

Descubre cuándo podrían conocerse los próximos incrementos salariales en Uruguay y qué impactos podrían tener en tu economía.
Tras los incrementos salariales que tuvieron lugar en enero de 2025, las partes interesadas se preparan para las futuras negociaciones destinadas a definir los próximos aumentos. La información disponible indica que el proceso aún está en una fase preliminar y que la definición de fechas y magnitudes dependerá de los resultados de las discusiones entre empleadores y sindicatos.
Hasta el momento, no existen anuncios oficiales respecto a cuándo se concretarán estos cambios ni sobre qué porcentaje de incremento se aplicará en cada sector de actividad.
El marco en el que se desarrollarán estas negociaciones es determinado en parte por las pautas salariales elaboradas por el Poder Ejecutivo, las cuales sirven como guía para las partes. Sin embargo, la negociación exhibe un grado de libertad en cuanto a la definición de acuerdos específicos. Los ministros de Trabajo, Juan Castillo, y de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, informaron que en la reunión de gabinete de gobierno prevista para este jueves se presentarán los “ejes fundamentales” que guían la discusión.
En días posteriores, estas pautas serán formalizadas en una presentación ante el Consejo Superior Tripartito del sector privado. Este paso constituye la etapa previa a la apertura formal de las siete submesas o grupos de negociación. La expectativa es que el proceso completo, que involucra aproximadamente 183 mesas de diálogo, tenga una duración de al menos tres meses.
Sin embargo, en algunos casos los plazos podrían extenderse o reducirse dependiendo de las circunstancias. De no alcanzarse acuerdos, las partes pueden optar por someter la decisión a votación o, en última instancia, por parte del Ejecutivo que podría emitir un decreto para definir los aumentos.
Lineamientos y variaciones en la pauta salarial del gobierno
Hasta la fecha, la información más precisa señala que uno de los objetivos del gobierno es priorizar los salarios menores a 25.000 dólares. Para esto, se plantean aumentos diferenciales que consideran la inflación y el crecimiento real como principales variables. Tal estrategia ya había sido aplicada en negociaciones anteriores a la crisis generada por la pandemia, incluso durante la gestión del Frente Amplio.
Además, existe la posibilidad de que en esta ronda se introduzca la desindexación en algunos salarios. El ministro Oddone mencionó semanas atrás que los mecanismos de ajuste no serán iguales para salarios bajos y altos, aunque sin ofrecer detalles específicos.
En términos de cifras, es probable que los puntos de referencia para estos incrementos respondan a las metas de inflación establecidas por el Banco Central del Uruguay (BCU), que proyectan un 4,5% anual para los próximos 12 meses, y un 3,5% para el período subsiguiente hasta mediados de 2027.
Por otra parte, la incorporación de aumentos de productividad en las negociaciones también aparece como una condición posible para la aprobación de los ajustes. En este contexto, la inflación subyacente, considerada menos volátil que el índice de precios al consumo, podría utilizarse como herramienta de referencia para corregir posibles desviaciones en los aumentos previstos, según señaló el economista Javier de Haedo.
La reducción en la inflación en los últimos dos años, que cerró en 5,05% en mayo, junto con la mejora en las expectativas, puede jugar un papel en el clima de negociaciones y en la definición de los límites a los incrementos salariales.
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