

El día en el que la Organización Marítima Internacional (OMI) retomó el tramo final de las negociaciones para definir qué combustibles y tecnologías aplicará el transporte marítimo para limitar su impacto medioambiental, un grupo de 69 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de todo el mundo envió una carta en la que pide al organismo de Naciones Unidas que no permita el uso de biocombustibles como alternativa para descarbonizar el sector.
La misiva, que lleva la firma de asociaciones ambientales, de derechos humanos y de agricultores de todo el mundo (incluidas organizaciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Honduras y Paraguay) hace un “llamamiento” a los 176 Estados miembros de la OMI para que se opongan a la promoción de los biocombustibles en el transporte marítimo internacional y se comprometan con un futuro propulsado por energías limpias.
Lobby brasileño
La carta presentada hoy incluye una mención especial al gobierno brasileño, que en noviembre será anfitrión de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP30).
Las ONG denuncian presiones de Brasil en favor de la adopción de los biocombustibles en el transporte marítimo como parte de los planes para aumentar el mercado mundial de su industria de biocombustibles.
“Si la OMI aprobara los biocombustibles como supuesto ‘combustible bajo en carbono’, provocaría más destrucción de la selva tropical y acaparamiento de tierras, al tiempo que aceleraría el cambio climático”, advirtió Almuth Ernsting, de la ONG Biofuelwatch.
Hace unos años, Biofuelwatch lanzó una advertencia similar sobre la aviación. Ahora, la ONG percibe “un nuevo peligro potencial” en el transporte marítimo a raíz de una propuesta de Brasil y Argentina para sustituir los combustibles fósiles por biocombustibles.
Según lo aprobado en julio de 2023, la OMI debería adoptar un paquete de medidas con el objetivo de reducir las emisiones del transporte marítimo que, aunque es responsable del 3% de las emisiones totales, si fuera un país, ocuparía el sexto puesto en el ranking de contaminadores globales.
Las negociaciones que hoy se retomaron de manera formal en la OMI apuntan a ultimar en 2025 las nuevas normas climáticas para el transporte marítimo con el fin de intentar eliminar progresivamente los combustibles fósiles -una Norma Mundial sobre Combustibles (GFS, por sus siglas en inglés)- y cumplir el compromiso climático acordado en julio de 2023.
Los activistas explican que, dependiendo del diseño de la política GFS, el sector podría acelerar su transición hacia las energías renovables o convertirse en un gran demandante de “biocombustibles destructivos, que amenazan la seguridad alimentaria, la biodiversidad y los bosques”.
Las ONG explican que está demostrado que los biocombustibles tienen efectos negativos sobre la deforestación, los derechos sobre la tierra, el consumo de agua y fertilizantes, y la seguridad alimentaria, especialmente en los países del Sur.
“Las comunidades del Sur global ya soportan el peso de las plantaciones de monocultivos: su expansión para obtener más biocombustibles agravaría la crisis”, comentó Ernsting, de la ONG Biofuelwatch.
Datos
Según un trabajo reciente que la ONG Transport & Environment prsentó a la OMI, los biocombustibles podrían representar casi la mitad (44%) de la demanda energética del transporte marítimo en 2035, la mayor parte de la cual procederá de cultivos destinados a la alimentación humana y animal (soja y aceite de palma), a menos que la norma sobre combustibles se diseñe cuidadosamente para excluir esas categorías.
Los ambientalistas señalan que las materias primas alimentarias ya están excluidas en la UE en virtud de los Reglamentos FuelEU Maritime y ReFuelEU; que Tailandia redujo el contenido de aceite de palma de su biodiésel; Nueva Zelanda revocó su mandato sobre biocarburantes; y el Estado de Illinois (EE.UU.) puso un límite al Combustible de Aviación Sostenible (SAF) derivado del aceite de soja.
Ahora, ante la posibilidad de que el transporte marítimo incluya el uso de biocombustibles en su proceso de descarbonización, las organizaciones conservacionistas pusieron especial énfasis en aclarar que el diseño de la Norma Mundial para los Combustibles “debe basarse en directrices estrictas de evaluación del ciclo de vida que excluyan el uso de biocombustibles y protejan al mismo tiempo el clima, el medio ambiente y los medios de vida de las personas”.
