

PATRIMONIO VIVO DEL ARTE Y LA CULTURA EN CALI
En pleno corazón del centro histórico de Cali, en medio del bullicio urbano y las huellas del pasado, se alza majestuosa la Casa Proartes, también conocida como el Centro Cultural Rafael Pombo. Este edificio, de marcada arquitectura neoclásica con raíces coloniales, no solo ha sido testigo de la evolución caleña, sino que hoy se consagra como uno de los espacios culturales más relevantes del suroccidente colombiano.
Declarada Monumento Nacional, la Casa Proartes es mucho más que una reliquia arquitectónica: es un centro vivo de creación, encuentro y transformación social a través del arte. En sus salones históricos conviven las artes visuales, escénicas y literarias con propuestas contemporáneas, en una apuesta constante por mantener el arte cercano a la comunidad.
Un legado arquitectónico que inspira.
El edificio que alberga la Casa Proartes remonta sus orígenes a la época colonial, aunque con claras influencias neoclásicas que se reflejan en su fachada elegante, sus columnas sobrias y sus balcones de hierro forjado. Cada rincón cuenta una historia, y sus muros conservan la memoria viva de una ciudad que ha sabido reinventarse sin renunciar a sus raíces.
El reconocimiento como Monumento Nacional no solo protege su estructura física, sino que destaca su valor como símbolo de identidad para los caleños. En medio del dinamismo urbano, la Casa Proartes representa una pausa, una ventana al pasado y al mismo tiempo un impulso hacia el futuro cultural de la ciudad.
Cultura en movimiento.
La programación cultural de Proartes es tan diversa como vibrante. Desde exposiciones de arte contemporáneo, hasta talleres de formación artística, cineclubes, encuentros literarios, y presentaciones teatrales, la casa mantiene un flujo constante de actividades que estimulan el pensamiento, la creatividad y el sentido crítico de quienes la visitan.
Nombrado en honor al poeta colombiano Rafael Pombo, el centro también rinde tributo a la imaginación, la poesía y el arte dirigido a las infancias. Así, su oferta incluye espacios pensados para niños, niñas y adolescentes, convirtiéndose en una herramienta poderosa para la formación integral desde edades tempranas.
Un espacio para el encuentro y la transformación.
En un contexto donde las ciudades tienden a volverse frías y despersonalizadas, espacios como la Casa Proartes recuperan el valor del encuentro humano y el poder del arte como lenguaje universal. Más que un centro de exhibición, se trata de un refugio cultural, un lugar donde la comunidad se reúne, crea, dialoga y resignifica su entorno.
Además de ser un foco artístico, Proartes desempeña una importante labor pedagógica y social. Sus programas buscan democratizar el acceso al arte, fomentar la participación ciudadana y fortalecer el tejido comunitario. En sus talleres no solo se aprenden técnicas, también se tejen relaciones, se sanan historias y se despiertan vocaciones.
Patrimonio que late con la ciudad.
Hoy más que nunca, la Casa Proartes se posiciona como un actor clave en el mapa cultural de Cali. Su relevancia no radica únicamente en su antigüedad o valor arquitectónico, sino en su capacidad de reinventarse, de abrir puertas a nuevas expresiones, y de mantener viva la llama del arte como bien común.
En tiempos de cambios vertiginosos y desafíos sociales, Proartes nos recuerda que el arte no es un lujo, sino una necesidad vital. Una sociedad que cuida sus espacios culturales es una sociedad que apuesta por la memoria, la sensibilidad y la esperanza.
La Casa Proartes, con toda su historia y presente activo, continúa latiendo al ritmo de la ciudad. Y Cali, a través de ella, reafirma su vocación como ciudad creativa, resiliente y profundamente humana.
“No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10. (Reina-Valera).
