La nueva normalidad de los ríos: desafíos y adaptaciones en la Hidrovía Paraguay-Paraná

En una reciente entrevista exclusiva con Paraguay Fluvial y Logística, el ingeniero naval Gustavo Alonso abordó los profundos cambios que enfrenta el sistema logístico fluvial en la Hidrovía Paraguay-Paraná. En un contexto de bajantes prolongadas y pronósticos climáticos adversos, el experto destacó la necesidad de repensar los modelos de operación y diseño de embarcaciones para adaptarse a una nueva realidad.

Una década crítica para los ríos

La entrevista arrancó con un análisis de la «nueva normalidad» que enfrentan los ríos Paraguay y Paraná. Según Alonso, las proyecciones climáticas apuntan a décadas marcadas por una escasez crítica de agua. “Ya hay estudios con alta certeza que anticipan escenarios estresantes e hidráulicamente complejos en los próximos años”, señaló. Esto obliga a abandonar paradigmas tradicionales, como el modelo americano de navegación que dominó durante años, y a adoptar prácticas adaptativas.

El ingeniero subrayó que la operación de convoyes deberá ajustarse a las nuevas condiciones. “No tratemos de compensar calado con ineficiencias del sistema. Las limitaciones de calado no se resolverán simplemente con un dragado más profundo si los problemas de diseño y logística persisten”, afirmó.

Nuevos diseños para una nueva era

Otro tema central fue el diseño de las 400 nuevas embarcaciones anunciadas por LHG Mining para la Hidrovía. Alonso expresó dudas sobre su adecuación a las condiciones actuales. “El diseño sigue siendo tradicional, con manga de 15 metros y puntal de 14 pies. Pero, ¿para qué quiero 14 pies de puntal si no puedo cargar más de 10 pies de calado? Eso solo aumenta el peso muerto innecesario”, comentó.

El experto enfatizó que no solo se deben rediseñar las barcazas, sino también los remolcadores. “El que no adapte su flota pagará un alto precio en ineficiencia. Por ejemplo, operar un remolcador de 6.000 HP cuando solo se necesita 4.200 HP implica un desperdicio constante de combustible, que puede superar el 30%”, advirtió.

Además, destacó la importancia de innovar en aspectos propulsivos, tecnologías de gerenciamiento y sistemas operativos, áreas que han avanzado poco en las últimas décadas. “No basta con modernizar los instrumentos de navegación; los cambios deben ir más allá, considerando la hidrodinámica, los timones y el diseño específico para cada tramo de la Hidrovía”.

El impacto del aumento de volúmenes

Según Alonso, el aumento proyectado en los volúmenes de carga, especialmente de mineral de hierro y granos, catalizará tanto las eficiencias como las ineficiencias. “El que se adapte prosperará, pero el que no lo haga enfrentará números en rojo. Los grandes volúmenes de carga no perdonan las deficiencias operativas”, explicó.

Este escenario plantea desafíos adicionales en la gestión de los sistemas logísticos. “No es lo mismo operar en el Alto Paraguay, en el Alto Paraná o en los tramos inferiores de la Hidrovía. Cada segmento requiere una estrategia y un diseño específicos”, agregó.

El futuro de la Hidrovía

En sus declaraciones finales, Alonso advirtió contra la dependencia de soluciones simplistas. “El menor calado no se compensa con mayor potencia. Es un error grave que debe corregirse. El enfoque debe estar en adaptar primero las barcazas y luego los remolcadores, y en optimizar los sistemas de rotación de convoyes según las necesidades operativas específicas”, concluyó.

La visión del ingeniero naval pone en evidencia la necesidad de una transformación profunda en la industria fluvial. Los próximos años no solo serán un desafío técnico, sino también una prueba de adaptabilidad e innovación para los principales jugadores del mercado. En este contexto, quienes lideren el cambio y adopten modelos más eficientes tendrán una ventaja decisiva en la «nueva normalidad» de los ríos.