

En un tiempo en el que los debates sobre identidad suelen polarizar más de lo que unen, surge desde la villa marinera Mediterránea de Santa Pola una iniciativa que ha decidido mirar al pasado para proyectar el futuro: el Protocolo de Santa Pola. Más de 50 entidades –universidades, asociaciones, institutos y colectivos de trece países hispanoamericanos, incluida España –se han unido en torno a un propósito común: reforzar los lazos culturales, académicos y humanos de la Hispanidad.
El protocolo no es un documento simbólico, sino un compromiso vivo. Entre sus líneas se dibujan objetivos concretos: impulsar la difusión de la lengua española como patrimonio compartido, fomentar proyectos educativos y tecnológicos conjuntos, y fortalecer los vínculos sociales y culturales entre las naciones de habla hispana. No se trata de nostalgia, sino de una agenda de futuro que apuesta por el mestizaje de ideas, la cooperación académica y la solidaridad como motores de desarrollo.
Detrás de este movimiento se encuentra el profesor Alberto Abascal Toca, un hombre que ha dedicado más de tres décadas a enseñar nuevas tecnologías, robótica y programación en colegios, aulas juveniles y centros de formación del profesorado. Informático y empresario, Abascal ha sabido combinar la precisión de la técnica con la calidez de un discurso que convoca a la unión. Es el principal artífice de este reto.
Como presidente de la asociación Amigos de la Hispanidad e impulsor del Protocolo, ha logrado reunir a un mosaico de instituciones y personas que creen en la vigencia del legado hispánico como fuerza de encuentro y cooperación. Su labor no se limita a los papeles: es también promotor de proyectos innovadores como el concurso internacional “La Hispanidad Brilla”, una iniciativa que busca acercar la historia compartida a los más jóvenes a través de campañas digitales y audiovisuales.
El Protocolo de Santa Pola no pretende quedarse en la conmemoración de glorias pasadas, sino abrir caminos para el presente y el mañana. Al poner en contacto a investigadores, docentes, estudiantes y colectivos culturales de toda Iberoamérica, se erige como un espacio de diálogo intercontinental que entiende lo Hispano no como una reliquia, sino como una oportunidad de cooperación en el siglo XXI. Elnprof. Abascal, se encuentra preparando el Congreso que de noviembre:
«Las Españas Olvidadas, Filipinas, Guinea Ecuatorial y el Sáhara español».
En ese espíritu, se multiplican las sinergias internacionales, y con ello las mesas redondas, intercambios culturales y proyectos educativos que tienden puentes entre comunidades separadas por océanos, pero unidas por la lengua, la historia y una visión de integración en la diversiddad. Esta organización es, en definitiva, una llamada a la acción. Una invitación a mirar más allá de las fronteras y a reconocer que, en la diversidad de las naciones hispanas, hay una fuerza común que puede inspirar al mundo.
Un proyecto que nació en un castillo-fortaleza frente al Mediterráneo, pero que hoy se abre al mundo entero, con la convicción de que el futuro del planeta , sin duda, se construirá con la enorme aportación de la hispanidad.
Fdo.
Javier Pertierra Antón
