El Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) se resiste a realizar el Censo de Población y Vivienda en 2023 para evitar que se desmonte el aparato electoral armado por el partido gobernante, puesto que así se pondrían en evidencia acciones fraudulentas y un padrón inflado, señalaron analistas. Además, indicaron que el empadronamiento nacional reflejará la realidad del país.
“Tengo la sensación de que hemos estado en un concurso de mentiras y se han agotado y no pueden ser sostenidas más. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 75 por ciento de la población boliviana vive en esos municipios (30) que son esencial y fundamentalmente urbanos. Y aquí es donde surge la interrogante, la duda, ¿cómo es que el reparto de los diputados establecidos en las circunscripciones electorales tiene una representación del 60 por ciento en áreas rurales y un 40 por ciento en las áreas urbanas?”, cuestionó el investigador Carlos Hugo Molina.
La politóloga Jimena Costa Benavides sostuvo que el gobernante MAS se resiste a llevar adelante registro nacional en 2023 para que no salgan a luz los actos fraudulentos que se esconden detrás de la situación poblacional del país.
“No pueden hacer el censo porque se va a poner en una absurda y burda evidencia lo que han hecho con el fraude en 2019 y que no se ha desmontado para el 2020. Por lo tanto, queda en cuestión no sólo la elección fallida de Evo Morales el 2019, sino la del 2014, la del 2009 y la del 2020, no pueden ir al censo por eso, porque el censo desnuda la realidad, además del tema electoral, la cartografía, la redistribución de escaños”, afirmó.
Sincerar el padrón
El asambleísta departamental de Tarija e investigador Mauricio Lea Plaza dijo que el Gobierno no quiere un censo pronto y oportuno porque “evita sincerar el padrón electoral”.
“Como todos saben el padrón electoral está conformado por la población en edad de votar y, según los datos estadísticos que tenemos del propio INE, la población en edad de votar entre el 2005, que fue la elección que se eligió a Evo Morales, y el 2020, que fue la última elección nacional, ha crecido en un 42,4 por ciento, eso significa que de tener 5.200.000 en edad de votar hemos pasado a 7.300.000. Sin embargo, contrariamente, el padrón electoral ha crecido en un 79 por ciento o sea casi el doble de la población en edad de votar”, indicó.
Intereses de grupo
El postergar el censo, luego de haber garantizado su realización para el 16 de este mes, tiene tres grandes razones políticas de gran interés gubernamental y del masismo.
Para el abogado y analista político Carlos Börth Irahola, las razones son la redistribución de escaños en la Cámara de Diputados, la progresiva disminución de la población indígena en el país y el distorsionado padrón electoral.
En entrevista concedida a publico.bo, dijo que el aspecto más delicado es el referido al “padrón electoral inflado”, que pone en duda la transparencia de los procesos electorales y la naturaleza democrática o no con la que surgen los gobiernos nacionales y regionales.
“Uno de los elementos del fraude electoral probablemente sea este padrón manipulado. Se pone en duda que los padrones de los municipios sean legítimos y que esté inflado, esto puede hacerse añicos con el nuevo censo”, indicó Börth.
El investigador dijo: “Digamos en un municipio en el altiplano de La Paz que tiene 5.500 inscritos, la población de ese municipio debería ser 7.500, qué sucedería si hay solo 4.500, y ese es un peligro para las aspiraciones de renovar el poder del MAS en su conjunto”.
País urbanizado
De acuerdo con los analistas, los resultados del próximo Censo de Población y Vivienda mostrarán un “país mucho más urbano”, ya que, según previsiones del INE, más del 70 por ciento de la población viven en las ciudades.
“El país se ha urbanizado de manera irreversible. En 2001, ya el 62 por ciento de la gente se ubicaba en poblaciones urbanas, en 2012 el 68 por ciento de la gente está en las ciudades y en 2020 supera este porcentaje. Sin embargo, tenemos una distensión de circunscripciones electorales que son 27 solamente para áreas urbanas, que representan al 68 o más por ciento de la población, y 36 para áreas rurales, que representan al 31 por ciento de la población. ¿Qué implica eso? Que el censo nos va a dar nuevos datos respecto a la composición urbano-rural”, manifestó Lea Plaza.
Situación
La politóloga Costa Benavides aseguró que con el nuevo registro nacional se pondrá en evidencia la situación real de la ciudadanía boliviana, lo que no es conveniente para el partido gobernante.
“El censo va a desnudar la situación real de la sociedad boliviana después de casi 20 años, del modelo socialista comunitario del MAS, un modelo que no superó la pobreza, que el analfabetismo se mantiene, que se tiene una sociedad con una situación bastante más precaria (…). Todos esos factores van en contra de los intereses del Gobierno, por eso no pueden ceder”, indicó.
Concentración
El investigador Molina señaló que el país tiene 256 municipios menores de 20 mil habitantes y que están sometidos a presión migratoria, de acuerdo con datos del censo de 2012. Por lo que con el nuevo censo se determinará cómo están esos municipios, tras la crisis económica de 2014, 2015, además de la pandemia de la Covid-19.
“También con datos del censo de 2012, es que en Bolivia existen 30 municipios con población mayor a 45 mil habitantes, que en este momento suman, con los ajustes que ha ido realizando el INE, el 75 por ciento de la población boliviana que vive en esos municipios que son esencial y fundamentalmente urbanos”, dijo.
Explicó que en Pando, Potosí, Oruro, Chuquisaca sólo hay un municipio con más de 45.000 habitantes, que son las ciudades capitales. En Tarija son dos, Yacuiba y Cercado, y en Beni también dos, Trinidad y Riberalta.
Por tanto, Molina manifestó que la lucha por el censo no es regional, es para toda Bolivia. Dijo que los que deberían preocuparse son los departamentos y municipios que expulsan a su gente, como Chuquisaca, Oruro y Potosí.
“Resulta que esos municipios están apoyando que no se realice el censo, es como si no quisieran saber cuántos son y aquí es donde viene la constatación empírica y la preocupación, todos los días está saliendo gente de esos lugares, todos los días”, resaltó.
Circunscripciones
Para Lea Plaza, la urbanización del país va a significar que las disposiciones de las circunscripciones se modifiquen con los datos del nuevo censo.
“Por tanto, van a cambiar las circunscripciones urbanas, van a aumentar y van a disminuir las rurales porque ha habido ya el cambio del sujeto social a nivel nacional. De ser comunidades rurales dispersas, hoy estamos hablando de que el sujeto social en este país son los conglomerados de clase media baja, entonces esa nueva realidad tampoco se quiere reconocer en el efecto vinculante que debería tener el censo con las elecciones nacionales del 2025”, indicó.
Lea Plaza, a través de su cuenta de Twitter, preguntó: “¿Qué está detrás de la negativa del Gobierno del MAS de no hacer el censo en 2023? La primera razón es que no quieren que los resultados sean vinculantes para la elección nacional de 2025, porque va a evidenciar que el padrón está súper inflado y, por tanto, que el fraude fue un hecho”.
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