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Con una movilización institucional sin precedentes, el Estado colombiano dio este martes un paso contundente hacia la garantía real del derecho a la salud. En una jornada calificada como histórica por sus protagonistas, el departamento del Valle del Cauca fue escenario del cierre masivo de peticiones represadas de pacientes con enfermedades crónicas, una población especialmente vulnerable que por años ha sido invisibilizada por las fallas del sistema.
La operación fue liderada en terreno por la doctora María Niny Echeverry, delegada de la Superintendencia Nacional de Salud, en articulación con el superintendente Giovanny Rubiano García. Desde tempranas horas, junto a representantes de las principales Entidades Promotoras de Salud del país -Nueva EPS, Asmet Salud, Sanitas, Coosalud, Comfenalco Valle y Emssanar-, la funcionaria coordinó un despliegue técnico y humano que permitió revisar, resolver y cerrar cientos de casos que se encontraban estancados por trámites administrativos.
“El derecho a la salud no puede ser una promesa aplazada. Hoy estamos aquí para cumplirle al ciudadano, para decirle que su vida importa y que el sistema sí puede responder”, afirmó Echeverry, en medio de un operativo que se extendió durante toda la jornada y que involucró médicos, auditores, asesores jurídicos y equipos de atención al usuario.
El Valle del Cauca, por su peso demográfico y su alta incidencia de patologías crónicas, fue priorizado como epicentro de esta estrategia nacional. Entre las condiciones más frecuentes que motivaron las peticiones represadas se encuentran diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, cáncer y enfermedades respiratorias, muchas de las cuales requieren atención continua e ininterrumpida para evitar complicaciones irreversibles.
La salud no espera: histórica jornada en el Valle del Cauca liderada por María Niny Echeverry resuelve cientos de casos crónicos
Durante la jornada, cada caso fue abordado con enfoque diferencial y con sentido de urgencia. Las EPS presentes agilizaron procesos, actualizaron datos, autorizaron procedimientos y coordinaron nuevas rutas de atención para pacientes que, en muchos casos, llevaban meses esperando una respuesta. En palabras de la Superintendencia, esta intervención no busca solo “desatrasar” expedientes, sino transformar la manera en que las instituciones entienden su responsabilidad frente al dolor y la esperanza de los usuarios.
“Lo que se logró hoy es una lección de humanidad, pero también de institucionalidad. Las promesas en salud deben cumplirse en tiempo real, porque con la salud no se juega. Se protege, se garantiza y se honra”, insistió Echeverry, visiblemente conmovida por los testimonios de los usuarios.
Esta jornada de cierre masivo no solo representa una victoria para miles de pacientes, sino también una señal de advertencia a todo el sistema de salud: la ineficiencia administrativa no puede ser la barrera que condene a los ciudadanos a sufrir en silencio. En ese sentido, lo ocurrido en el Valle del Cauca puede marcar un punto de inflexión en la forma en que se aborda la salud pública en Colombia y convertirse en referencia regional para otros países con sistemas fragmentados.
Desde organizaciones sociales hasta observadores internacionales, el operativo ha sido recibido como una buena práctica que demuestra que sí es posible avanzar hacia una salud digna, integral y centrada en la persona. Porque, como lo dejó claro esta jornada, cuando el Estado actúa con decisión, y los funcionarios como la doctora María Niny Echeverry asumen el liderazgo con humanidad, los derechos dejan de ser un papel para convertirse en realidad.
carloscastaneda@prensamercosur.org
