

Lider de Colombia Carlos Caicedo
Después de más de veinte años de señalamientos infundados, amenazas de muerte y una campaña sistemática de desprestigio, la justicia ha comenzado a restituir la verdad. La Fiscalía General de la Nación ha ratificado lo que durante dos décadas denunció con firmeza Carlos Caicedo, exrector de la Universidad del Magdalena, exalcalde de Santa Marta y exgobernador del departamento: detrás de los crímenes que sacudieron a la universidad en los años más oscuros, estuvieron agentes del Estado y estructuras paramilitares, no él, como muchos intentaron hacer creer.
Caicedo fue blanco de una persecución feroz. Las amenazas contra su vida, las campañas de difamación y los montajes judiciales buscaron silenciar a quien, desde su juventud, se propuso transformar la educación pública y luchar contra las redes de corrupción enquistadas en el poder. Hoy, el país asiste a una reivindicación histórica, que no solo desmiente las acusaciones, sino que confirma la complicidad de sectores políticos y empresariales con estructuras ilegales.
“No fue fácil. Durante años cargué con el peso de una infamia construida con odio, sostenida con mentiras y propagada por quienes han hecho de la política un instrumento para proteger privilegios y silenciar a quienes luchamos por el cambio”, declaró Caicedo tras conocerse la decisión de la Fiscalía. “Denuncié con nombre propio a los responsables, pero muchos prefirieron voltear la mirada, otros optaron por sumarse al coro de la calumnia. Hoy la verdad empieza a brillar, y aunque tardía, es poderosa”.


Los hechos se remontan al año 2000, cuando Carlos Caicedo asumió la rectoría de la Universidad del Magdalena. En medio de un contexto marcado por el dominio de los grupos paramilitares en la región y la cooptación de instituciones públicas, impulsó una serie de reformas que chocaron con los intereses de quienes se lucraban del abandono institucional. Desde entonces, empezó una ofensiva en su contra que se intensificó a medida que crecía su liderazgo social y político.
Lo que vino después fue una larga cadena de investigaciones amañadas, titulares tendenciosos, amenazas de muerte y aislamiento institucional. Mientras tanto, Caicedo se convirtió en una de las figuras políticas más representativas del Caribe colombiano. Como alcalde de Santa Marta y luego como gobernador del Magdalena, lideró procesos de transformación urbana, educativa y social sin precedentes. Aun así, los fantasmas del pasado seguían siendo utilizados por sus detractores para desacreditarlo y deslegitimar sus avances.
“Sé que muchos no se van a retractar. La dignidad no les alcanza. La mezquindad ha sido su norte y no tienen la grandeza para reconocer el daño causado. Pero yo no luché por una absolución personal: luché por la verdad, por la justicia y por un modelo de país donde no se condene al que piensa diferente”, dijo con serenidad.
La noticia marca un punto de inflexión no solo en la historia personal de Carlos Caicedo, sino en la memoria política de una región que ha sufrido las heridas de la violencia, el clientelismo y la corrupción. Es también un mensaje para las nuevas generaciones: resistir vale la pena. La verdad puede tardar, pero no se detiene.
“Hoy más que nunca reafirmo mi compromiso con la transformación de este país. Lo hicimos en la universidad, lo hicimos en Santa Marta, lo hicimos en el Magdalena y lo seguiremos haciendo desde donde el pueblo lo decida. La justicia avanza, y nosotros avanzamos con ella, con la frente en alto y la conciencia limpia”, concluyó.
Con esta decisión de la Fiscalía, el país tiene una oportunidad invaluable: revisar su historia reciente con honestidad, reparar el daño causado y construir sobre la verdad. Porque sin verdad no hay justicia. Y sin justicia, no hay democracia posible.
Carlos Caicedo sigue adelante. La adversidad no lo venció. Y su camino, como él lo define, es claro: Camino a la Victoria.
carloscastaneda@prensamercosur.org
