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Dom. Nov 24th, 2024
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En ese rango de edad comienzan las preocupaciones sobre el futuro financiero, pero la mayoría no da el paso para manejar mejor su dinero y crear patrimonio para la vejez.

Con corte a junio de 2022, más del 48% de la Población Económicamente Activa (PEA) entre 30 y 40 años tiene un empleo adecuado. La mayoría de esa población tiene un ingreso medio personal que supera los $850 mensuales, y un ingreso familiar que promedia más de $1.200.

Este grupo de edad es una de las bases de la clase media ecuatoriana, pero menos del 20%, dentro de ese universo de más de 1,6 millones de personas, ahorra e invierte para mejorar su situación presente y futura, sobre todo de cara a temas como la jubilación.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, Ecuador es uno de los países de América Latina donde menos ciudadanos, entre 30 y 40 años, logran incrementar de manera sustancial su patrimonio y su riqueza para tener una vejez sin problemas económicos.

Andrea Medina, economista, explicó que cada vez más personas con esas edades forman familias sin hijos, pero ni siquiera saben cuánto gastan y prefieren destinar recursos a viajes antes que a ahorrar para su jubilación o hacer crecer su patrimonio.

¿Cómo comenzar?

Diego Peña, abogado y asesor financiero, explicó que entre los 30 y 40 años se deben tomar en cuenta tres aspectos principales: Interesarse realmente por sus finanzas personales; tener un presupuesto de ingresos y gastos; y educarse en inversiones

“La gente se esfuerza mucho por tener una profesión, un arte, un oficio, pero no se esfuerzan prácticamente nada por saber del tema financiero. Las dos cosas son importantes. El dinero no es un fin, sino un medio para alcanzar un fin, por ejemplo, la jubilación”, puntualizó

Entre más temprano se tome consciencia de esos aspectos, se los ponga en práctica, y se comience a invertir, el retorno será mayor. Así, si se empieza de cero desde los 30 años, y se hace un esfuerzo para ahorrar o invertir $100 al mes, a los 65 años se podría tener un patrimonio adicional de más de $105.000. En cambio, si se empieza a los 40 años, con el mismo monto mensual de inversión, se podría llegar a los $75.000.

Educarse y emprender

En la actual era de la tecnología y la información, alrededor del 60 % o 70% de la información sobre inversiones es gratuita; y solo entre 30% y 40% es información que, si necesita pagar, pero porque es asesoría especializada enfocada en cada perfil de inversionista.

“Entonces utilicemos esa ventaja. Hay muchas personas en las redes sociales, compartiendo información muy valiosa. En Twitter se puede aprender mucho de los que ya han comenzado a invertir y tuvieron las mismas dudas cuando partieron de cero”, dijo Peña.

Así, solo luego de interesarse sobre las finanzas personales, tener un presupuesto claro de ingresos y gastos, y aprender sobre las diferentes opciones de inversiones, se puede dar el paso para definir qué tipo de inversionista es cada persona.

Algunos necesitan dinero a corto plazo, con una rentabilidad segura y poco riesgo, y les conviene más invertir en pólizas o depósitos a plazo. Otros prefieren invertir en el mercado inmobiliario, en acciones, fondos de inversión, o incluso en franquicias.

El 98% de los libros de finanzas personales dicen que se debe tener claro el objetivo hacia donde se quiere ir, y por qué es importante ahorrar e invertir.

“No siga el juego de alguien que está jugando un partido distinto al suyo. Cada uno tiene prioridades y objetivos. Si se sabe bien quién es como inversionista, la técnica de cómo invertir se aprende rápido después”, añadió Peña. (JS)

Claves para enfocarse

1.- Estar consciente de que el tiempo es la clave. – El 90% de la riqueza de Warren Buffett, uno de los más conocidos inversionistas y empresarios norteamericanos, se creó luego de que cumpliera 60 años. El tiempo y la constancia es la clave en todas las inversiones. No busque inversiones que le den mucho dinero en poco tiempo.

2.- Juegue su propio juego. La comparación siempre le va a hacer daño. Cada inversionista es un mundo, y tiene su propio ritmo y metas. Se puede aprender de la experiencia de otros, pero no pensar que se debe ganar lo mismo y en los mismos plazos.

3.- Aprender la diferencia entre rentabilidad y ganancia. Mucha gente se desalienta porque dice, por ejemplo, que luego de invertir por un año solo ganó $500, y se compara con otro que ganó $5.000 en el mismo año. Sin embargo, muchas veces la diferencia es el monto de la inversión. En un caso se destinó $5.000 y en el otro $50.000, pero en ambos la rentabilidad es el mismo 10%, es decir, están ganando $1 por cada $10 invertido. No hay que perder de vista que entre más tiempo invierta, y más capital acumule, la misma rentabilidad le dará cada vez más ganancia.

4.- Estudiar bien y asesorarse bien antes de invertir. No hacerlo a la brava. Si sus primeras inversiones son hechas al apuro, y sin mínimo conocimiento, la posibilidad de que resulten mal es muy alta, y de que no quiera invertir más en su vida también.

Si por seguir los consejos de algún familiar, amigo o conocido se embarca en inversiones como la de Big Money, sin investigar antes para saber que es una estafa piramidal, es probable que a partir de ahí prefiera gastarse el dinero día a día. Sin embargo, la lección ahí no es que todas las inversiones son malas, sino que lo malo es no investigar y analizar bien antes de meter su dinero en cualquier oferta supuestamente muy rentable.

Libros para cuando se quiere comenzar a invertir: El hombre más rico de Babilonia; Padre rico, padre pobre.

Libros para cuando ya se debieron los primeros pasos: Psicología del dinero; El ego es el enemigo.


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