Científicos de la Universidad de Yale, EE.UU., identificaron una nueva clase de genotoxinas, moléculas que dañan el ADN, llamadas ‘indoliminas’ y que están producidas por la bacteria Morganella morganii, abundante en los intestinos de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y cáncer colorrectal. En experimentos de laboratorio, las indoliminas dañaron el ADN y también estimularon el crecimiento del cáncer colorrectal en ratones con tumores. Al bloquear la producción de estas moléculas descubrieron que podían prevenir el crecimiento de estos tumores, comunicaron el pasado viernes.
Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal tienen tasas más altas de cáncer colorrectal que las que no tienen la afección. Los investigadores cultivaron en placas de laboratorio con ADN más de 100 tipos de bacterias intestinales de las muestras de heces fecales de 11 pacientes con EII (término que abarca la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn). Luego de identificar 18 cepas que dañaron la molécula, los científicos determinaron qué moléculas individuales, que producían las bacterias, causaban el daño.
El equipo de investigación de Yale esperaba encontrar una genotoxina llamada ‘colibactina’, producida por cepas específicas de Escherichia coli que están asociadas con la EII, que producen daño en el ADN e impulsan el crecimiento de tumores en ratones. Sin embargo, el daño que observaron no coincidía con el causado por la ‘colibactina’, y las 18 bacterias señaladas eran incapaces de producir esta molécula. “Por lo tanto, estos datos implicaban la existencia de genotoxinas derivadas de la microbiota no reconocidas previamente”, escribieron los investigadores en su informe, publicado el viernes en Science.
Los investigadores se enfocaron en M. morganii, que anteriormente se había informado frecuentemente en los intestinos de los pacientes con EII y cáncer de colon y descubrieron las indoliminas. También identificaron el gen bacteriano necesario para producirlas.
Comprobación final
En ratones con cáncer colorrectal, las cepas de M. morganii exacerbaron el crecimiento tumoral. Sin embargo, al eliminar este gen que permite la producción de las indoliminas en la bacteria, el equipo detuvo la producción de esta molécula y, por lo tanto, detuvo el crecimiento del cáncer.
“La mejor evidencia que presentan son los estudios con ratones; eso es lo que me convenció”, dijo Cynthia Sears, profesora de la Universidad Johns Hopkins, EE.UU., que no participó en el estudio. No obstante, la experta es del criterio de que se requiere más trabajo para comprender otros aspectos relacionados con el asunto. “Este es un primer paso”, dijo sobre la nueva investigación.
Impactos del nuevo estudio
Sears enfatizó que, a largo plazo, esta línea de investigación podría conducir a herramientas de detección que ayuden a los médicos a identificar a los pacientes con alto riesgo de cáncer de colon después de tomar una muestra de heces. También podría conducir a tratamientos preventivos que reduzcan la abundancia de bacterias relacionadas con el cáncer en los intestinos de los pacientes y, por lo tanto, reducir el riesgo de enfermedad.
“Con certeza conocemos esas asociaciones clínicas, pero no sabemos cómo prevenirlas o interrumpirlas para disminuir el riesgo de cáncer”, dijo Sears. “Necesitamos descubrir a nivel molecular cuáles son los mediadores”, agregó.
RT.
- La nieta de Elvis Presley presentó una demanda para paralizar la subasta de la mansión Graceland - 21 de mayo de 2024
- Abinader insta a gran pacto nacional en República Dominicana - 21 de mayo de 2024
- Asamblea General reconoce mayor participación de Palestina en la ONU - 10 de mayo de 2024