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En un paso decisivo hacia la transformación energética del país, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) habilitó este lunes la licencia que permitirá construir la línea eléctrica de conexión entre los parques eólicos Beta y Alpha y la subestación Cuestecitas, en el corazón del territorio guajiro. Con esta resolución, el Gobierno Nacional despeja el camino para que los vientos del norte colombiano empiecen a alimentar el Sistema Interconectado Nacional con energía limpia.
La decisión llega tras semanas de análisis técnico y jurídico, y fue formalizada luego de un encuentro entre la ministra de Ambiente, Lena Estrada Añokazi, y la directora de la ANLA, Irene Vélez Torres. El recurso de reposición interpuesto por la empresa Eolos Energía SAS ESP fue resuelto favorablemente, consolidando así uno de los proyectos estratégicos más relevantes para el futuro energético de Colombia.
El proyecto, que atravesará los municipios de Uribia, Maicao y Albania, contempla la construcción de torres de transmisión, tendidos de red y vías de acceso necesarias para conectar la energía eólica generada en los parques con la red nacional. Pero más allá de su componente técnico, esta autorización representa un giro en la forma como el Estado aborda el desarrollo energético: con mayor agilidad administrativa, respeto por los territorios y una visión de largo plazo centrada en la sostenibilidad.
“Este es un proyecto clave para avanzar hacia una transición energética justa, que no solo diversifica nuestra matriz con fuentes limpias, sino que reconoce a las comunidades en los territorios”, aseguró la ministra Estrada Añokazi, subrayando que el modelo de desarrollo que impulsa el Gobierno no se limita a cifras o metas, sino que se construye con diálogo y reconocimiento a las realidades locales.
Desde la ANLA, Irene Vélez destacó que la resolución fue emitida 20 días antes del vencimiento del plazo legal, como muestra de un compromiso con la eficiencia sin sacrificar el rigor técnico. “Esta decisión representa un paso firme hacia la consolidación de una transición energética con criterios técnicos, jurídicos y ambientales que aseguran el respeto por el entorno y las comunidades del territorio”, afirmó. Entre las principales salvaguardas impuestas se destacan las orientadas a proteger los recursos hídricos y garantizar un ordenamiento del territorio basado en el agua como eje estructurante.
La habilitación de esta línea de conexión no es solo un logro administrativo: es la antesala de un cambio profundo en la matriz energética del país, donde los vientos de La Guajira —una de las regiones con mayor potencial eólico de América Latina— se convierten en protagonistas de un modelo energético más limpio, justo y resiliente.
Con esta decisión, el Gobierno Nacional no solo acelera la marcha de un proyecto clave, sino que envía una señal clara: la transición energética no es un discurso, es una obra en marcha. Y La Guajira, con sus desafíos y promesas, está en el centro de ese futuro.
carloscastaneda@prensamercosur.org