Canasta en negociación
Los miembros de la OMI vienen negociando una canasta de medidas para cumplir con su compromiso climático.
De acuerdo con lo aprobado en julio de 2023, el organismo debería adoptar un paquete de medidas con el objetivo de reducir las emisiones del sector que, aunque es responsable del 3% de las emisiones totales, si fuera un país, ocuparía el sexto puesto en el ranking de contaminadores globales.
El 8 de julio de 2023, tras dos semanas de encendidos debates y negociaciones, la OMI logró adoptar una estrategia revisada para avanzar en la descarbonización del transporte marítimo. Entonces, se estableció 2025 como fecha límite para definir un instrumento económico (una tasa sobre la que aún no hay acuerdo respecto de su monto y destino, ni tampoco sobre quién administrará los fondos recaudados) y una canasta de medidas técnicas que entrarán en vigor en 2027.
Hace un mes, con el reciente apoyo de Panamá, la iniciativa para establecer un impuesto sobre cada tonelada de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector naviero logró sumar el respaldo del 66% de la flota mundial.
Más dañino que el petróleo
“El transporte marítimo consume un 5% de la producción mundial de petróleo, más que ningún otro país aparte de China y Estados Unidos. Sin embargo, algunos países y empresas están planeando discretamente establecer normas para sustituir la mayor parte de esta enorme demanda de combustibles fósiles por biocombustibles. Con ello se corre el riesgo de causar aún más daños climáticos y medioambientales que con el petróleo, no menos”, dicen las ONG en la carta enviada hoy a la OMI.
Agregan a continuación que “los 176 Estados miembros de la OMI deben excluir los biocombustibles del mix energético de la industria, debido a sus devastadores impactos sobre el clima, las comunidades, los bosques y otros ecosistemas. Estos impactos incluyen el acaparamiento de tierras y aguas, la pérdida de soberanía alimentaria, amenazas a la seguridad alimentaria y daños ecológicos generalizados. En su lugar, la OMI debe dar prioridad a soluciones reales para el transporte marítimo, con incentivos políticos claros, incluyendo la reducción de la demanda y la mejora de la eficiencia”.
“Bicombustibles insostenibles”
En otro de los pasajes, los ambientalistas detallan que, de prosperar, la propuesta presentada por Brasil en la última ronda de negociaciones de la OMI (en octubre de 2024) fomentaría el uso de “biocombustibles insostenibles”.
“Brasil propuso los biocombustibles como solución a largo plazo para alimentar el transporte marítimo. El país es el segundo productor mundial de biocombustibles después de EE.UU., líder en la producción de etanol a partir de la caña de azúcar y responsable del 39% de la producción mundial de soja en 2024, lo que significa que el cultivo de soja ocupa una superficie comparable a la de Suecia. Además, la producción brasileña de aceite de palma también se está expandiendo, y se ha relacionado con la contaminación del agua y el acaparamiento de tierras a gran escala, en gran parte ilegal. Ahora Brasil mira al transporte marítimo como su próximo cliente de biocombustibles, pero los costes sociales y medioambientales vinculados a esta expansión del mercado serían catastróficos”, dicen en la carta.
Por último, las 69 ONG firmantes aseguran que “las soluciones sostenibles para el transporte marítimo están técnicamente disponibles y son viables”, y mencionan que entre las soluciones sostenibles para la descarbonización del sector del transporte marítimo figuran la mejora de la eficiencia energética mediante normas más estrictas y diseños innovadores de los buques, y la adopción de tecnologías avanzadas de propulsión como la asistencia eólica.
“Las decisiones que se adopten en la reunión MEPC 83 (Comité de Protección del Medio Marino) de la OMI, que se celebrará en abril, determinarán si el transporte marítimo internacional logra la auténtica descarbonización que ha prometido o si empeora las cosas impulsando la adopción de biocombustibles”, sostienen antes de hacer un llamamiento a los 176 Estados miembros de la OMI para que “se opongan a la promoción de los biocombustibles en el transporte marítimo internacional y se comprometan con un futuro propulsado por energías limpias”.
Florencia Carbone
Fuente de esta noticia: https://tradenews.com.ar/69-ong-piden-a-la-omi-evitar-el-uso-de-biocombustibles-en-el-transporte-maritimo/
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