

En medio de la creciente incertidumbre económica global, Paraguay ha tomado medidas proactivas para mitigar el impacto de las políticas arancelarias implementadas por la administración de Donald Trump. A través de su participación en el Mercosur, uno de los bloques comerciales más robustos y protectores del mundo, Paraguay busca asegurar su estabilidad económica y fortalecer sus lazos comerciales regionales.
La pertenencia al Mercosur proporciona a Paraguay una defensa contra las perturbaciones económicas derivadas de los aranceles estadounidenses. El Ministro de Finanzas de Paraguay, Carlos Fernández, destacó en una reciente entrevista la importancia de profundizar los lazos políticos y económicos con Brasil y Argentina, miembros clave del Mercosur. Esta integración regional es vista como una estrategia esencial para enfrentar los desafíos comerciales que surgen del norte.
“Pedimos más integración regional en Sudamérica si tenemos problemas en el norte”, afirmó Fernández durante las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional en Washington. “Si ya no podemos comerciar de sur a norte, empecemos a comerciar de sur a sur”.
La respuesta del Mercosur ante los anuncios arancelarios de Trump ha sido pragmática. El bloque decidió relajar algunos gravámenes externos comunes, lo que otorga flexibilidad para negociar nuevos acuerdos o tomar represalias cuando sea necesario. Esta medida es parte de un esfuerzo más amplio para ampliar los lazos económicos dentro de América Latina y contrarrestar la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
La economía paraguaya, valorada en US$45.000 millones, depende significativamente del comercio con sus vecinos Argentina y Brasil, quienes compraron el 63% de sus exportaciones el año pasado. Con esta dependencia regional, Paraguay está más expuesto a las fluctuaciones económicas que ocurren cerca de casa que a las políticas comerciales de Estados Unidos.
Fernández aseguró que Paraguay está preparado para enfrentar cualquier choque externo. “Vivimos en un barrio difícil rodeado por Argentina y Brasil”, señaló. “Dadas las relaciones comerciales y la integración económica que tenemos con ellos, los efectos de la volatilidad en esos dos países son mucho más importantes que cualquier volatilidad procedente de EE.UU.”.
Paraguay también está explorando nuevos mercados internacionales. Con un arancel del 10% que afecta la competitividad de sus exportaciones de carne de vacuno en EE.UU., el país está trabajando para expandir sus ventas hacia mercados como Corea, Japón y Taiwán.
A pesar de los riesgos globales derivados de la guerra comercial de Trump, Paraguay ha mostrado resiliencia económica. El banco central revisó su previsión de crecimiento para este año al 4%, desde el 3,8% anterior. Además, Paraguay obtuvo su primera calificación crediticia de grado de inversión el año pasado, cuando Moody’s elevó al país a Baa3 desde Ba1 con perspectiva positiva, gracias a unas finanzas públicas saneadas y una economía en crecimiento.
El gobierno paraguayo tiene como objetivo reducir el déficit fiscal al 1,9% del producto interior bruto este año y al 1,5% a finales de 2026. Los inversores en bonos han mostrado confianza en el país, apostando por un mayor crecimiento y la consolidación fiscal.
Paraguay mantiene una influencia geopolítica significativa por ser uno de los pocos países que conservan lazos diplomáticos con Taiwán. En un contexto donde China ha ganado terreno entre los antiguos aliados de Taipei en América Latina, Paraguay se destaca como un socio estratégico para Taiwán.
Paraguay está navegando con determinación en un entorno económico global desafiante, respaldado por su pertenencia al Mercosur y sus estrategias de diversificación comercial. Con una economía en crecimiento y sólidas relaciones diplomáticas, el país está bien posicionado para enfrentar los retos futuros y continuar su trayectoria hacia la estabilidad económica y política.
