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La continuidad de La Rolita, el operador distrital de transporte que moviliza a 53.000 personas diarias en Ciudad Bolívar, está en vilo. De no aprobarse el Proyecto de Acuerdo radicado por la Administración Distrital en el Concejo de Bogotá, la operación de 195 buses 100% eléctricos y el sustento de cerca de 800 trabajadores estarían en peligro, impactando a sectores vulnerables como Perdomo, Kennedy y Soacha. Además, la ciudad podría perder un actor clave en la transición hacia un transporte público sostenible y accesible para todos.
El pasado 7 de febrero, el alcalde mayor presentó ante el Concejo el Proyecto de Acuerdo que busca ratificar la capacidad jurídica de TRANSMILENIO S.A. para constituir y ser accionista mayoritario de la Operadora Distrital de Transporte (ODT) S.A.S. Sin esta aprobación, la continuidad del servicio quedaría en la incertidumbre, afectando tanto a los usuarios como a los empleados de la entidad, entre los que se encuentran 60 migrantes y 160 madres y padres cabeza de familia.
El Concejo de Bogotá designó como ponentes del Proyecto a los concejales Julián Uscátegui, Fernando López y Julián Felipe Triana. Tras el análisis de la iniciativa, dos de las ponencias fueron positivas, mientras que la del concejal Uscátegui resultó negativa.
El concejal Fernando López, quien apoya la iniciativa, afirmó que «La Rolita ha demostrado ser una solución efectiva para la movilidad sostenible en Bogotá. Su permanencia es fundamental para continuar con la transformación del transporte público. No se trata solo de un operador más, sino de una apuesta por la movilidad con enfoque social y ambiental». Por su parte, Julián Felipe Triana, también ponente positivo, destacó que «esta empresa no solo contribuye al medio ambiente, sino que también genera empleo digno para cientos de bogotanos. No aprobar este proyecto sería un retroceso en materia de equidad y movilidad sostenible».
Sin embargo, el concejal Julián Uscátegui, ponente de la ponencia negativa, señaló que «el proceso de creación de La Rolita presentó irregularidades jurídicas desde el inicio. No podemos permitir que se pase por alto el debido proceso para mantener un modelo que, aunque positivo, tiene fallas estructurales». Según Uscátegui, la creación de la empresa se dio sin el cumplimiento de ciertos requisitos legales y financieros que podrían poner en riesgo su sostenibilidad a largo plazo.
Desde TRANSMILENIO S.A., su gerente general, María Fernanda Ortiz, reiteró que, pese a la decisión del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que en octubre de 2024 confirmó la nulidad del acto que permitió la creación de La Rolita en 2020, la operadora ha seguido prestando el servicio sin interrupciones. «Desde el fallo, hemos garantizado la movilidad de 53.000 pasajeros diarios en Perdomo. Ningún tribunal ha ordenado la disolución de la empresa ni la terminación de su contrato de sociedad, lo que ha permitido su funcionamiento», señaló Ortiz. También destacó que La Rolita ha demostrado ser financieramente viable y sostenible en el tiempo, a pesar de los cuestionamientos.
El impacto de perder La Rolita iría más allá de la movilidad. Además del empleo de casi 800 personas, de las cuales el 60% son mujeres, Bogotá perdería acceso a información clave sobre la operación del transporte eléctrico, dificultando futuras licitaciones y debilitando la competencia en el sector. Además, la capital dejaría de contar con un actor que ha reducido 2,17 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero.
Gustavo Quintero Ardila, secretario de Gobierno, defendió la legalidad y pertinencia de la propuesta. «Esta Administración ha corregido los errores del pasado para que La Rolita siga operando y beneficiando a la ciudad. Es una empresa financieramente sana y un modelo de responsabilidad social y ambiental. Esperamos que el Concejo respalde esta iniciativa y garantice la movilidad de miles de ciudadanos».
En la comunidad también hay preocupación. María Camila Suárez, usuaria frecuente de La Rolita, expresó su inquietud: «Si La Rolita desaparece, tendremos que volver a depender de rutas menos eficientes y costosas. Para muchos de nosotros, este servicio es esencial». Por su parte, Luis Pardo, conductor de la flota eléctrica, destacó la importancia del empleo: «Gracias a este trabajo puedo mantener a mi familia. No sé qué haría si se acaba».
El Concejo de Bogotá tiene hasta el 12 de marzo para debatir el Proyecto en la Comisión Segunda Permanente de Gobierno y someterlo a votación en primer debate. El futuro de La Rolita y de miles de ciudadanos depende de esta decisión.
carloscastaneda@prensamercosur.org
