

Representante María Fernanda Carrascal
Desde el Senado de la República, la representante María Fernanda Carrascal, conocida como Mafe Carrascal, lanzó una dura advertencia tras una jornada legislativa que deja en vilo el corazón de la reforma laboral en Colombia. La sesión fue levantada y se citó para continuar el próximo lunes, pero ya se han aprobado 58 de los 77 artículos del proyecto. Según la congresista, el país podría estar a las puertas de una contrarreforma que, lejos de ampliar garantías, desmantela derechos laborales esenciales.
Carrascal, quien ha sido una de las voces más firmes en defensa de una reforma laboral progresista, denunció que el artículo 7 aprobado por el Senado elimina la obligación de respetar el debido proceso antes de despedir con justa causa, abriendo un camino peligroso hacia despidos arbitrarios sin garantías mínimas para los trabajadores.
También alertó sobre la aprobación del artículo 48, que permite una tercerización sin límites, en contravía de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. «Es una invitación abierta a precarizar el trabajo y a evadir responsabilidades laborales», denunció. Esta modificación elimina las pocas garantías que aún protegían a los trabajadores tercerizados.
A esto se suma el artículo 49, que debilita la regulación sobre empresas de servicios temporales, permitiendo que las usuarias continúen contratando con las mismas intermediarias sin límites claros. La medida introduce trabas procesales que obstaculizan la acción del Ministerio del Trabajo y sabotea la protección efectiva de los derechos laborales.
Carrascal también lamentó el rechazo de propuestas que buscaban ampliar derechos fundamentales. Entre ellas, una que garantizaba que todas las mujeres y personas menstruantes pudieran asistir a citas médicas relacionadas con ciclos menstruales incapacitantes. La plenaria decidió restringir ese derecho únicamente a casos urgentes o con especialistas, y solo bajo diagnóstico de endometriosis.
Igualmente, fue rechazada una proposición para reconocer formalmente el trabajo agropecuario, lo cual, en palabras de Carrascal, “le da la espalda al campesinado y a su histórica contribución a la economía nacional”.
No obstante, la representante destacó algunos avances conseguidos gracias a la presión desde los sectores progresistas. Se aprobaron artículos que fortalecen la lucha contra el acoso, la violencia y la discriminación en el ámbito laboral; se avalaron incentivos para empleos verdes y azules; se reconocieron los beneficios de la jornada flexible para personas cuidadoras, y se garantizó el auxilio de conectividad.
Uno de los logros señalados por Carrascal fue la modificación del artículo 6, que ahora limita a cuatro años el término máximo de un contrato a término fijo. Si no se cumplen los requisitos legales, el contrato deberá convertirse en indefinido, un paso importante hacia la estabilidad laboral.
En el ámbito cultural, fue aprobado el artículo 45 con una proposición de Carrascal que extiende la protección laboral a los artistas durante todas las fases del proceso creativo, resguardando así los derechos de toda la cadena productiva en la industria cultural.
Se eliminó además el artículo 17, que proponía una prima por crecimiento económico condicionada a una reducción de impuestos para los empleadores. “Era una fórmula populista sin sentido técnico ni compromiso con el bienestar del trabajador”, criticó.
Aún quedan temas sensibles por discutir: la regulación del trabajo por horas, el horario diurno y nocturno, los recargos dominicales y festivos, la figura de la Unidad de Trabajo Especial, los contratos de aprendizaje y su relación con el SENA, la jornada 4×3, así como medidas que podrían afectar el derecho de asociación sindical y la estabilidad reforzada de los trabajadores vulnerables.
Entre los puntos positivos ya consolidados figuran la eliminación del contrato sindical, la ampliación de la licencia de paternidad a cuatro semanas, el reconocimiento del trabajo familiar y comunitario, y la imposición de límites más estrictos a los contratos por prestación de servicios.
Con firmeza, Mafe Carrascal cerró su balance con un llamado urgente: “Le pido al pueblo trabajador que no baje la guardia. Lo que se está jugando en el Congreso es el futuro de las garantías laborales en Colombia. Seguiremos defendiendo el corazón de nuestra reforma laboral”.
El proyecto ahora pasará a etapa de conciliación entre los textos aprobados en Cámara y Senado, en un pulso definitivo donde, una vez más, la dignidad del trabajo colombiano estará en juego.
carloscastaneda@prensamercosur.org
