

Por un comunicador convencido de que las ideas también se diploman
No todas las universidades nacen bajo el sol caribeño con el respaldo simultáneo de una monarquía europea, un presidente latinoamericano y una fundación internacional que lleva décadas tejiendo puentes entre continentes. La inauguración oficial de la Universidad de La Romana (UNIROMANA) en la República Dominicana, ( donde se abrió la primera Universidad de América), presidida por Su Majestad el Rey Felipe VI, constituye mucho más que un acto protocolario: es la confirmación tangible de que la cooperación iberoamericana tiene un eje estratégico en la educación superior.
El evento, celebrado el 6 de mayo de 2025, contó con la presencia del presidente dominicano y las máximas autoridades locales, así como del presidente de la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER), Santos Gracia, artífice de un modelo de expansión académica que rompe fronteras físicas y mentales. Durante el acto se descubrió una placa conmemorativa, se recorrieron las instalaciones de este moderno campus educativo, y se proyectó un vídeo institucional que dejó claro el objetivo de la nueva universidad: formar líderes iberófonos capaces de afrontar los desafíos globales desde una mirada local e inclusiva.
FUNIBER: la universidad como estrategia geocultural
La elección de República Dominicana como sede de esta nueva institución no es azarosa. Como ha subrayado en múltiples ocasiones el profesor Frigdiano Álvaro Durántez Prados, director de Relaciones Institucionales de FUNIBER y pionero del concepto contemporáneo de «iberofonía», este espacio multinacional —integrado por países de lenguas española y portuguesa— representa una civilización cohesionada por la lengua, la cultura y los lazos históricos, cuyo potencial sigue estando infrautilizado.

FUNIBER se presenta, en este sentido, como una herramienta singular de diplomacia del conocimiento. Fundada en 1997, esta red académica internacional está presente en más de 30 países y colabora activamente con instituciones como la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO), con la que UNIROMANA ofrecerá dobles titulaciones internacionales. Se trata de un enfoque pedagógico que combina la excelencia académica europea con la adaptabilidad social y cultural que exige el desarrollo local.
Pero FUNIBER no se limita a ofrecer programas de grado y posgrado. Su labor incluye proyectos de cooperación técnica y cultural, desarrollo de soluciones formativas a medida para empresas e instituciones, y un ambicioso plan de becas y financiación para garantizar que ningún talento quede al margen por razones económicas. Una muestra de que, en la educación del siglo XXI, no basta con enseñar: hay que incluir y transformar.
La monarquía como garante de la continuidad iberoamericana
El papel del Rey Felipe VI en esta inauguración no puede entenderse únicamente desde el protocolo. Se trata de un gesto de Estado, pero también de un gesto de futuro. Al apoyar institucionalmente un proyecto que fomenta la cooperación sur-sur y la formación transatlántica, la Corona española reafirma su papel como garante de una comunidad de naciones que no reniega de su historia común, sino que la actualiza con inteligencia y respeto.
Esta visión ha sido también reconocida por las autoridades dominicanas, que en fechas recientes han inaugurado en Santo Domingo la Avenida Rey Felipe VI de España, en una clara muestra de aprecio a los que,por la representación de nuestro monarca, simbolizan, impulsan y articulan el renacer iberoamericano desde la educación, la cultura y la visión geoestratégica.
UNIROMANA: una universidad caribeña con vocación universal
La Universidad de La Romana no nace para competir con las grandes élites académicas, sino para democratizar el acceso a la formación superior con calidad internacional, sin renunciar a las raíces locales ni al compromiso social. En un país donde la juventud es mayoría y las oportunidades educativas aún enfrentan barreras estructurales, UNIROMANA aspira a ser motor de transformación y movilidad social.
En sus aulas se formarán los futuros profesionales que no solo hablarán español o portugués, sino que lo harán con el lenguaje común de la ciencia, la ética y el compromiso con sus comunidades. Profesionales que sabrán que, en este rincón del Caribe, nació una universidad que no quiso parecerse a Harvard, sino construir un modelo propio desde la Iberofonía.
Una avenida de palabras, personas y proyectos
Mientras se descubría la placa conmemorativa, sonaban los himnos nacionales y se intercambiaban palabras de respeto entre instituciones, se hacía patente algo que no cabía en ningún titular: la iberofonía ha dejado de ser una idea para convertirse en una realidad con calles, campus y ciudadanía. La universidad, como símbolo, es más poderosa que muchas embajadas. Y en este caso, la apuesta es clara: educar para integrar, formar para liberar, pensar para transformar.
Que en pleno 2025 un Rey, un presidente y una fundación educativa se den la mano para inaugurar un templo del conocimiento en América es más que un signo de esperanza: es una señal geográfica de que el futuro habla iberófono.
Fdo.
Javier Pertierra
