

Carlos Caicedo, líder que arrasa en las encuestas – Imagen Cortesía
Carlos Caicedo: el líder que resiste, transforma y ahora lidera la imagen positiva de la izquierda en Colombia
En un país donde la política suele devorar a quienes desafían el poder establecido, Carlos Caicedo ha logrado lo que muy pocos: sobrevivir al cerco, convertir la persecución en fuerza y mantenerse fiel a sus convicciones progresistas mientras transforma realidades. Hoy, según la más reciente encuesta Pulso País de Datexco, el exalcalde de Santa Marta y exgobernador del Magdalena es el dirigente de izquierda con mejor imagen en Colombia, superando incluso a figuras nacionales como María José Pizarro, Iván Cepeda, Gustavo Bolívar y Daniel Quintero.
El resultado es claro: de acuerdo con el informe de Datexco correspondiente a julio, en su capítulo 6 sobre la imagen favorable y desfavorable de personajes públicos, Carlos Caicedo alcanza un 44% de imagen positiva, siendo el más alto entre las figuras del progresismo colombiano. La lista continúa con María José Pizarro (42%), Daniel Quintero (38%), Iván Cepeda (36.7%), Carolina Corcho (36.1%) y Gustavo Bolívar (35.9%). Con esta puntuación, Caicedo no solo encabeza la lista de la izquierda, sino que supera a varios congresistas, precandidatos presidenciales y líderes visibles de centro y derecha.
Pero sus cifras no son un golpe de suerte ni el resultado de una estrategia mediática fugaz: son el reflejo de una trayectoria forjada en medio de luchas reales, aciertos administrativos y un vínculo inquebrantable con el pueblo que representa.
Nacido en Aracataca, tierra de historia y realismo mágico, Caicedo ha escrito la suya propia en clave de justicia social. Desde su paso como rector de la Universidad del Magdalena, donde enfrentó mafias académicas y fue perseguido judicialmente por combatir la corrupción, hasta su llegada a la alcaldía de Santa Marta y luego a la Gobernación del Magdalena, su gestión se ha caracterizado por una apuesta decidida por la educación, la equidad territorial y la soberanía popular.

Gracias a su liderazgo se consolidaron ambiciosos proyectos universitarios como la Universidad del Sur, la Universidad del Norte del Magdalena y otros centros de formación que abrieron las puertas del conocimiento a jóvenes históricamente excluidos. Bajo su mandato, Santa Marta vivió una transformación urbana y cultural sin precedentes, y el departamento empezó a tener una voz propia frente al centralismo bogotano.
En medio de ese camino, Caicedo sufrió una de las más intensas persecuciones judiciales y mediáticas del país, con más de 60 procesos en su contra -todos sin prueba sólida- que no lograron quebrarlo ni apagar el respaldo popular que lo ha sostenido. Por el contrario, cada ataque reforzó su identidad como líder del Caribe colombiano, como referente de lucha y como figura de integridad en un escenario político lleno de simulaciones.
Hoy, mientras se define el rumbo de la izquierda colombiana y crecen las voces que piden una renovación ética y territorial del proyecto progresista, Caicedo emerge como una figura idónea para liderar ese relevo. No es solo una buena imagen en las encuestas; es la esperanza tangible de miles que han visto, con hechos, que sí se puede gobernar distinto.
Proclamado en plazas, respetado incluso por sus adversarios, y libre de las redes clientelistas que han atrapado a tantos, Carlos Caicedo no entra a competir por protagonismo dentro de la izquierda: entra porque el pueblo lo empuja, porque la historia reciente lo respalda y porque su ejemplo encarna, con fuerza renovada, el legado de transformación que muchos esperan que continúe más allá del actual gobierno.
