
Pocas experiencias superan la cada vez más perdida lectura de los clásicos. Por supuesto siempre hay excepciones y menos mal que para mantener viva la memoria de tantas letras aún quedamos algunas generaciones que aprendimos a leer y soñar de la mano de autores que siempre serán un referente inevitable. Si haces el breve ejercicio de buscar incluso en esta misma página el nombre de Julio Verne, te encontrarás con que aquí mismo, en este rincón de recomendaciones comiqueras y literarias, su nombre ha resonado con fuerza en diversas adaptaciones de su obra en varias ocasiones. Para quienes apreciamos lo que, poco a poco, se va perdiendo, volver a historias como la que hoy queremos recomendaros debe ser casi tan necesario como para los autores que, aún reconocidos con historias propias, no pueden evitar tirar del hilo de un relato donde todo es prácticamente perfecto.

Superado el ejercicio de su reconocimiento universal desde su lejana primera edición en 1864, posiblemente Viaje al centro de la tierra siga siendo una de las novelas de Julio Verne que más veces ha sido adaptadas a todo medio de expresión imaginable. Cine, televisión y por supuesto también cómic, el apasionante relato del hallazgo del profesor Lidenbrock ha atravesado las arenas del tiempo sin perder un ápice de frescura desde que Julio Verne decidiese en esta inolvidable aventura ceder a la trama y al género fantástico que él propició a crear, por encima de su habitual interés y rigor científico. Supongo que, de un modo u otro, recordarás que, el descubrimiento casi fortuito de un jeroglífico medieval casi indescifrable entre las hojas de un libro olvidado al llegar a las manos del audaz profesor Otto Lidenbrock en Hamburgo, desencadenará uno de los viajes más espectaculares de todo el siglo XIX. Y es que, descifrado el pergamino, ante Lindebrock, geólogo de fama mundial, aparece la posibilidad de compartir el hallazgo de otro erudito que afirma haber alcanzado nada menos que el centro de la Tierra.

Respetuosos con el espíritu original de la obra de Verne, los veteranos autores Rodolphe y Patrice Le Sourd apenas se permiten un par de licencias respecto a la obra original que, honestamente, se agradecen y otorgan a esta obra tan magníficamente ilustrada en viñetas, un aire renovado que, habiendo leído otras cien adaptaciones, te atrapa en su lectura como si fuese la primera vez que viajas de la mano de Lindebrock al interior de este atrevido sueño de Verne. La primera es que, si bien en la obra original el profesor se embarcaba en su arriesgado periplo acompañado por su sobrino Axel y el impasible guía nórdico Hans Bjelke, Rodolphe decide en esta versión sustituir al sobrino por una sobrina, Axelle, que no solo reivindica la valía femenina en el ámbito científico del que alardea Lindebrock, sino que da pie a ese juego literario tantas veces presenciado en el que una mujer, disfrazada, trata de pasar desapercibida como si fuese un hombre en aquel anquilosado mundo del siglo XIX. El resultado es que tenemos un nuevo desarrollo de los personajes y sus relaciones, que generan una empatía aún más inmediata que la obra original, otorgándole un papel brillante y aún más imprescindible a Axelle.

De la segunda licencia tomada por los autores, te habrás dado cuenta desde las primeras viñetas compartidas para ilustrar esta reseña: el dibujante Patrice Le Sourd, con tanta maestría como los mejores artesanos visuales del cómic franco-belga, convierte a sus personajes en versiones animales de los protagonistas originales, en este caso, parientes decimonónicos de Bugs Bunny que, en realidad, nos recuerdan también a las veneradas páginas clásicas del Petter Rabbit de Beatrix Potter o al Lapinot de Lewis Trondheim, creando una amable atmósfera en la que cualquier lectora o lector se sumerge en esta versión de Viaje al centro de la tierra con un sabor a cuento clásico, a historia narrada o leída en una tarde lluviosa en la que, por un instante, recobramos el mayor tesoro de cualquier infancia: la agradable sensación de leer, conocer y descubrir algo por vez primera. Resulta ciertamente increíble, pero la amable originalidad del dibujo de Patrice Le Sourd, que bebe de tantos clásicos para a la vez mostrarnos su propio talento, nos conduce a un viaje donde, incluso sabiendo un final mil veces visto, el trayecto se hace tan corto como apasionante.

Al descubrimiento de esta pequeña maravilla de tebeo franco-belga por parte de Norma Editorial, hay que agradecerles, aparte de la bonita y cuidada edición en formato 22×29 cm. de es versión de Viaje al centro de la tierra, el hecho de presentarnos compilado lo que, en Francia, fue editado en dos volúmenes en 2023 y 2024, es decir, que quienes quedaron cautivados por la calidad narrativa de Rodolphe y Le Sourd tuvieron que sufrir una espera de más de un año que, en esta edición en castellano, se supera en una única sentada en la que te resultará imposible no seguir leyendo hasta conocer si ese espectacular final tantas veces leído será el mismo para esta nueva encarnación, con grandes orejas, de los mismos personajes.

Otra lectura ideal para el cálido verano en que este Viaje al centro de la tierra ha sido editado, pero igual de amena y recomendable lectura para el resto del año. Porque si algo tienen los clásicos es que, no importa cómo y cuándo los descubras porque el efecto, llegados a ellos por vez primera, siempre será el de presenciar maravillas que no entenderás cómo no llegaste a conocer antes. No desaproveches la oportunidad de acercarte a esta obra en esta versión para todas las edades.
SOBRE LOS AUTORES

RODOLPHE
Fue profesor de literatura, librero y luego periodista, pero su actividad principal es el cómic. Crítico, organizador de eventos y comisario de exposiciones, como guionista ha escrito hasta la fecha más de 80 álbumes, ilustrados por dibujantes de renombre como Ferrandez, Rouge, Juillard, Léo y Florence Magnin, Audincourt, Hyères, Brignais, Solliesville, Maisons-Laffitte, Charleroi, etc. Entre sus principales series figuran Commissaire Raffini, Les Ecluses du Ciel, Kenya, La Maison Dieu, Trent, Gothic, Dock 21, Les Teutoniques y L’Autre Monde, pero también trabaja con niños. Tras escribir guiones para Tom Tom et Nana, anima ocasionalmente el personaje de Mickey y escribe las aventuras de los Moineaux para el periódico Astrapi. En Norma Editorial ha publicado El oro del tiempo junto a Oriol.

PATRICE LE SOURD
Patrice Le Sourd es autodidacta. Pasó dos años en la Escuela de Bellas Artes de Blois (donde aún reside). Después, se convirtió en fotógrafo e ilustrador para una revista francesa publicada en Berlín. De vuelta a orillas del Loira, casado con una bella morena, se dedicó a la crianza de sus hijos… y, por supuesto, al cómic, sobre todo desde que conoció a Tarek. Publicado en 2002, el primer volumen de la serie Professeur Stigmatus, publicada por Pointe Noire, es un reconocimiento a su talento y tenacidad. Desde entonces, ha tenido la oportunidad de mostrar su trabajo en la serie infantil Cerise et Garou y, para los lectores más adultos, en la serie de fantasía Un autre monde. En 2010, ilustró Wally Doyle et le passe mémoire, basado en un guion de Marc Cantin.

Publicado por: Raul N. Rolo
Fuente de esta noticia: https://www.lhmagazin.com/version-en-comic-de-viaje-al-centro-de-la-tierra-de-julio-verne-por-rodolphe-y-patrice-le-sourd-norma-editorial/
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