

Con la llegada de la temporada estival y el aumento de las temperaturas, muchos esperan impacientes la oportunidad de pasar más tiempo al aire libre, disfrutar de la playa, la piscina o simplemente de los días largos bajo el sol. Pero, aunque el sol aporta grandes beneficios a nuestro bienestar físico y mental, es fundamental entender la importancia de una correcta protección solar para evitar problemas en la piel que pueden ser irreversibles a largo plazo.
En España, a pesar de la enorme cantidad de información disponible cada año y las campañas de concienciación, todavía es insuficiente el número de personas que toman las medidas adecuadas para protegerse del sol. Exponer la piel sin cuidado no solo produce molestias inmediatas, como las dolorosas quemaduras, sino que puede acelerar el envejecimiento, provocar manchas y, lo más grave, aumentar el riesgo de cáncer de piel a lo largo de la vida. Por eso, en este artículo recopilamos los consejos más efectivos y toda la información necesaria para disfrutar del sol con seguridad y lucir una piel sana y radiante durante todo el año.
¿Por qué es tan importante proteger la piel del sol?
El sol es fuente de vida y energía, pero también emite radiaciones, principalmente rayos ultravioleta (UV-A y UV-B) e infrarrojos (IR-A), que pueden penetrar las capas de la piel y dañarlas, incluso en los días nublados o cuando la sensación térmica no es alta. Estas radiaciones pueden provocar:
- Quemaduras solares, especialmente si la exposición es prolongada sin protección.
- Manchas y alteraciones en el tono de la piel, difíciles de eliminar.
- Envejecimiento cutáneo prematuro (arrugas, pérdida de hidratación y elasticidad).
- Cáncer de piel, entre ellos el melanoma, cuyo número de casos sigue en aumento año tras año.
En concreto, los rayos UV-A penetran con facilidad y favorecen la aparición de manchas, arrugas y el temido cáncer cutáneo; los UV-B son los responsables de las quemaduras y también están relacionados con el desarrollo de tumores; la radiación IR-A puede atravesar hasta las capas profundas de la piel, contribuyendo a la pérdida de hidratación y al deterioro de las fibras de colágeno.
Solo un pequeño porcentaje de la población aplica correctamente el protector solar, y menos aún lo hace durante todo el año y en las zonas del cuerpo más sensibles. Por tanto, la concienciación y la información clara son claves para cambiar esta tendencia y proteger la salud de la piel.
Consejos prácticos para una protección solar efectiva y el cuidado de tu piel

Disfrutar del sol y de las actividades al aire libre es posible sin riesgos si adoptas unos hábitos sencillos y constantes. Aquí tienes los mejores 10 consejos prácticos para protegerte del sol y cuidar tu piel de manera eficaz, avalados por expertos y organismos de referencia en salud dermatológica:
1. Utiliza siempre fotoprotección solar adecuada
No basta con usar cualquier crema al azar. Elige un protector solar de amplio espectro, con un factor de protección solar (SPF) mínimo de 30 (y superior si tienes piel clara o estás en lugares de alta radiación), que proteja frente a los rayos UVA y UVB. Aplícalo al menos 15-30 minutos antes de salir, sobre la piel limpia y seca, y renueva la aplicación cada dos horas, o después de nadar, sudar o secarte con la toalla. No olvides zonas habitualmente descuidadas como orejas, labios, empeine, párpados, nuca o la parte superior de los pies.
2. Escoge el protector en función de tu tipo de piel y actividad
El fototipo determina la facilidad con la que tu piel se broncea o quema. Las personas con piel clara deben optar por SPF 50+ y las más oscuras nunca bajar de SPF 30. Los niños y personas con piel sensible necesitan productos específicos, resistentes al agua y al roce. Si haces deporte al aire libre o vas a la playa, busca protectores resistentes al agua y al sudor. Si quieres ampliar información sobre cómo afecta la radiación solar a tu piel, visita características de la radiación solar.
3. No te expongas en las horas de máxima radiación
Evita tomar el sol, especialmente entre las 12 del mediodía y las 16 horas, cuando la radiación es más intensa y peligrosa. Si no tienes más remedio, mantente a la sombra tanto como sea posible y adopta medidas extra de protección.
4. Recurre a ropa y complementos protectores
La ropa sigue siendo una barrera muy eficaz: utiliza prendas ligeras pero de manga larga, pantalones, sombreros de ala ancha o gorras para proteger la cabeza, y gafas de sol homologadas con filtro UV para cuidar los ojos y la delicada piel que los rodea. Existen incluso prendas con Factor de Protección Ultravioleta (UPF) para actividades bajo el sol.

