

Imagen del festejo de la hinchada en el parque Simón Bolívar en Bogotá- Imagen Cortesia
Independiente Santa Fe vuelve a escribir su nombre con letras doradas en la historia del fútbol colombiano. Después de nueve años de espera, el León conquistó su décima estrella liguera tras derrotar 2-1 a Independiente Medellín en el Atanasio Girardot, en una final que devolvió la mística de antaño a una hinchada que nunca dejó de creer.
El cuadro cardenal, dirigido con temple y paciencia, impuso su ley en territorio antioqueño gracias a los goles de dos veteranos de mil batallas: Hugo Rodallega, quien abrió el marcador, y Santiago Mosquera, encargado de sellar la victoria. Fue una noche de emociones que recordó por qué Santa Fe es uno de los clubes más emblemáticos del país: uno de los tres “inmortales” que jamás ha descendido desde la creación del profesionalismo en 1948.
La hazaña tiene, además, un impacto financiero que refresca las arcas de la institución bogotana. Solo por el título, Santa Fe se asegura un premio base de 4,2 millones de dólares: 500 mil aportados por la Conmebol, 250 mil de la Dimayor y 3,5 millones por su participación en la fase de grupos de la Copa Libertadores del próximo año. A ello se suma la recaudación de taquillas, que para el duelo de ida en Bogotá alcanzó una ocupación del 95 % en El Campín, con 35.072 aficionados que dejaron ingresos cercanos a 2,1 millones de dólares, calculando un precio promedio del boleto de 261 mil pesos. En total, se estima que el nuevo campeón embolsará unos 6,75 millones de dólares, una cifra que ofrece un alivio en medio de un panorama competitivo y de altos costos operativos.
El Independiente Medellín, rival digno hasta el pitazo final, tampoco se va con las manos vacías: el Poderoso proyecta ingresos por cerca de 2,8 millones de dólares gracias a la taquilla del partido de vuelta, con entradas que promedian los 285 mil pesos y un Atanasio casi repleto con más de 44 mil localidades agotadas.
Para Santa Fe, este título no es solo una copa más. Es el reencuentro con una historia que se remonta a 1948, cuando se consagró como primer campeón del rentado profesional. Desde entonces, ha sumado coronas que marcan épocas: 1958, 1960, 1966, 1971, 1975, el resurgir de 2012, la revancha de 2014, la consagración de 2016 y ahora, la estrella de 2025. A su palmarés se suman dos Copas Colombia (1989 y 2009), cuatro Superligas (2013, 2015, 2017 y 2021) y dos trofeos internacionales que agrandan su nombre más allá de las fronteras: la inolvidable Copa Sudamericana de 2015 y la Suruga Bank de 2016.
El León reafirma así una superioridad particular frente al rojo paisa. No es la primera vez que Santa Fe amarga una final al Medellín: ya lo hizo en la Liga 2014 y en la Superliga 2017, y esta vez, una década después, el desenlace se repitió para alegría de miles de hinchas que celebran desde Bogotá hasta cualquier rincón donde ondee su bandera albirroja.
La pasión cardenal tiene nombres propios y también rostros anónimos que semana a semana sostienen la ilusión desde la tribuna. Es el caso de Ángela Ramírez, gerente administrativa y financiera de Prensa Mercosur -Colombia, quien no ocultó su emoción al dedicar un mensaje de felicitación a toda la comunidad santafereña por sumar la décima estrella. Un símbolo de que detrás de cada gol, cada boleto vendido y cada aplauso, hay una familia que hace posible que el León siga rugiendo.
Con este título, Santa Fe no solo revive un pasado glorioso, sino que se proyecta hacia un futuro que le exige defender su lugar entre los grandes de Sudamérica. La Copa Libertadores asoma en el horizonte como una oportunidad para volver a soñar con noches épicas y estadios repletos. La mística está intacta. El León despertó. Y promete no dormirse nunca más.
carloscastaneda@prensamercosur.org
