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Con una votación de 57 senadores a favor, el Congreso de Colombia dio este martes un paso decisivo al aprobar en último debate la reforma laboral, uno de los pilares sociales más ambiciosos del gobierno del presidente Gustavo Petro. La aprobación marca un momento histórico en el país y acerca la iniciativa a convertirse en ley, restando solo la conciliación con el texto previamente aprobado por la Cámara de Representantes. Ese trámite deberá completarse esta misma semana, antes del cierre del periodo legislativo el próximo viernes 20 de junio.
La reforma representa un viraje significativo en las relaciones laborales del país y ha estado rodeada de tensión política, protestas sectoriales y debates técnicos. En lo aprobado este martes se incluyen medidas que ya estaban contenidas en la propuesta de consulta popular que el propio Gobierno redactó y presentó como alternativa en caso de que el Congreso bloqueara la iniciativa legislativa. Entre esos puntos ahora aprobados en el Senado, figuran el contrato especial y a término fijo para estudiantes del SENA y el nuevo régimen de horas extras que inicia a las 7:00 p.m. para todas las empresas, sin excepción. Ambos artículos habían sido reivindicados por el Ejecutivo como esenciales para avanzar hacia un modelo laboral más justo y moderno.
La coincidencia entre varios artículos aprobados y el texto base de la consulta popular ha desatado una nueva discusión: ¿mantendrá el Gobierno la ruta de la consulta popular o la retirará tras el avance legislativo? Por ahora no hay un pronunciamiento oficial, pero se espera que el Ejecutivo fije su postura en las próximas horas, dado que la consulta -más allá de ser una herramienta jurídica- se convirtió en el símbolo político de un gobierno dispuesto a confrontar al Congreso para sacar adelante sus reformas estructurales.
En contraste, algunos de los puntos más polémicos de la reforma no lograron sobrevivir a la votación. Los artículos 37 y 38, que intentaban establecer reglas más estrictas para el trabajo a tiempo parcial y por horas -regulando figuras como la del «trabajador de tiempo parcial» y la «unidad de trabajo especial»- fueron eliminados del texto final por falta de consenso.
El debate no solo sacude la política interna, también pone a Colombia bajo la lupa regional. En momentos en que varios países de América Latina discuten reformas laborales, la decisión del Senado colombiano podría marcar tendencia. La pregunta de fondo permanece: ¿es esta la reforma que cambiará el rostro del empleo en Colombia o solo un primer avance dentro de una larga disputa entre el Gobierno, el Congreso y los sectores económicos?
Mientras la nación aguarda la conciliación y el pronunciamiento del Ejecutivo sobre la continuidad o no de la consulta popular, lo cierto es que la reforma laboral -ahora con respaldo del Senado- se instala como uno de los hitos legislativos más trascendentes del último tiempo. Una señal inequívoca de que el debate por la justicia laboral ha dejado de ser marginal y ha entrado de lleno en el centro de la agenda política nacional.
carloscastaneda@prensamercosur.org
