

¿Te has preguntado alguna vez cómo sobreviven y se adaptan los animales que no tienen huesos? Estos fascinantes seres, conocidos como invertebrados, componen la mayor parte del reino animal y se encuentran en todos los rincones del planeta, desde los fondos oceánicos hasta los bosques tropicales más remotos. Sus estrategias evolutivas y la variedad de formas y tamaños que presentan son realmente sorprendentes. En este artículo, descubrirás todo lo que hay que saber sobre estos animales, sus características, su clasificación y algunas curiosidades que les hacen únicos en la naturaleza.
El mundo de los invertebrados es mucho más amplio y complejo de lo que podemos imaginar a simple vista. Aunque a veces pasen desapercibidos por su tamaño o por su aspecto peculiar, su importancia en los ecosistemas es fundamental. Vamos a explorar en detalle las particularidades de este grupo animal, desgranando los distintos tipos de invertebrados que existen y cuáles son sus principales diferencias respecto a los vertebrados.
¿Qué son los animales que no tienen huesos?
Se conoce como animales sin huesos a aquellos que no cuentan con una estructura ósea interna articulada ni columna vertebral. El término científico más habitual para englobarlos es invertebrados. Representan una abrumadora mayoría dentro del reino animal: según estimaciones científicas, alrededor del 95% de todas las especies animales son invertebrados, llegando incluso en algunos cálculos al 97%.
La ausencia de huesos o columna vertebral ha dado pie a una diversidad asombrosa de formas corporales y modos de vida. Su éxito evolutivo se debe, en gran medida, a estas adaptaciones morfológicas. Algunos invertebrados desarrollan exoesqueletos (como los insectos y crustáceos), otros poseen cuerpos blandos protegidos por conchas (como los moluscos) y muchos otros carecen de protección rígida, desplazándose mediante contracciones musculares o cilios microscópicos.
Jean-Baptiste Lamarck fue uno de los pioneros en la zoología de invertebrados, distinguiéndolos como «animales sin vértebras». Linneo, por su parte, también reconoció la necesidad de clasificarlos aparte de los vertebrados, aunque sus límites y categorizaciones han evolucionado mucho desde entonces.
Principales características de los animales invertebrados
Los invertebrados se distinguen, además de por carecer de columna vertebral, por una serie de rasgos comunes:
- Pueden ser de pequeño tamaño, aunque existen especies colosales como el calamar gigante.
- No tienen esqueleto interno formado por huesos o cartílagos. En su lugar, algunos presentan exoesqueletos (artrópodos), esqueletos hidrostáticos o estructuras simples de soporte.
- Muchos presentan conchas, caparazones o cubiertas duras para protegerse.

- Su morfología y fisiología es sumamente variada: hay invertebrados unicelulares y pluricelulares, con cuerpos blandos, segmentados o ramificados.
- Habitan en ambientes acuáticos, terrestres y aéreos. Puede encontrarse una especie de invertebrado prácticamente en cualquier ecosistema.
La inventariación de los invertebrados ha sido todo un reto para la ciencia debido a su enorme variedad y la dificultad para estudiar algunas especies por sus diminutas dimensiones o hábitats remotos. Sin embargo, su papel biológico es insustituible: desde la polinización de plantas hasta la transformación de materia orgánica, pasando por el control de plagas y el mantenimiento de la biodiversidad.
Evolución y clasificación de los invertebrados
A lo largo de la historia, los invertebrados han sido clasificados en diversos grupos. Con el desarrollo de la biología evolutiva y la genética, estos límites se han ido ajustando, pero en una aproximación clásica, podemos dividir los principales filos de invertebrados en:
- Poríferos (esponjas)
- Placozoos
- Cnidarios (medusas, corales y anémonas)
- Acelomorfos
- Platelmintos (gusanos planos)
- Anélidos (lombrices y sanguijuelas)
- Moluscos (caracoles, almejas, pulpos)
- Artrópodos (insectos, arácnidos, crustáceos, miriápodos)
- Equinodermos (estrellas y erizos de mar)
- Otros grupos menos conocidos: ctenóforos, rotíferos, nemátodos, etc.