5. Busca y aprovecha las sombras
Permanecer bajo la sombra de árboles, sombrillas o toldos es una medida sencilla para reducir la exposición directa. Ten presente que la radiación solar puede reflejarse en superficies como agua, nieve o arena, aumentando el riesgo de quemaduras incluso si no te expones de forma directa.
6. Cuida especialmente a los niños y a las personas mayores
La piel de los más pequeños es mucho más sensible y el daño solar durante la infancia y adolescencia incrementa el riesgo de tumores cutáneos en la adultez. No se recomienda exponer directamente al sol a los menores de tres años y, en caso de hacerlo, debes extremar la protección mediante sombrillas, ropa adecuada y cremas solares específicas para niños con SPF 50+. En los adultos mayores, la sensación de sed está atenuada y su piel es más vulnerable, así que hay que prestar atención extra a la hidratación y al uso diario de protector.
7. Hidrata tu piel por dentro y por fuera
La hidratación es un pilar fundamental tanto bebiendo suficiente agua como aplicando cremas hidratantes adecuadas para tu tipo de piel. En verano se pierde más agua por el sudor, así que incrementa el consumo de líquidos, fruta y verdura fresca. Las lociones en spray y productos after sun pueden ayudar a calmar la piel tras la exposición.
8. Presta atención a la limpieza y la rutina facial
El calor y el sudor incrementan el riesgo de obstrucción de poros y aparición de granitos. Limpiar el rostro dos veces al día y exfoliar la piel una vez por semana favorece la regeneración aún más y ayuda a mantenerla suave y lisa. No olvides incluir un limpiador específico en tu rutina estival y evitar maquillajes pesados que puedan favorecer la obstrucción.
9. Mejora tu alimentación para fortalecer la piel
Tu dieta influye enormemente en la salud cutánea. Aumenta el consumo de frutas y verduras ricas en agua y vitaminas (A y C), así como de brócoli, tomates, zanahorias y alimentos frescos de temporada. Evita el exceso de sal, azúcares y grasas saturadas, y limita las bebidas alcohólicas para evitar la deshidratación y el deterioro de la piel.
10. Vigila tu piel y acude al dermatólogo ante cualquier cambio
Es fundamental revisar periódicamente la piel para detectar precozmente el melanoma y otros cánceres. Si notas un lunar nuevo, que crece, cambia de color, forma o tamaño, consulta a un especialista. Los controles dermatológicos regulares también sirven para prevenir complicaciones y mantener la salud cutánea.

Errores frecuentes y consejos extra para una fotoprotección completa
Mucha gente cree que solo debe protegerse cuando va a la playa o la piscina, o que estando nublado no hay riesgo. Sin embargo, un porcentaje elevado de radiación atraviesa las nubes, y las actividades cotidianas (pasear, hacer deporte, salir a comprar) también suman horas de exposición. El protector solar se debe aplicar diariamente, incluso en invierno y en la ciudad. Además, es común olvidar zonas como labios, orejas, cuello o el empeine de los pies.
Algunos medicamentos y cosméticos pueden hacer que la piel sea más sensible a la luz solar (fotosensibilizantes). Consulta a tu médico si tomas antibióticos, antiinflamatorios, anticonceptivos orales u otros fármacos antes de exponerte. La exposición al sol debe ser siempre progresiva, especialmente tras el invierno o largos periodos sin exposición. Evita las cabinas de rayos UVA, ya que aumentan el riesgo de cáncer de piel y no aportan beneficios reales.
El uso de suplementos orales de fotoprotección puede estar indicado en personas de riesgo, pero nunca sustituyen las cremas solares ni los métodos físicos de protección. Consulta a tu dermatólogo antes de empezar a tomarlos.
Por último, la vitamina D puede obtenerse de manera segura a través de la dieta (alimentos fortificados y suplementos), y no es necesario exponerse al sol sin protección para cubrir las necesidades diarias.
Seguir estos consejos te permitirá disfrutar del verano y de las actividades al aire libre con mayor seguridad. Una correcta protección solar no solo ayuda a prevenir problemas en la piel, sino que también favorece beneficios como la producción de vitamina D y la mejora en la calidad del sueño. Con pequeños gestos y una rutina consciente, lograrás lucir una piel más saludable, bonita y protegida durante todo el año.
Alicia Tomero
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/consejos-practicos-para-protegerse-del-sol/
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