
Buenos Aires, Argentina – La interna del peronismo bonaerense escala a niveles inéditos: el ministro Andrés Larroque denuncia maniobras de desestabilización impulsadas por su propia fuerza política, con el gobernador Axel Kicillof en el centro de la disputa.
Buenos Aires – En una declaración explosiva que marca un punto de quiebre dentro del oficialismo argentino, Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires y aliado histórico de Cristina Kirchner, acusó este lunes a La Cámpora —la agrupación que él mismo ayudó a fundar— de estar detrás de un “golpe institucional” contra el gobernador Axel Kicillof.
Las declaraciones de Larroque, difundidas en una entrevista con FM La Patriada, llegan tras semanas de tensión por el desdoblamiento electoral en Buenos Aires, una decisión del gobernador que desató fuertes resistencias internas, especialmente en sectores vinculados al diputado Máximo Kirchner, líder de La Cámpora.
“Hay movimientos que hablan a las claras de un golpe institucional en la provincia. Nos dejaron sin presupuesto, sin endeudamiento. La Cámpora articuló ese movimiento claramente”, acusó el ministro.
Una fractura expuesta: poder, estrategia y liderazgos en pugna
Larroque advirtió que el conflicto se arrastra desde hace meses y denunció intentos sistemáticos por debilitar la figura de Kicillof, a quien definió como “la figura institucional más fuerte que tiene hoy el peronismo en el país”. También afirmó que el gobernador agotó todas las instancias de negociación antes de decidir desdoblar las elecciones legislativas, ante la falta de propuestas claras del resto del espacio.
La situación revela una fractura estructural dentro del peronismo kirchnerista, que ya no logra disimular su disputa por el liderazgo post-Cristina Kirchner. Mientras Kicillof gana volumen como figura nacional —con alta aprobación en su gestión provincial y autonomía estratégica—, Máximo Kirchner intenta conservar el control político sobre el PJ bonaerense y los resortes del poder territorial.
Una interna con impacto nacional
Las acusaciones de Larroque, uno de los voceros más cercanos al kirchnerismo durante la última década, no son menores. Implican una denuncia directa de deslealtad institucional desde dentro del espacio gobernante. El hecho de que surjan a meses de las elecciones legislativas proyecta una señal de fragilidad política en el principal bastión del peronismo.
Además, la disputa tiene efectos colaterales: debilita al espacio en un momento en que la oposición, encabezada por el presidente Javier Milei, capitaliza las divisiones y la falta de liderazgo unificado. «Si Axel no puede tener criterio propio, entonces estamos en problemas», sentenció Larroque.
¿Fin de la tregua?
Con su intervención, Larroque parece haber roto con el pacto implícito de silencio interno que sostenía al peronismo unido frente al avance de la ultraderecha. Su frase final no deja dudas: “Lo que hicimos siempre fue disimular en aras de cuidar la unidad, pero si van a trasponer todos los límites, hablemos con claridad”.
En un país donde la política se mueve por símbolos y gestos, el choque abierto entre dos sectores fundacionales del kirchnerismo no solo anticipa una reconfiguración interna, sino que pone en cuestión la viabilidad de un proyecto político que supo gobernar gran parte de las últimas dos décadas.
Alexis Martinez Diaz
Colaboración Adriana Asat
