

En el distrito Tomás Romero Pereira, conocido también como María Auxiliadora, ubicado en el departamento de Itapúa, Paraguay, se ha producido un cambio significativo que está transformando la vida de los campesinos y el panorama económico de la región. La entrega de títulos de propiedad a los colonos ha generado un aumento exponencial en el valor de la tierra y ha abierto nuevas oportunidades para los beneficiarios, marcando un antes y un después en el desarrollo rural.
Un ejemplo concreto de esta transformación se puede observar en la colonia 8 de Diciembre, donde un lote de seis hectáreas pasó de no tener valor comercial a convertirse en un activo de gran relevancia económica. Antes de contar con el título de propiedad, este terreno era considerado como parte de la informalidad, sin posibilidad de ser utilizado en operaciones financieras ni de generar riqueza para sus ocupantes. Sin embargo, tras la reciente entrega del documento oficial, su valor se incrementó de 38 millones de guaraníes, precio establecido bajo los parámetros de la reforma agraria, a 900 millones de guaraníes, cifra que corresponde al promedio del mercado en dicha zona.
Este aumento del 2.300% en el valor del terreno no solo refleja la importancia del título de propiedad como herramienta legal, sino también como un motor para el desarrollo económico. Según el presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT), profesor Francisco Ruiz Díaz, este cambio es resultado directo de las políticas implementadas por el actual gobierno, liderado por el presidente Santiago Peña y el vicepresidente Pedro Alliana. Ruiz Díaz destacó que estas iniciativas están generando una verdadera «revolución en el campo», al formalizar la tenencia de tierras y otorgar a los campesinos una herramienta fundamental para salir de la pobreza.
La entrega del título de propiedad no solo representa un cambio legal, sino también un cambio social y económico profundo. Para los campesinos que han ocupado estas tierras durante más de tres décadas, recibir este documento es comparable a ganar un premio mayor. El título les permite acceder a créditos bancarios, garantizar operaciones financieras y participar activamente en el mercado formal, algo que era imposible sin esta documentación.
Además, la obtención del título multiplica la inversión inicial realizada por los colonos. En este caso específico, quienes adquirieron el lote a precio de reforma agraria ahora cuentan con un activo cuyo valor se ha multiplicado 23 veces. Este incremento no solo mejora su situación económica inmediata, sino que también les brinda una mayor seguridad patrimonial y una base sólida para generar ingresos futuros.
El impacto de esta transformación va más allá del incremento en el valor de los terrenos. Al pasar de la informalidad a la formalidad, los campesinos adquieren derechos legales sobre sus propiedades, lo que les permite integrarse plenamente al sistema económico. Esto incluye la posibilidad de acceder a programas gubernamentales, participar en proyectos productivos y contribuir al desarrollo sostenible de sus comunidades.
Desde una perspectiva macroeconómica, la formalización de tierras también tiene efectos positivos para el país. Al incrementar el valor catastral de las propiedades y permitir su inclusión en el sistema financiero, se generan mayores ingresos fiscales y se fomenta la inversión en infraestructura y servicios públicos. Además, se reduce la vulnerabilidad económica de las familias rurales, lo que contribuye a disminuir las brechas sociales y mejorar los índices de pobreza.
El caso de María Auxiliadora es un ejemplo claro de cómo las políticas públicas pueden transformar vidas y territorios. La entrega de títulos de propiedad no solo beneficia a los campesinos que reciben el documento, sino que también crea un efecto multiplicador en toda la región. Al garantizar la seguridad jurídica sobre las tierras, se fomenta la inversión privada, se dinamiza la economía local y se promueve un desarrollo inclusivo.
Este modelo podría ser replicado en otras regiones del país y del continente latinoamericano, donde aún persisten altos niveles de informalidad en la tenencia de tierras. La experiencia demuestra que la formalización no solo es una herramienta para mejorar las condiciones económicas individuales, sino también para impulsar el progreso colectivo.
La entrega de títulos de propiedad en María Auxiliadora ha demostrado ser una estrategia efectiva para transformar vidas y comunidades. Al multiplicar el valor económico de las tierras y otorgar seguridad jurídica a los campesinos, estas políticas están marcando un camino hacia el desarrollo sostenible y la inclusión social.
El caso ejemplar del lote en la colonia 8 de Diciembre es solo una muestra del impacto que estas iniciativas pueden tener a largo plazo. Con este tipo de acciones, Paraguay está dando pasos firmes hacia un futuro más equitativo y próspero para sus zonas rurales. Sin duda, el título de propiedad es mucho más que un documento: es una llave para abrir puertas hacia nuevas oportunidades y construir un legado para las generaciones venideras.
Comunicación Indert / Sonia Santacruz