Cada uno de estos filos representa una estrategia evolutiva distinta y alberga miles o incluso millones de especies. Por ejemplo, solo entre los insectos se estima que existen cerca de un millón de especies descritas, lo que convierte a este grupo en el más diverso de todo el reino animal.
Ejemplos destacados de animales que no tienen huesos

En el inmenso universo de los invertebrados, algunos grupos merecen una mención especial por su relevancia y diversidad:
- Artrópodos: Incluyen insectos como las mariposas, escarabajos y hormigas, arácnidos como las arañas y escorpiones, crustáceos como cangrejos y langostinos, y miriápodos como ciempiés y milpiés. Los artrópodos destacan por su exoesqueleto articulado y su asombrosa capacidad de adaptación.
- Moluscos: Este grupo integra animales de cuerpo blando, algunos con concha (caracoles y almejas) y otros sin ella (pulpos, calamares). Son famosos por su capacidad de cambiar de forma, su inteligencia (pulpos) y su variedad de hábitats.
- Anélidos: Los gusanos segmentados, como las lombrices de tierra y sanguijuelas, juegan un papel crucial en la aireación del suelo y la descomposición de materia orgánica.
- Equinodermos: Solo los encontrarás en ambientes marinos. Tienen simetría radial y suelen presentar espinas externas. Algunos ejemplos son las estrellas de mar, erizos marinos y pepinos de mar.
- Cnidarios: Agrupan a seres con cuerpos gelatinosos y tentáculos urticantes, como medusas, corales y anémonas de mar.
- Poríferos: Esponjas de mar, organismos que filtran el agua para alimentarse y carecen de tejidos verdaderos.
Cada uno de estos grupos abarca organismos con estructuras y funciones muy diferentes, pero todos comparten la característica primordial: su vida sin huesos.
La biodiversidad de los invertebrados
La biodiversidad de los invertebrados es apabullante. Solo para hacerse una idea, según la UICN y estimaciones científicas recientes, el número de especies descritas por clase es el siguiente:
- Insectos: 1.000.000
- Arácnidos: 102.250
- Moluscos: 85.000
- Crustáceos: 47.000
- Miriápodos: 16.000
- Otros invertebrados: alrededor de 109.000
En total, hablamos de más de 1.359.000 especies conocidas, aunque se calcula que el número real podría ser mucho más alto, ya que muchos invertebrados aún no han sido descritos por la ciencia.
Importancia ecológica y biológica de los invertebrados
Los invertebrados no solo destacan por su variedad, sino que son clave en el funcionamiento de los ecosistemas. Muchas especies son esenciales como polinizadores, descomponedores y base de las cadenas alimentarias. Por ejemplo, los insectos polinizan la mayoría de plantas que luego consumimos los humanos, mientras que las lombrices de tierra mejoran la fertilidad del suelo.
Otro aspecto fundamental es su papel como bioindicadores de la calidad del medio ambiente, especialmente los macroinvertebrados de agua dulce. La presencia de ciertos insectos, crustáceos, moluscos o anélidos en ríos, lagos y charcas nos permite evaluar la salud de estos ecosistemas.
Además, muchos invertebrados han sido cruciales en investigaciones científicas, como la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster) y el nematodo Caenorhabditis elegans, ayudando a comprender los secretos de la genética y el desarrollo animal.
Reproducción y ciclos vitales de los animales sin huesos
La reproducción de los invertebrados es tan variada como ellos mismos. La mayoría se reproduce sexualmente, produciendo gametos (óvulos y espermatozoides) que se fusionan para formar un cigoto. No obstante, muchos también pueden reproducirse asexualmente por gemación, fragmentación, partenogénesis o esporulación.
