

El pasado martes, el Senado Español fue escenario de una sesión especial de la Comisión Internacional para el Desarrollo, en la que se reunieron delegaciones parlamentarias de más de 20 países de Iberoamérica y el Caribe. Este encuentro, de relevancia estratégica, tuvo como eje central el rol de los parlamentos en la erradicación del hambre y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Entre los asistentes destacó la participación del diputado argentino Matías Sotomayor, representante del Parlamento del MERCOSUR (Parlasur) y presidente del Frente Parlamentario contra el Hambre del MERCOSUR. Durante su intervención, Sotomayor subrayó la necesidad urgente de implementar políticas sostenidas que garanticen la seguridad alimentaria en la región y reiteró el compromiso de los países del bloque en esta lucha global.

La seguridad alimentaria como prioridad inaplazable
En su discurso, el parlamentario argentino enfatizó que «la seguridad alimentaria no puede esperar». Según Sotomayor, garantizar el derecho a una alimentación adecuada requiere de esfuerzos conjuntos que trasciendan fronteras y diferencias políticas. «Necesitamos políticas de Estado sostenidas, presupuestos claros y una cooperación internacional más fuerte para que este derecho sea una realidad en cada territorio», afirmó.
El diputado también hizo un llamado a reforzar los vínculos entre los países iberoamericanos, destacando la importancia de la colaboración multilateral para enfrentar los desafíos que plantea el hambre. «Desde San Juan, desde la Argentina, desde el MERCOSUR, reafirmamos nuestro compromiso con esta lucha colectiva», señaló.
Reconocimientos y agradecimientos
Sotomayor aprovechó la oportunidad para expresar su gratitud a los senadores y senadoras de España, especialmente a los integrantes de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo, quienes facilitaron este espacio de diálogo y reflexión. Asimismo, destacó el respaldo continuo de organismos internacionales como la FAO, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIAP), la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y el programa Mesoamérica sin Hambre.
«Estos actores han demostrado un compromiso inquebrantable con la causa de la seguridad alimentaria y son un ejemplo de cómo la cooperación puede transformar realidades», señaló Sotomayor.
Un desafío global con enfoque regional
La participación del diputado argentino en esta sesión especial no solo refuerza la presencia del MERCOSUR en foros internacionales, sino que también pone de manifiesto la urgencia de abordar el hambre como un problema estructural que afecta a millones de personas en Iberoamérica. Según datos recientes, más del 30% de la población en América Latina y el Caribe enfrenta algún grado de inseguridad alimentaria, una cifra alarmante que exige respuestas inmediatas y coordinadas.
En este contexto, Sotomayor destacó la importancia de articular esfuerzos entre los parlamentos nacionales, regionales e internacionales, para diseñar e implementar políticas públicas efectivas. «La política debe ser una herramienta para transformar vidas. A pesar de las dificultades económicas y las restricciones presupuestarias, debemos trabajar con creatividad y amor por nuestras comunidades», concluyó.
Avances y desafíos
El evento en el Senado Español marcó un paso significativo hacia la consolidación de una Alianza Iberoamericana por la Seguridad Alimentaria. Sin embargo, los desafíos son numerosos: desde garantizar financiamiento sostenible hasta abordar las desigualdades estructurales que perpetúan el hambre en muchas comunidades.
La intervención de Matías Sotomayor fue un recordatorio contundente de que la lucha contra el hambre no solo es una cuestión moral, sino también una necesidad urgente para alcanzar un desarrollo inclusivo y sostenible. En un mundo interconectado, las soluciones deben ser igualmente globales y reflejar un compromiso colectivo con los derechos humanos fundamentales.
Con iniciativas como esta, queda claro que el camino hacia un futuro sin hambre es posible, siempre que exista voluntad política, cooperación internacional y un enfoque centrado en las personas más vulnerables.
