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El sector manufacturero colombiano arrancó el 2025 con un impulso significativo, reflejado en el Índice Davivienda de Gestión de Compras (PMI, por sus siglas en inglés), que escaló hasta los 53,8 puntos en enero. Esta cifra, la más alta en un año, contrasta de manera positiva con los 49,9 puntos registrados en diciembre de 2024, marcando una clara señal de expansión en la actividad industrial.
El repunte obedece a un incremento sostenido en los pedidos y la generación de empleo, factores que dinamizan el sector en un contexto desafiante. La mayor disponibilidad de materias primas contribuyó a contener los costos de producción, aunque el impacto de las tasas de cambio desfavorables encareció los insumos importados, presionando los márgenes de algunas industrias. A pesar de estos desafíos, la resiliencia del sector ha sido notable, apoyada por estrategias de adaptación y optimización en las cadenas de suministro.
Andrés Langebaek Rueda, economista jefe del Grupo Bolívar en Davivienda, destacó que, pese al optimismo que refleja el indicador, persisten signos de volatilidad. “La inestabilidad ha sido una constante en los últimos meses, tanto que solo en el primer trimestre del año pasado logramos niveles del PMI por encima de 50 durante tres meses consecutivos”, explicó. Sin embargo, Langebaek subrayó que el actual panorama muestra signos de una recuperación más sostenible, impulsada por la reactivación de la demanda interna y el fortalecimiento de algunos mercados de exportación.
El comportamiento positivo del PMI refleja también una mejora en la confianza empresarial, un factor crucial para la inversión y la planificación a largo plazo. Las empresas han mostrado una mayor disposición para expandir sus operaciones, contratar nuevo personal y aumentar la producción. Además, la implementación de tecnologías emergentes y la digitalización de procesos han permitido una mayor eficiencia operativa, contribuyendo a la competitividad del sector.
Por otro lado, el desafío de las tasas de cambio desfavorables sigue siendo un tema crítico. Las fluctuaciones en el valor del peso colombiano frente a divisas extranjeras han generado incertidumbre en la planificación financiera de las empresas, especialmente aquellas que dependen de insumos importados. Sin embargo, algunos analistas consideran que la diversificación de proveedores y la búsqueda de insumos locales podrían mitigar estos efectos a mediano plazo.
Este resultado sugiere un panorama alentador para la manufactura colombiana en 2025, con una reactivación que podría consolidarse si se mantienen condiciones favorables en la cadena de suministro y una mayor estabilidad cambiaria. La capacidad del sector para adaptarse a los cambios del entorno económico será clave para sostener este crecimiento y fortalecer su papel en la economía nacional.
carloscastaneda@prensamercosur.org
