

En una declaración cargada de preocupación por el devenir democrático de América Latina, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, reveló este miércoles haber sostenido una conversación con la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, a pocas horas de conocerse la decisión definitiva de la Corte Suprema de Argentina que ratificó su condena a seis años de prisión por corrupción y la inhabilitó de por vida para ejercer cargos públicos.
“Acabo de hablar con Cristina Kirchner, en Argentina. Mi solidaridad con ella, que va en camino a la prisión”, escribió Petro en su cuenta oficial en la red X, marcando una de las posturas más contundentes de un jefe de Estado latinoamericano frente al fallo judicial argentino.
Pero el mensaje del presidente colombiano no se limitó a la coyuntura argentina. En un extenso pronunciamiento, Petro trazó un diagnóstico sombrío sobre el panorama político regional y advirtió que la democracia latinoamericana atraviesa una etapa crítica. “Estamos en tiempos difíciles. Presidentes como Lula, Pedro Castillo, Cristina Kirchner, Rafael Correa, Dilma Rousseff, Manuel Zelaya, Andrés Manuel López Obrador, Evo Morales… todos progresistas, todos distintos, han enfrentado golpes de Estado, procesos judiciales injustos y años de cárcel”, afirmó.
El mandatario señaló que, tras tres décadas de apertura democrática luego del ocaso de las dictaduras militares, el continente parece retroceder ante el avance de las extremas derechas. “La primavera democrática de América Latina está en peligro. El cambio de rumbo global, con la irrupción de fuerzas conservadoras en los centros de poder, ha incentivado rupturas democráticas. En lugar de apostar por economías descarbonizadas y políticas de vida, se persigue a migrantes y se deja crecer la irracionalidad y el fascismo”, subrayó.
En ese mismo tono, Petro advirtió que en Colombia se estarían gestando intentos sediciosos para desestabilizar su gobierno. “No es un discurso vacío: en Colombia ya se pregona un golpe de Estado. Personas de la extrema derecha, tanto en el país como en los Estados Unidos, han sostenido conversaciones que han sido grabadas por testigos. Esas grabaciones, en mi opinión, deben hacerse públicas”, denunció el jefe de Estado.
El presidente colombiano insistió en que frente a los intentos de quiebre institucional, la única respuesta válida es la movilización pacífica, pero decidida. “A la violencia y el golpe se les responde con la unidad pacífica, pero activa y contundente del pueblo”, escribió.
Cerró su pronunciamiento con una reafirmación de su compromiso con el Estado de derecho y la justicia social: “Yo llegaré hasta donde el pueblo me diga, dentro del marco constitucional. Buscaré la solución pacífica y negociada, sin retroceder en la lucha por los derechos del pueblo”.
La Corte Suprema argentina, por su parte, confirmó de manera unánime (tres votos contra cero) la sentencia que condena a Cristina Fernández por administración fraudulenta agravada en perjuicio del Estado, en un proceso que sus defensores califican de persecución judicial con motivaciones políticas. La decisión llega en un momento de alta polarización en Argentina y ha desatado reacciones intensas en todo el espectro político latinoamericano.
En medio de este contexto convulso, la voz de Gustavo Petro resuena como una advertencia: la democracia latinoamericana, más que nunca, está en una encrucijada.
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