

Angela María Buitrago , Ministra de Justicia y del Derecho
En un encuentro marcado por la franqueza y la preocupación, la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, expresó directamente al presidente Gustavo Petro su inquietud por el alarmante incremento de la inseguridad en diversas regiones del país. La reunión, que tuvo lugar en un contexto de creciente tensión social, dejó en evidencia las presiones internas que enfrenta el Ejecutivo para responder con urgencia a una problemática que se ha convertido en el clamor de la ciudadanía.
Buitrago, con un tono directo y sin rodeos, señaló que aunque el Gobierno ha avanzado en proyectos de infraestructura defendidos con vehemencia por Petro, la paz y la seguridad siguen siendo demandas apremiantes que resuenan con fuerza desde todos los rincones del territorio nacional. “Podemos construir carreteras y puentes, pero el tema de la seguridad nos lo claman desde todas las regiones. Es una necesidad urgente que no admite postergación”, habría manifestado la ministra, reflejando la creciente preocupación por el deterioro de la seguridad pública.
La declaración de Buitrago evidencia una tensión latente dentro del gabinete, donde algunos altos funcionarios consideran que la agenda de transformación social debe equilibrarse con acciones concretas y efectivas para enfrentar la violencia, el crimen organizado y el aumento de la percepción de inseguridad en las calles.
El presidente Petro, conocido por su firmeza en la defensa de sus políticas, recibió el señalamiento en medio de un clima político complejo, donde la presión social y las expectativas ciudadanas sobre la promesa de un cambio significativo se entrelazan con la cruda realidad de un país que enfrenta desafíos persistentes en materia de seguridad. Este episodio pone de manifiesto no solo la urgencia de replantear estrategias, sino también la necesidad de un liderazgo capaz de escuchar y responder a las voces críticas dentro de su propio equipo de gobierno.
Mientras tanto, en las calles y veredas de Colombia, el eco de esa preocupación resuena con fuerza, recordando que la paz no se construye solo con obras, sino también con la garantía de una seguridad que permita a los ciudadanos vivir sin miedo.
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