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Vie. Nov 1st, 2024
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La llegada de los españoles al Caribe, en 1942, marcó el inicio del genocidio aborigen que dejaría casi 100 millones de muertes. (Pintura de Dióscoro Puebla, 1862)

El 12 de octubre pasó de llamarse ‘Día de la Raza’ a ser un recuerdo de los horrores cometidos por los conquistadores europeos durante la colonización. Se estima que hasta 100 millones de personas fueron asesinadas entonces.

Este 12 de octubre, en España se celebra el Día de la Hispanidad, una fecha que recuerda con orgullo las conquistas de los navegantes españoles que invadieron, masacraron y robaron por todo el continente hoy conocido como América, pero que los pueblos originarios llamaba Abya Yala. Los galeones españoles zarparon en una era de la humanidad en que misiones europeas, compuestas por militares, mercenarios y religiosos, invadieron y saquearon todo el mundo, con particular ahínco en América, África y Asia.

En diversas ciudades de España, este 12 de octubre habrán desfiles militares, como por ejemplo el tradicional de las fuerzas armadas por el Paseo de la Castellana, una de las avenidas más emblemáticas de Madrid. El Estado español ha sostenido desde siempre que esta efeméride tiene como objetivo “visibilizar a la cultura hispanoamericana y ser un referente de celebración de la lengua y la riqueza cultural hispana”. En la Castellana también van a desfilar miembros de la familia real española, perpetuadores de un concepto anacrónico que se resiste a morir: una familia “superior” y “elegida por Dios” que tiene a todo un pueblo de súbditos a su servicio. Fueron los reyes católicos de la era de la conquista los que ordenaron las invasiones y se enriquecieron con lo robado.

Más propiamente, las y los españoles disfrutan de esta llamada Fiesta Nacional de España, como fue llamada oficialmente en la Ley 18/1987 del 7 de octubre de 1987, cuyo único artículo dice: “Se declara Fiesta Nacional de España, a todos los efectos, el día 12 de octubre”.

Hasta el día de hoy, no se plantea ni siquiera la discusión en el país cantábrico, y siguen recordando las conquistas españolas como una seguidilla de visitas en las cuales llevaron el “desarrollo” e impusieron la religión católica a fuerza de espada en culturas milenarias que terminaron casi exterminadas.

Un genocidio que cambió la historia

Fue el 12 de octubre de 1942 cuando inició lo que hoy en día se sabe fue un sangriento genocidio por parte de fuerzas invasoras militarmente superiores y mucho más preparadas y dispuestas al combate.

Por años y años se celebró erróneamente como “Día de la Raza”, bajo el entendido de que las personas tenían distintas razas de acuerdo a su color de piel o ascendencia étnica (hoy sabemos que toda la humanidad es de una única raza homínida: Homo Sapiens-sapiens). Blandos intentos posteriores de revisionismo histórico le cambiaron el nombre a “Día del Encuentro de Culturas”, siguiendo con la narrativa eurocentrista de que las culturas europeas y las de Abya Yala se habían “encontrado”. Técnicamente, fue así, pero los europeos propiciaron una masacre continental que, según diversas estimaciones, dejó entre 90 y 100 millones de víctimas mortales.

Otro estudio del antropólogo brasileño Darcy Ribeiro planteó que, a finales del siglo XV, al momento en que arribaron los conquistadores europeos a América, existían aproximadamente 70 millones de indígenas. Un siglo y medio después solo quedaron unos tres millones y medio.

Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha calculado que las conquistas acabaron con más del 90% de la población que había en el continente. En su Historia general de las cosas de la Nueva España, fray Bernardino de Sahagún escribía sobre los indígenas: “Las gentes se van acabando con gran prisa, no tanto por los malos tratamientos que se les hacen, como por las pestilencias que Dios les envía. En 1520, cuando echaron de México por guerra a los españoles, hubo una pestilencia de viruelas donde murió casi infinita gente. Después de haber ganado los españoles esta Nueva España, en 1545 hubo una pestilencia grandísima y universal, donde murió la mayor parte de la gente que en ella había. Ahora, en agosto de 1576, comenzó una pestilencia universal y grande, la cual ha ya tres meses que corre, y ha muerto mucha gente, y muere y va muriendo cada día más”. Esto evidencia también que, además de ser esclavizados, torturados y asesinados, los europeos trajeron enfermedades hasta entonces desconocidas en América; esto desató pestes porque, en sus organismos, ni siquiera existían los anticuerpos para enfermedades con las que no se habían topado jamás.

Cristóbal Colón (cuyo nombre en italiano era Cristoforo Colombo) fue el más célebre (o infame) de los navegantes. Para sus varios viajes fue financiado por los reyes católicos españoles y los banqueros de Génova (por entonces Serenísima República de Génova). En sus diarios de navegación mencionó la palabra “oro” 139 veces, y la palabra “Dios” o “nuestro Señor” unas 51 veces, según reseñó en 2007 el escritor uruguayo Eduardo Galeano.

El 11 de setiembre de 1545, cuando los europeos ya llevaban muchos años instalados como nuevos dueños de la tierra, fray Diego de Betanzos escribió una carta en la cual narraba los horrores que seguían extendiéndose por América, especialmente en México, que era donde él había sido enviado a misionar. “Sepan Vuestras Caridades que después que desta Nueva España se partieron, desde ocho meses a esta parte ha habido tan gran mortandad de indios, mayormente en México e en 20 leguas alderredor, que no se puede creer. En Tascala mueren ordinariamente mil indios cada día y en Chulula día ovo de 900 cuerpos, y lo ordinario es 400, y 500, y 600, y 700 cada día. En Guaxocinco es lo mismo, que ya casi está asolada. En Tepeaca comienza agora, y así ha andado en derredor de México. Es cosa increíble la gente muerta y que muere cada día”, se lee en la misiva.

“En España la conquista de América se ve como un hito histórico, pero en realidad fue una brutal y sangrienta invasión que debería generar vergüenza”, dice el historiador español Antonio Espino López, quien considera que el verbo “invadir” es más inequívoco.

Espino López narra los espantos que perpetraron los invasores: amputaciones de manos, ejecuciones en la hoguera, empalamientos, ahorcamientos, aperreamientos (se lanzaban grandes perros de combate contra personas), abusos sexuales contra mujeres y niñas y masacres fueron algunos de los métodos empleados por los españoles para subyugar y someter a los pueblos originarios.

Decenas de millones murieron. Y los que no fueron asesinados, sobrevivieron para seguir viendo por el resto de sus vidas cómo los europeos se apropiaban de sus tierras, sus minerales y hasta sus bienes culturales y tradiciones agrícolas.

lr21.com.uy


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