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En un hecho insólito que ha desatado indignación en redes sociales, una imagen viral muestra a decenas de personas formando fila para colarse en el sistema de transporte Transmilenio en Bogotá. La escena, captada en la estación Tintal, al sur de la ciudad, evidencia la preocupante normalización de una práctica que perjudica económicamente al sistema y vulnera las normas de convivencia ciudadana.
A pesar de las millonarias inversiones realizadas por Transmilenio para frenar esta problemática, como la instalación de torniquetes y barreras de seguridad, los evasores siguen encontrando formas de burlar el pago de la tarifa. La falta de control y presencia de las autoridades en estos puntos críticos ha generado un sentimiento de frustración entre los usuarios que cumplen con el pago del pasaje. Además, muchos ciudadanos exigen que se refuercen las sanciones e incluso se estudien mecanismos de indemnización para aquellos que han sido afectados por el mal funcionamiento del sistema y la desigual aplicación de la ley.
La gerente de Transmilenio, María Fernanda Ortiz, se pronunció sobre la polémica y rechazó tajantemente la conducta de quienes evaden el pago. En un mensaje dirigido a la opinión pública, recordó que esta acción constituye una infracción al Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, lo que puede derivar en multas y sanciones. Además, destacó los esfuerzos que se han implementado para combatir esta problemática y anunció que se estudiarán nuevas estrategias para reforzar los controles.
Por otro lado, usuarios frecuentes de Transmilenio han manifestado su preocupación ante la aparente ineficacia de las medidas actuales. Algunos han exigido que el Estado contemple la posibilidad de compensaciones económicas o indemnizaciones a los pasajeros que sufren retrasos, sobrecupo y condiciones precarias debido a la alta tasa de evasores. La propuesta, aunque controversial, apunta a generar mayor presión para que las autoridades actúen con mayor contundencia y refuercen los esquemas de vigilancia y sanciones.
Mientras las imágenes continúan circulando en redes, el debate sobre la cultura ciudadana y el respeto por el transporte público sigue abierto. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo se seguirá permitiendo este atropello al sistema y a los ciudadanos que cumplen con sus obligaciones? ¿Es hora de considerar la indemnización para los usuarios responsables que padecen las consecuencias del fraude sistemático?
carloscastaneda@prensamercosur.org
