

Imagen Palabra Pendientes
En un país que envejece a un ritmo que no da tregua, la soledad no deseada se ha convertido en una de las enfermedades silenciosas más crueles de este siglo. Hoy, uno de cada tres adultos mayores en Colombia se acuesta sin que nadie pregunte por él, sin que nadie escuche su voz. Pero esa voz sigue viva, y ahora encuentra una forma de trascender.
Bajo la premisa de que conversar es una forma de cuidar, nació “Palabras Pendientes”, una estrategia de innovación social que convierte palabras en legado, recuerdos en abrazo y silencios en diálogos urgentes. La iniciativa, impulsada por el Instituto de la Conversación, el centro comercial Parque La Colina, FIXIT y la Fundación Sesana, abrió una cabina de grabación donde los mayores pueden sentarse, hablar de su infancia, sus sueños y sus miedos, y dejar un mensaje íntimo para sus familias. Una cápsula de memoria que viaja después, discreta y poderosa, por WhatsApp hasta nietos e hijos que tal vez nunca habían escuchado esa parte de la historia.
En un rincón del segundo piso de Parque La Colina, entre tiendas y cafés, la cabina se convierte en refugio. Allí, durante media hora, la rutina se detiene y se abre espacio para preguntas tan simples como vitales: ¿Qué consejo le darías a tu yo de 30 años? ¿Qué quisieras que tu nieto no olvide de ti? ¿Cuál es el recuerdo más lindo que guardas? Son frases que invitan a detenerse, a mirar atrás y, sobre todo, a decir lo que quedó atrapado entre la prisa y la costumbre.
Ángela Suárez, presidenta del Instituto de la Conversación, lo explica sin rodeos: “La soledad no deseada es una forma de exclusión que se siente en el cuerpo. Afecta tanto como fumar o vivir con obesidad. Es invisible y duele igual. Con esta cabina queremos recordarle a la sociedad que los mayores merecen vínculos vivos, atención y respeto. Esta primera edición espera abrirle el corazón a más de 400 adultos mayores y sus familias.”
El desafío es grande y va mucho más allá de un gesto simbólico. Según el DANE, en 2050 casi 3 de cada 10 colombianos tendrán más de 60 años, superando por varios puntos la media global. Y mientras la tasa de natalidad se desploma —hoy Bogotá tiene menos hijos por mujer que Japón—, el tejido social se adelgaza. El riesgo: cientos de miles de abuelos aislados, sin nietos a quienes contarles su historia.

Imagen Palabras Pendientes
Para FIXIT, la insurtech colombiana que hoy acompaña a más de 100.000 adultos mayores, este contexto es un llamado de urgencia. “Solo uno de cada diez recibe atención en salud mental. Pero lo que más valoran no es solo la atención médica, es la compañía, la cercanía con sus nietos, la tranquilidad de saber que alguien está. Por eso apostamos por iniciativas como ‘Palabras Pendientes’, porque reconectan a quienes más lo necesitan”, dice Diego Rodríguez, cofundador de FIXIT.
La cabina, gratuita y abierta hasta el 15 de julio, es apenas un punto de partida. La meta es ponerle rostro a una soledad que suele esconderse detrás de fachadas familiares y frases de cortesía. Es, en palabras de la Fundación Sesana, “hacer visible lo invisible”: visibilizar que detrás de cada adulto mayor silenciado hay una historia que merece ser contada.
En paralelo, FIXIT amplía esa red de cuidado que no se detiene cuando termina la grabación. Su programa Fixit Silver ofrece desde consultas médicas en casa y acompañamiento emocional hasta asistencia para diligencias cotidianas, trámites y apoyo escolar para nietos. Un ecosistema pensado para que envejecer no signifique desconectarse del mundo ni resignarse a la ausencia.
Porque en el fondo, todo se reduce a una certeza tan simple como contundente: nadie debería llegar al final de su vida sin ser escuchado.
La cabina de “Palabras Pendientes” seguirá abierta en el centro comercial Parque La Colina, Cra. 58d #146-51, Bogotá, hasta el 15 de julio. La experiencia es gratuita y no requiere inscripción previa. Más información en www.fixitg.com/fixit-silver-adulto-mayor
