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Sáb. Nov 23rd, 2024
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Las leyes de la mayoría de los estados permiten a los dolientes conservar los tatuajes como obras de arte conmemorativas. Una empresa de Ohio, Save My Ink Forever, es la pionera en esos servicios de preservación.

Monica Gil y su hijo Jonathan Gil honran al hermano gemelo de Jonathan, Jason, que murió en un accidente de navegación, conservando sus tatuajes.

Jonathan Gil sabía que nunca olvidaría los detalles del día en que su hermano gemelo de 24 años falleció en un accidente en un bote en el lago Hopatcong en el norte de Nueva Jersey: la desesperada llamada telefónica de un amigo, la difícil búsqueda realizada por los rescatistas y la angustia de darle la triste noticia a su madre.

Pero a Gil le preocupaba que a medida que pasaran los meses y los años, los recuerdos que tenía de Jason antes de ese trágico día comenzaran a desvanecerse. La solución de su familia fue preservar una parte de su hermano.

Ahora, cada vez que busca un rápido recordatorio de su gemelo, Gil mira más allá de un collage de fotos hacia un estante que está junto a su escritorio y funciona como un altar, donde el tatuaje de una calavera en blanco y negro y tres rosas sobre piel disecada del hombro izquierdo de Jason reposa protegido dentro de un marco.

“Tenemos sus cenizas, pero con eso no ves una parte física de él”, afirmó Gil, de 27 años. “Con el tatuaje sí se puede. Es bonito tener una pequeña parte de él. Es como si lo tuvieras cerca de una forma u otra, siempre presente”.

El tatuaje preservado es obra de la empresa Save My Ink Forever, establecida en 2016 en Northfield, Ohio, por Kyle Sherwood, un director funerario de tercera generación, y su padre, Mike.

Aunque desde hace décadas ha habido intentos de preservar los tatuajes, pocas compañías a nivel mundial están haciendo el mismo trabajo que Sherwood, quien inició su negocio gracias a dos tendencias crecientes: más estadounidenses se están tatuando y la idea de convertir los restos de seres queridos en recuerdos está ganando popularidad. Algunos dolientes están llevando restos cremados a que los conviertan en joyas o los integren en esculturas de vidrio soplado, todo en aras de mantener cerca a un ser querido.

Según la Asociación Nacional de Directores de Funerarias, cada vez más personas preguntan en las funerarias sobre este servicio. Walker Posey, director de una casa funeraria y vocero de la asociación, afirmó que más de la mitad de sus cerca de 400 clientes preguntan cada año por este tipo de recuerdos. Esto representa un marcado incremento en comparación con hace cinco años, cuando los clientes rara vez hacían este tipo de solicitudes. Las leyes funerarias en 49 estados —la excepción es Washington— permiten la práctica de conservación de tatuajes.

Según una encuesta de Ispos de 2019, una cifra récord de tres de cada 10 estadounidenses tiene al menos un tatuaje, y la popularidad de la tinta permanente sigue creciendo entre los jóvenes.

Para algunas personas, la idea de conservar la piel tatuada de un pariente querido y colgarla en una pared puede ser difícil de imaginar. Sin embargo, las familias que han contratado los servicios de los Sherwood aseguran que brinda consuelo y enfatizan el hecho de que los tatuajes de una persona suelen tener un significado importante.

Margie Gatehouse, de Salt Lake City, contó que la primavera pasada, cuando su esposo estaba en sus últimos días a causa de una cirrosis, sus hijas le propusieron la idea de disecar su tatuaje. Gatehouse quedo atónita ante la sugerencia.

“Me pareció morboso y no pensé que fuera posible”, comentó Gatehouse, de 52 años. “¿Cómo podías cortarle una parte a una persona?”.

Sus hijas, Courtney y Nichole, le explicaron que su padre estaba a favor de la idea y que habían encontrado a Save My Ink Forever. Le pidieron que imaginara lo especial que sería tener el tatuaje de su padre de una calavera en blanco y negro con una cinta con sus nombres enmarcado y preservado para la posteridad. Margie accedió con reservas.

Hoy, Gatehouse asegura que no podría estar más agradecida de haberle hecho caso a sus hijas porque el tatuaje enmarcado, que está colgado en su sala, es una conexión con su esposo.

“Me alegra haber aprovechado esa oportunidad”, mencionó.

Los historiadores han rastreado el auge de la conservación de tatuajes hasta mediados o finales del siglo XIX. Fukushi Masaichi, médico japonés, es reconocido como uno de los pioneros en ese campo, indicó Karly Etz, asociada posdoctoral en el Instituto de Tecnología de Rochester, quien estudia la historia del arte del tatuaje.

