En este estudio, realizado por investigadores de la universidad británica de Durham y de la francesa de Borgoña, y publicado el jueves en la revista Psychological Science, se llevaron a cabo ecografías 4D en 100 mujeres de 18 a 40 años y embarazadas de 32 a 36 semanas.
Estas imágenes han permitido observar la forma en la que los futuros bebés reaccionan cuando su madre come zanahoria o col rizada.
Ante la zanahoria, los fetos mostraron una “cara riendo”, mientras que los que cuya madre había comido col tenían una “cara llorosa”, afirmaron los científicos.
“Varios estudios habían sugerido que los bebés podían saborear y oler en el útero, pero estaban basados en resultados después del nacimiento. Nuestro estudio es el primero en hacer hincapié en estas reacciones antes del parto”, señaló Beyza Ustun, investigadora de la Universidad de Durham y autora principal del estudio.
El ser humano percibe los sabores combinando el gusto y el olfato. En los fetos, los investigadores creen que el mecanismo podría producirse a través del líquido amniótico del útero.
“Observando las reacciones faciales de los fetos, podemos suponer que pasan una serie de estímulos químicos en la alimentación de la madre en el entorno del feto”, precisó el profesor Benoist Schaal, de la Universidad de Borgoña y coautor del estudio.
“Esto podría tener un papel muy importante en nuestra comprensión del desarrollo de nuestros receptores gustativos y olfativos, así como de la percepción y la memoria con los que están vinculados”, prosiguió.
Según los investigadores, estos resultados podrían contribuir a informar a las madres sobre la importancia de una alimentación sana durante el embarazo.
Los autores del estudio también empezaron a analizar si el régimen alimentario de las mujeres embarazadas podría tener un impacto en las preferencias del bebé después de nacer.