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En una declaración contundente, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, criticó el manejo que algunos países, incluido Estados Unidos, han dado a los migrantes colombianos, subrayando la necesidad de garantizar su dignidad y respeto. “Un migrante no es un delincuente y debe ser tratado con la dignidad que un ser humano merece”, afirmó el mandatario, dejando claro su posición frente a lo que consideró un trato inaceptable hacia sus compatriotas.
Petro reveló que tomó la decisión de devolver aviones militares estadounidenses que llegaron al país con migrantes colombianos deportados. Según el presidente, esta medida refleja su rechazo a cualquier intento de criminalizar a los migrantes o de tratarlos como una carga para la nación. “Por eso hice devolver los aviones militares estadounidenses que venían con migrantes colombianos. No puedo aceptar que sean transportados de esta manera, como si fueran delincuentes o amenazas para la sociedad”.
El mandatario enfatizó que, aunque no puede impedir que otros países decidan deportar a los migrantes, exige que estos procesos se lleven a cabo con respeto y humanidad. «Si ese país los devuelve, debe ser con dignidad, con respeto hacia ellos y hacia nuestro país. No permitiremos que el regreso de nuestros compatriotas sea bajo condiciones humillantes o en aviones militares. Los recibiremos en aviones civiles, bajo un trato digno”.
El Gobierno de Brasil se quejó de un trato «inhumano» hacia decenas de migrantes que fueron deportados desde Estados Unidos hacia la ciudad de Manaos. (Ver Video )
Petro cerró su intervención con una declaración firme que refleja su visión de soberanía y respeto por los derechos humanos: «Colombia se respeta». Este mensaje no solo refuerza su compromiso con los migrantes, sino que también envía una señal clara a la comunidad internacional sobre la posición de su gobierno frente a la protección de sus ciudadanos en el exterior.
La postura de Petro resalta la importancia de abordar el fenómeno migratorio desde un enfoque humano y solidario, al tiempo que desafía las dinámicas de poder que históricamente han marcado las relaciones entre Colombia y otros países, particularmente Estados Unidos.
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