Hay especies que alternan ambos tipos de reproducción según las condiciones ambientales. Por ejemplo, algunas especies de ácaros llevan millones de años sin reproducción sexual, perpetuando su linaje solo a través de la reproducción asexual.
Sus ciclos de vida pueden incluir metamorfosis completas, como ocurre en muchos insectos, o simples cambios de tamaño a lo largo de la vida, como en moluscos y anélidos.
Sistemas nerviosos y respiratorios en invertebrados
Los invertebrados tienen sistemas nerviosos mucho menos centralizados que los vertebrados. Sin embargo, se han encontrado neuronas y respuestas adaptativas muy sofisticadas en muchos de ellos. Por ejemplo, las medusas cuentan con redes nerviosas difusas, los moluscos como el pulpo tienen sistemas complejos capaces de aprendizaje y memoria, y las moscas poseen cerebros diminutos pero muy funcionales.
En cuanto a la respiración, destacan los sistemas traqueales de los insectos, con una red de tubos que llevan oxígeno directamente a los tejidos. Otros, como los equinodermos, respiran a través de la piel o branquias especializadas, y las esponjas simplemente intercambian gases a través de todo su cuerpo.
Macroniveles de clasificación dentro de los invertebrados

En la práctica, los científicos suelen subdividir a los invertebrados en grandes grupos para facilitar su estudio y comprensión. Las divisiones más habituales son:
- Artrópodos: Insectos, arácnidos, miriápodos y crustáceos.
- Anélidos: Lombrices y sanguijuelas.
- Moluscos: Almejas, calamares, pulpos, caracoles.
- Equinodermos: Estrellas y erizos de mar.
- Cnidarios: Medusas, corales, pólipos.
- Poríferos: Esponjas.
- Platelmintos: Gusanos planos.
- Nemátodos: Gusanos cilíndricos.
Esta clasificación, aunque tradicional, sirve para dar una idea general de la variedad de formas y estilos de vida.
Relación entre vertebrados e invertebrados
No se puede entender la vida en la Tierra sin considerar la relación entre los invertebrados y los vertebrados. Mientras que estos últimos tienen una columna vertebral y esqueleto osificado, los invertebrados han desarrollado una multitud de adaptaciones alternativas. Ambos grupos interactúan constantemente: algunos invertebrados sirven de alimento a los vertebrados, otros establecen relaciones simbióticas y algunos incluso pueden ser parásitos.
La distinción entre ambos grupos sigue utilizándose ampliamente en la educación y la investigación, aunque desde el punto de vista filogenético, los «invertebrados» no forman un grupo evolutivo único.
Otros grupos menores y curiosidades
Además de los grupos principales, existen filos menores de invertebrados menos conocidos pero igualmente fascinantes, como los tardígrados (microanimales capaces de sobrevivir a las condiciones más extremas), los rotíferos (microscópicos y abundantes en aguas dulces), y los entoproctos o nematomorfos. Para entender mejor su papel en la biodiversidad, puedes visitar nuestra sección sobre animales que no tienen huesos.
Se estima que existen miles de especies aún por descubrir, especialmente en regiones poco exploradas como las profundidades marinas o los suelos tropicales. Sin embargo, los invertebrados son fundamentales para la salud de los ecosistemas y la estabilidad de la vida en nuestro planeta. Presentan una asombrosa variedad de formas, funciones y adaptaciones que demuestran la capacidad de la vida para prosperar en condiciones extremas y en todos los hábitats posibles.
Su papel en la polinización, el reciclaje de nutrientes y el control de plagas es vital para mantener el equilibrio ecológico. La riqueza y diversidad de los invertebrados resaltan la importancia de conservar sus hábitats y promover su estudio para entender mejor nuestro entorno natural.
Alicia Tomero
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/animales-que-no-tienen-huesos-guia-completa-sobre-invertebrados/
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