

Prensa CEB 9.02.2025. En su homilía del domingo 5 del tiempo ordinario, Mons. Adolfo Bittschi, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Sucre y director nacional de Obras Misionales Pontificias de Bolivia, reflexiona sobre la vocación de Simón Pedro y los primeros discípulos según el Evangelio. Este relato destaca cómo la predicación de Jesús es descrita como «la Palabra de Dios», algo único en los Evangelios. Esta Palabra se hace presente en Jesús mismo, exigiendo una reacción por parte de quien la escucha.
La historia subraya la importancia de la fe en el milagro que ocurre cuando Simón acepta pescar después de una noche infructuosa. A pesar del fracaso inicial, su humildad permite que la Palabra divina se convierta en fuente renovada para enfrentar desafíos con confianza. Esto recuerda las palabras que Jesús solía decir a quienes curaba: «¡Tu fe te ha salvado!». Además, San Pablo enfatiza que toda vocación cristiana nace al escuchar y transmitir el mensaje divino con valentía.
La llamada a ser «pescador de hombres» es un momento crucial donde Simón reconoce a Jesús como Señor y recibe una nueva misión. Esta expresión sugiere tomar vivos a los hombres para llevarlos hacia una vida nueva. Mons. Bittschi anima a todos a acoger esta palabra con humildad para revivir su amor por Cristo y Dios, recordando que todo cristiano debe alimentarse diariamente del Evangelio para cumplir su propia misión apostólica en momentos difíciles.
9 de febrero de 2025, V DOMINGO durante el año litúrgico C, proclamamos el Evangelio según San Lucas 5,1-11.
PEDRO DIJO: “¡SEÑOR, HEMOS TRABAJADO TODA LA NOCHE Y NO HEMOS RECOGIDO NADA! ¡PERO POR TU PALABRA TIRARÉ LAS REDES!”
Queridos hermanos en Cristo: Paz a ustedes.
El Evangelio de hoy narra la vocación de Simón Pedro y de los primeros discípulos de Jesús. 1. El primer detalle: “La gente se agolpaba en torno a Él para oír la Palabra de Dios”. Es la única vez en los Evangelios en la que la predicación de Cristo viene definida como “la Palabra de Dios”. Así, como en la sinagoga de Nazaret, la Palabra de Dios se hace una realidad viva y presente en Jesús. Ella, escrita en los libros sagrados, viene en la persona de Jesús. Lo antes anunciado se cumple ahora en Jesús que exige una reacción a su mensaje. La “palabra” concreta y personal de Cristo hace olvidar a Simón las fatigas y el fracaso: “Hemos trabajado toda la noche y no hemos recogido nada”. Qué Simón fue dócil en ese momento es una gracia del Espíritu Santo. Podría haberle dicho a Jesús: “Si no hemos pescado por la noche, mucho menos vamos a pescar de día”. Así, en la humilde adhesión de Simón, la Palabra de Cristo se convierte en fuente de nueva energía para “remar mar adentro”. Ella hace el milagro, gracias a la fe de quien la acoge.
Lo que Jesús decía a menudo a los que Él curaba: “¡Tu fe te ha salvado!” (Lc 17,19; 18,42; Mc 10,52), podemos imaginar las mismas palabras a Simón después de la pesca milagrosa: “¡Tu fe ha obrado el milagro!”. Vemos la importancia del anuncio de la Palabra de Dios para suscitar la fe cristiana misionera. Toda vocación cristiana nace de la escucha de la Palabra de Dios, primero anunciada y actualizada por Cristo y luego transmitida por sus discípulos. Es lo que dice San Pablo: «Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo» (Romanos 10,17). Es fundamental transmitir el Evangelio con valentía, claridad y fidelidad, incluso a costa de la propia vida como Cristo, los Apóstoles y Mártires. San Pablo se pregunta: “¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar?; ¿cómo oirán hablar de Él sin nadie que anuncie? y ¿cómo anunciarán si no los envían? “ (Romanos 10,14-15a). La pregunta de Dios en la primera lectura permanecerá vigente: “¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?”. Él espera hoy la respuesta del profeta Isaías: “Aquí estoy, mándame”. ¡También será verdad que la Palabra con la fuerza del Espíritu tiene poder para hacer renacer la vida cristiana y apostólica! Nos hace volver al primer amor por Cristo y por Dios. Todo cristiano está obligado a alimentarse de Su Palabra, escuchada con atención, acogida con humildad, realizada con fidelidad, para la propia “pesca milagrosa” que el Señor concede a sus fieles, en los momentos de fracaso, desesperación, pérdida.
“Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador”. Ante el hecho prodigioso, Simón Pedro se siente “pequeño” y lo que dice a Jesús vale una confesión de fe. En efecto, Pedro ya no llama a Jesús “maestro”, sino “Señor”, título de Dios. Por eso, Pedro lo hace de rodillas ante Jesús. La petición a Jesús “apártate de mí” expresa la conciencia de la gran indignidad del hombre que entra en contacto con Dios, como ya se puede ver en las teofanías del Antiguo Testamento como en la vocación del profeta Isaías que, viendo a Dios exclamó: «¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo» (Isaías 6, 1ª Lectura). Este sentimiento de profunda indignidad es el primer paso necesario para poder acoger la llamada de Dios. Será la actitud necesaria para poder vivir la vocación recibida. Por gracia somos llamados, por gracia somos enviados. Y la misma fue la reacción de Jesús frente a Simón, como Dios ante el hombre temeroso de la grandeza divina: “¡No temas!” Esta frase expresa la benevolencia divina que vale como una invitación a regocijarse en Su presencia. Dicho esto, Jesús llama a Simón a comenzar una nueva vida con Él: “desde ahora serás pescador de hombres».
«Pescador de hombres». San Lucas utiliza una expresión original griega para “pescador” que es sugestiva: “aquel-que-toma-vivo” a los hombres. Quiere subrayar la nueva vida en la “pesca de hombres”, como dijo San Jerónimo: «Los peces, al ser extraídos del mar, mueren; en cambio, los apóstoles nos sacaron del mar de este mundo para que pasáramos de muerte a vida» (Sermón sobre el salmo 41). ¿Por qué Jesús quiso llamar primero a un pescador, encomendándole el honor de ser el “primero” de sus discípulos? ¿Y por qué Jesús quiso “pescar” hombres entre los pescadores del lago de Genesaret, para formar su nueva familia a la que más tarde enviará para la misión de evangelizar? San Pablo lo esclarece así: “Lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los poderosos” (1Cor 1,27). Los pescadores tienen que salir día y noche, para enfrentar los riesgos, los imprevistos y, a menudo, incluso los fracasos. Ellos viven sobre la inseguridad de las olas. Es decir, ellos deben poner su confianza y seguridad en Jesús y su PALABRA. Oremos: Dios de infinita grandeza, que encomiendas a nuestros labios impuros la tarea de llevar a los hombres el anuncio del Evangelio, sostennos con tu Espíritu Santo, para que tu palabra, acogida por corazones abiertos y generosos, fructifique en toda la tierra.
Hoy recordamos a SANTA APOLONIA de Alejandría, Egipto, Mártir del siglo III y Patrona de los odontólogos. Se invoca la intercesión de Santa Apolonia cuando se sufre de dolores de diente y muela porque en su martirio los verdugos le rompieron toda su dentadura. También recordamos a la BEATA ANA CATALINA Emmerick, nació en 1774, fue una Religiosa agustina, Mística y escritora alemana. Descansó en el Señor el 9 de febrero de 1824. Desde pequeña tenía visiones en las que se le aparecía principalmente Jesucristo cediéndole su cruz. Cuando tenía 24 años le empezaron a aparecer heridas sangrantes, estigmas. Los últimos años de vida se alimentó solamente con la Eucaristía.
Meditemos los misterios de nuestra fe en el SANTO ROSARIO y oremos por el Papa y su intención para este mes de febrero: Por LAS VOCACIONES a la vida SACERDOTAL, RELIGIOSA y MISIONERA. Oremos por la Iglesia, por la paz en todo el mundo, en Bolivia, en Tierra Santa, en Siria, en Ucrania, en Myanmar y donde hay conflictos graves; paz en las familias y en nuestros corazones; oremos por la conversión de los pecadores, por el fin del aborto, por los enfermos corporales y espirituales y por los difuntos. El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo! Y la Bendición de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda, sobre ustedes y sus familias y los acompaña hoy y siempre.
Pamela Arnez
Fuente de esta noticia: https://boliviamisionera.com/2025/02/09/mons-adolfo-bittschi-por-gracia-somos-llamados-por-gracia-somos-enviados/
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