueos-que-asfixian-a-tarija-pero-en-horario-de-oficina/
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