

Imagen Cancillería de Colombia
En una apuesta que combina el deporte, la cultura y la diplomacia, once niños del municipio de Aguachica, en el Cesar, están a punto de vivir una experiencia que para muchos parecía inalcanzable: viajarán en mayo de 2025 a Estambul, Turquía, para entrenar con el legendario club Galatasaray, hogar de figuras colombianas como Dávinson Sánchez, Carlos Cuesta y Catalina Usme.
La iniciativa es liderada por la Cancillería de Colombia a través de su programa de Diplomacia Cultural y Deportiva, que en sus 14 años de historia ha realizado 183 intercambios, pero nunca uno como este. Es la primera vez que un grupo de jóvenes de Aguachica accede a un escenario internacional de esta magnitud, lo que convierte el viaje en un hito tanto para el municipio como para el departamento del Cesar.
Camilo Vizcaya, coordinador del programa de intercambios del Ministerio de Relaciones Exteriores, resume la esencia del proyecto: “Es más que fútbol. Se trata de formación integral. Los chicos no solo entrenarán con uno de los clubes más prestigiosos de Europa; también conocerán otra cultura y representarán al país en un escenario de diplomacia juvenil.” Pero más allá de la agenda oficial, el corazón de esta historia está en los sueños que se activan. Ángel David Osorio, de 15 años, todavía no se lo cree: “Me emociona pensar que estaré en la misma cancha donde juega Dávinson Sánchez. Es como vivir un sueño que nunca pensé posible.” Para él, como para sus compañeros, el balón ha sido una esperanza diaria; ahora se convierte en un pasaporte para cruzar océanos.

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La emoción también se vive en casa. Marcela Barrios, madre de uno de los seleccionados, no oculta su alegría: “Mi hijo nunca ha visto el mar. Ahora va a volar a otro continente. Somos una familia humilde, y esta oportunidad nos cambia la vida. Es la prueba de que desde regiones como la nuestra también se puede soñar en grande.”
En Aguachica, la noticia ha generado una ola de orgullo colectivo. Jorge Camargo, coordinador de deportes del municipio, lo describe como “un momento histórico que reconoce el talento de nuestros niños y la dedicación de quienes han trabajado por abrirles caminos”. Para él, este logro es también un mensaje claro de que el deporte transforma vidas, no solo en la cancha, sino también en la forma de ver el mundo.
Esta experiencia, construida entre la Cancillería y el Galatasaray con el apoyo de la Embajada de Colombia en Turquía, no solo acercará a los jóvenes al deporte de alto nivel, sino que también fortalecerá los lazos entre ambos países desde una dimensión humana. La Cancillería lo tiene claro: la paz también se construye cuando los sueños encuentran caminos reales para volverse posibles.
Y en mayo, cuando el avión despegue rumbo a Estambul, no solo despegarán once niños. También lo hará una comunidad entera que, por un instante, verá en sus pasos la posibilidad de un futuro más amplio, más justo y más lleno de horizontes.
carloscastaneda@prensamercoasur.org
