

La Cancillería denuncia ante la comunidad internacional “acciones desestabilizadoras promovidas por afines al señor Evo Morales” y este responde que “las movilizaciones no son por una persona ni por una candidatura”
En medio del bloqueo de carreteras en plena crisis económica y a menos de tres meses de las elecciones generales, el gobierno del presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales elevaron su pelea ante la comunidad internacional.
El martes, mediante un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores denunció “ante la comunidad internacional las acciones desestabilizadoras promovidas por afines al señor Evo Morales para acortar el mandato del presidente Arce e imponer una candidatura inconstitucional” del exmandatario.
“Estos grupos han organizado (…) medidas de presión violentas que buscan provocar incertidumbre y malestar a la población boliviana. Los bloqueos de caminos y cercos de ciudades han retomado la consigna ya planteada durante el año 2024 de exigir la renuncia del presidente Arce y de todos los integrantes del gobierno”, cita el documento.
La administración de Arce ratificó su voluntad de respaldar la realización de las elecciones generales el próximo 17 de agosto e hizo un llamado “a la comunidad internacional a permanecer atenta ante las acciones contra el gobierno nacional democráticamente elegido y a respaldar la paz y la democracia en Bolivia”.
Este miércoles, el expresidente Morales publicó en redes sociales su respuesta al comunicado de la Cancillería y aseguró que “con profunda preocupación y compromiso” se dirige “al pueblo boliviano y a la comunidad internacional para expresar lo que miles de hermanas y hermanos viven día a día” en el país.
“Hoy Bolivia no atraviesa simplemente una crisis política, sino una tragedia social y humana. No hay hogar humilde que no sienta el peso del hambre, de la desesperanza, de la miseria. Los mercados están vacíos de economía, pero llenos de angustia”, dijo el exgobernante.
Agregó que esta “dramática situación” es consecuencia directa de una mala gestión y de decisiones erradas que destruyeron en poco tiempo la estabilidad económica del país.
“Pero el daño va más allá de lo económico. Se ha asestado un golpe profundo a la democracia y al Estado de derecho. Las instituciones que deberían ser garantes de la Constitución, como el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo Electoral, han sido sometidas al poder político de turno. Ya no responden al pueblo, responden a intereses personales”, sostuvo.
El martes, el presidente Arce también difundió un texto en sus redes sociales y aseguró que Morales instruyó los bloqueos, que “miente cuando dice que su protesta es por la economía” y que en realidad persigue su renuncia para “habilitar su candidatura por la fuerza”.
Pero Morales afirmó que “se manipulan resoluciones y fallos como instrumentos de exclusión, para forzar una candidatura única y evitar por todos los medios la participación libre y soberana del pueblo en las urnas”.
“A esto se suma la persecución judicial, la criminalización de líderes sociales y la represión violenta contra quienes alzan su voz. Hoy, las movilizaciones no son por una persona ni por una candidatura (…). Cuando un gobierno que fue elegido con el 55% de apoyo, hoy apenas tiene el 2%, no es una oposición la que habla: es el pueblo que se levanta”, señaló el exmandatario.
Remarcó que la “lucha no es contra Bolivia, sino por Bolivia” y que no se pide privilegios, sino que se exige derechos.
“Como hijo de la tierra, como indígena, como boliviano, reitero mi compromiso inquebrantable con la democracia, con la paz y con los más humildes. No callaremos ante la injusticia. No claudicaremos en la defensa de nuestro pueblo”, puntualizó Morales.
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