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La Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) 2025 abrió su franja académica con un emotivo panel que puso en el centro del debate la vitalidad de las lenguas nativas y las tradiciones orales indígenas. Bajo el título «De literaturas menores y oralidades mayores», la conversación abordó un tema crucial: la vigencia de estas lenguas como elementos esenciales para la identidad y el conocimiento ancestral en Colombia.
El espacio, moderado por Adriana Molano Arenas, reunió a expertos y líderes indígenas, quienes destacaron la importancia de reconocer las tradiciones orales no solo como patrimonios culturales, sino como formas activas de transmisión de saberes y construcción de identidad. Molano Arenas resaltó el valor de este tipo de eventos, afirmando que la política nacional de lenguas, que reconoce 69 lenguas, de las cuales 68 son indígenas, debe conectar la preservación de estos idiomas con las políticas públicas de lectura, un aspecto que históricamente ha transitado por caminos separados.
«Este tipo de espacios son fundamentales para visibilizar y salvaguardar nuestras lenguas nativas, muchas de las cuales están en grave riesgo de desaparecer», comentó Molano Arenas, al tiempo que destacó la importancia de un trabajo colectivo para la conservación de las lenguas y la integración de estas culturas en el discurso global. En el panel participaron Jeimy Hernández y Gunnara Jamioy, dos voces cruciales en la promoción de la lengua y la cultura indígena. Hernández, directora técnica de lectura, escritura y bibliotecas del CERLALC, enfatizó la importancia de garantizar el acceso a la lectura en las lenguas propias, destacando que «la lectura es un derecho, y aprender a leer y escribir en la lengua propia también lo es». La panelista añadió que el derecho a migrar, llevando consigo las lenguas y los pensamientos del territorio, debe ser defendido y garantizado por políticas públicas que promuevan el acceso democrático a la lectura y la escritura.

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Por su parte, Gunnara Jamioy, joven lingüista Arhuaca y candidata a Magíster en la Universidad Nacional de Colombia, recalcó que «la lengua es un sistema de conocimiento, y es un reflejo del pensamiento colectivo de un territorio». En un país tan diverso como Colombia, según Jamioy, reconocer y valorar estas lenguas es un paso esencial hacia la consolidación de una sociedad más inclusiva y colaborativa.
La participación de la Cancillería de Colombia en la FILBo 2025 forma parte de su estrategia de Diplomacia Cultural, que busca fortalecer el diálogo intercultural, proteger el patrimonio inmaterial del país y proyectar las voces diversas de Colombia en el escenario internacional. Este esfuerzo se alinea con la creciente necesidad de visibilizar la diversidad cultural en un mundo cada vez más globalizado.
La Cancillería continuará su participación en la FILBo 2025 con otros eventos clave, que incluyen paneles sobre el papel de las mujeres escritoras en las ferias del libro internacionales, la hoja de coca y su dualidad entre estigma y reconocimiento, y una reflexión sobre la independencia de Colombia y su representación literaria.
Con este tipo de intervenciones, la Cancillería reafirma su compromiso con la preservación de las lenguas indígenas y las culturas que enriquecen la identidad de Colombia, abriendo puertas para el entendimiento intercultural y el respeto por la diversidad en el ámbito global.
carloscastaneda@prensamercosur.org