Si bien el concepto de disecar los tatuajes de los seres queridos había estado presente de manera intermitente, Sherwood buscó una manera de perfeccionar el proceso de preservación que al mismo tiempo tratara el tatuaje como una obra de arte. Estuvo puliendo los detalles durante dos años.

Cuando Save My Ink Forever recibe una solicitud para disecar un tatuaje, la empresa le envía un paquete de materiales a la funeraria para la extracción del tatuaje. Un video instructivo guía a los empleados de la funeraria para que extraigan solo la cantidad de piel necesaria para preservar el tatuaje. Según Sherwood, “es muy difícil equivocarse en” el proceso. Además, aseguró que, si algo sale mal, su equipo por lo general puede solucionarlo.

El empleado funerario coloca el tatuaje en un conservante. A continuación, lo envía a Ohio para que un equipo de unas cinco personas lo limpie, corte el exceso de piel y corrija cualquier imperfección.

En ocasiones, la piel está dañada. O, en el caso de la piel del gemelo Gil, desgastada por la acción del agua, por lo que se requieren cuidados adicionales para restaurar el tatuaje.

“Es como limpiar una ventana sucia”, afirmó Sherwood, quien hizo hincapié en que su equipo no altera el tatuaje de ninguna forma. Sherwood se negó a divulgar más detalles del proceso, el cual dura entre tres y cuatro meses por tatuaje.

Por último, se enmarca el tatuaje. Las familias eligen el tipo de marco y el fondo, y luego un enmarcador profesional pone manos a la obra. El tatuaje se cose al lienzo, se infiltra nitrógeno en el marco para ayudar a conservarlo en estado prístino y se le coloca un vidrio bloqueador de rayos ultravioleta de los que se usan en los museos.

Con el fin de tener los materiales necesarios para perfeccionar su método, a Sherwood se le ocurrió pagar las cirugías estéticas abdominales de algunas personas, en las que se elimina el exceso de piel y grasa, a cambio de poder practicar con la piel desechada.

El costo puede oscilar entre 1700 dólares por un tatuaje pequeño de 12,5 x 12,5 centímetros hasta más de 120.000 dólares por conservar un tatuaje de cuerpo completo.

Sherwood señala que si bien a algunas personas les puede parecer excéntrico su negocio, él se enorgullece de poder brindarles a la gente un recuerdo físico duradero de sus seres queridos.

El empresario de pompas fúnebres recordó el caso de un hombre que tenía un tatuaje con los nombres de sus dos hijas en un corazón. La familia se planteó si guardar el tatuaje, pero Sherwood sugirió cortarlo por la mitad al estilo de un collar de la amistad, para que cada hija tuviera una parte de su padre consigo.

En otro caso, ayudó a una madre afligida a mantener vivo el recuerdo de su hijo después de que fuera asesinado. El tatuaje tenía escrito “Papa Eddie” en un pergamino con una caña de pescar, en honor a su abuelo, y había sido tatuado por el tío del hombre, que también había muerto. Al conservar el tatuaje, Sherwood dijo que representaba no solo a su hijo, sino también a “tres generaciones de familias”.

“La satisfacción de la gente y esa conexión que puedo generar… es algo inexplicable”, afirmó Sherwood. “Tener ese impacto en alguien es muy poderoso y aleccionador”.

La conservación de los tatuajes no es solo para las personas que han muerto.

Save My Ink Forever ha atendido las solicitudes de algunas personas amputadas y recientemente recibió una nueva solicitud de Asher J. Heart, que quiere conservar un tatuaje después de someterse a una cirugía de confirmación de género el próximo año. Heart, de 30 años, de Muskegon, Michigan, dijo que la tinta de su pecho ya no era lo mismo, pero que serviría como una pieza tangible de la persona que solía ser.

“Para mí, no se trata de borrar mi pasado, sino de borrar el dolor”, dijo Heart.

Además de mantener el tatuaje de su hermano gemelo en un lugar visible, Gil decidió honrarlo haciéndose dos tatuajes más: un retrato de la cara de Jason y una réplica de un tatuaje de linterna brillante que tenía Jason.

Gil dijo que esperaba que esos tatuajes también sobrevivieran más tiempo que él.

“Espero que alguien más lo haga por mí”, dijo Gil. “No lo necesitaré cuando ya no esté. Cuando te mueres, te mueres. No te llevas nada contigo”.

hoybolivia.com


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