

Fuerte temblor este domingo en Colombia. Entre los municipios más cercanos al epicentro se encuentran Paratebueno, a solo 7 kilómetros; Medina, a 19 kilómetros; y Restrepo (Meta), a 35 kilómetros. /Getty
A las 8:08 de la mañana de este domingo 8 de junio, un potente sismo sacudió el centro del país y provocó momentos de angustia en la capital colombiana y varias regiones del interior. Con una magnitud preliminar de 6.5, el movimiento telúrico se percibió con fuerza en Bogotá y generó evacuaciones espontáneas en edificios residenciales, oficinas y centros comerciales.
El Servicio Geológico Colombiano confirmó que el epicentro se localizó en el municipio de Paratebueno, departamento de Cundinamarca, cerca del límite con el Meta, una región de alta actividad sísmica. Su escasa profundidad, inferior a 30 kilómetros, amplificó el impacto del temblor en la superficie, provocando que fuera sentido con intensidad en al menos ocho departamentos, incluida la capital.
Calles detenidas, llamadas saturadas y ciudadanos buscando refugio marcaron los primeros minutos tras el remezón. Aunque hasta ahora no se han reportado víctimas fatales ni daños estructurales mayores, las autoridades han desplegado equipos de evaluación en las zonas más cercanas al epicentro, incluyendo los municipios de Medina, Restrepo y el propio Paratebueno, que se encuentra apenas a siete kilómetros del punto exacto donde se originó el evento.
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres activó sus protocolos de emergencia y ha iniciado un monitoreo detallado de posibles réplicas, así como de afectaciones en puentes, vías terciarias y viviendas en áreas rurales, donde las construcciones suelen ser más vulnerables a este tipo de fenómenos.
El sismo también fue sentido en ciudades como Villavicencio, Tunja y Neiva, despertando un eco de preocupación que se extendió por redes sociales, donde cientos de ciudadanos compartieron videos del momento del temblor y mensajes de solidaridad.
Colombia, situada sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas sísmicas más activas del planeta, experimenta con relativa frecuencia movimientos de tierra. Sin embargo, eventos de esta magnitud, sentidos con tal nitidez en Bogotá, no son comunes y siempre reavivan el temor latente de una catástrofe mayor.
Por ahora, el país respira con cautela, mientras los organismos de socorro mantienen vigilancia y las comunidades permanecen atentas. La tierra habló esta mañana con fuerza, y aunque no dejó tragedia, sí recordó la fragilidad sobre la que se edifica la rutina en esta región andina.
carloscastaneda@prensamercosur.org
