Según el FMI, las reservas se agotan en un ritmo cada vez más acelerado. El organismo internacional sostiene que son inciertos los resultados de los esfuerzos que hace la empresa estatal del petróleo por encontrar nuevos yacimientos que reemplacen a los descubiertos por gobiernos anteriores al MAS.
Las reservas de gas natural de Bolivia se agotan en un ritmo cada vez más acelerado, dice el FMI cuando la balanza energética (exportaciones contra importaciones) arrojó un déficit de 1.000 millones de dólares entre enero y septiembre de este año.
El organismo internacional dice que son inciertos los resultados de los esfuerzos que hace la empresa estatal del petróleo (YPFB) por encontrar nuevos yacimientos de gas natural que reemplacen a los descubiertos por gobiernos anteriores al MAS.
El déficit en la balanza energética tiene una complicación mayor, porque el precio al consumidor de los combustibles importados, gasolina y diésel oil es subvencionado y es de 54 centavos de dólar el litro, el cuarto más barato de Sudamérica, después de Venezuela, Ecuador y Colombia. Mientras en Brasil cuesta 93 centavos y Argentina 1,05. Lo paradójico es que el precio de la gasolina en Arabia Saudita es de 62 centavos y en los Emiratos Árabes 83.
El FMI dice que esa subvención representaba 1,5% del PIB boliviano, pero que ahora llegó a 3,7%, un nivel preocupante, cuando el organismo insiste en que se debe reducir el gasto público de inmediato.
La falta de gas se debe a que las petroleras extranjeras dejaron de invertir en exploración en Bolivia desde 2006, cuando el gobierno de Evo Morales cambió el texto de los contratos de operación pero por razones políticas decidió llamar a eso una “nacionalización”, lo que molestó a las casas matrices.
En 2013, la producción de gas era de 62 millones de metros cúbicos por día, y ahora sólo llega a 38 millones, lo que obliga a disminuir los volúmenes que se envían a Argentina y Brasil, que debían ser de 20 millones por día pero son de solamente 14 millones.
Los dos países vecinos están tomando previsiones para el momento en que Bolivia suspenda los envíos de gas. Argentina construye los gasoductos para llevar al norte de su territorio el gas neuquino de Vaca Muerta, mientras que Brasil avanza en sus proyectos de usar el gas de los yacimientos submarinos “pre-sal”, además de recibir el gas argentino en el sur y en la región paulista.
El experto Álvaro Ríos dice que el gas argentino podría llegar a la región paulista atravesando Bolivia para lo que usaría los gasoductos que habrán quedado vacantes cuando hayan cesado las exportaciones bolivianas a los dos países. Y el abastecimiento del sur brasileño sería mediante el gasoducto que se debe construir por Uruguayana. Parte del gas que pasaría por Bolivia en esa eventualidad podría quedarse en el país para atender la demanda interna, que es de 14 millones de metros cúbicos día.
Las exportaciones de gas a Argentina comenzaron en 1972 y los envíos a Brasil en 1999
La información de que aumenta el ritmo al que cae la producción confirma las predicciones de los expertos: nunca llega a extraerse todo el gas contenido en los campos en explotación porque suelen inundarse y así se adelanta el momento del agotamiento final.
Esta crisis del gas provoca una situación muy difícil para la economía de un país que ha estado recibiendo fabulosos montos por sus exportaciones, que fueron muy mal invertidos, como una planta de urea que costó 930 millones de dólares y no opera.
Toda esta situación se da cuando el gobierno está enfrentado a las protestas de Santa Cruz por la fecha del censo, y ha mostrado que no tiene capacidad para ocuparse de dos temas tan difíciles al mismo tiempo.
Cuando comenzaba el conflicto del censo, prohibió las exportaciones originarias de Santa Cruz para castigar a ese departamento, pero olvidó que esas exportaciones eran vitales para contar con dólares que permitan mantener las importaciones de combustibles.
Ahora, el Banco Central tiene solamente en sus reservas 863 millones de dólares, las más bajas desde 2005, monto que apenas sirve para dos meses de importación de combustibles.
El gobierno acaba de levantar la prohibición de exportaciones, pero ocurre que la protesta de Santa Cruz se mantiene firme y todo el comercio, interno y externo, está paralizado.
Para reducir el gasto público, habrá que despedir a gran parte de los 534.000 funcionarios de la administración pública, quizá hasta reducir esa cantidad a 200.000, que eran cuando llegó Evo Morales al gobierno en 2006.
Dos pesadillas para Luis Arce, que se suman a su ruptura con Morales, su mentor.
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