Un nuevo estudio probó altos niveles de prevención al acortar a menos de 5 días la detección y aislamiento de personas cercanas a los casos positivos. Cómo podría aplicarse a otras infecciones.
Los programas de prueba, rastreo de contactos y aislamiento mitigaron con éxito el avance de la pandemia de COVID-19 en algunos países, pero han fracasado en gran medida en Estados Unidos. Es que, aunque se implementaron estos programas, no pudieron evitar las múltiples oleadas de transmisión y pérdida de vidas que ocurrieron desde marzo de 2020.
Ante esto, un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy, investigadores de Ciencias de la Universidad de Texas, en Austin, descubrieron que un retraso de cinco días entre la identificación de un caso y el aislamiento de contactos era el talón de Aquiles de un programa de rastreo en una ciudad importante de Estados Unidos.
Utilizando un modelo matemático para analizar los datos recopilados por el programa entre octubre de 2020 y enero de 2021, el estudio concluyó que acortar este retraso de cinco días a un solo día evitaría un 26,6% más de contagios en determinadas condiciones. Los hallazgos pueden dar opciones para canalizar adecuadamente los esfuerzos de las ciudades para aumentar la efectividad de los programas de rastreo de contactos, incluidos aquellos destinados a mitigar los efectos de las amenazas emergentes.
Este estudio de análisis de lo ocurrido con el coronavirus vale para próximas emergencias sanitarias, dijeron los expertos que participaron. También pusieron como ejemplo la viruela del mono, ante la cual las pruebas rápidas, la notificación de casos y el rastreo pueden formar parte de una política de salud esencial para la contención del brote.
El equipo de UT COVID-19 Modeling Consortium y Dell Medical School creó un modelo basado en datos de un programa de rastreo de contactos utilizando la información recopilada por Dell Med bajo la autoridad de Austin Public Health. Simularon una gran cantidad de estrategias para aumentar la efectividad del programa, incluida la detección de una mayor proporción de casos sintomáticos, el rastreo exitoso de más contactos y la reducción del tiempo que lleva aislarlos.
Estos tres caminos pueden ralentizar significativamente la propagación de COVID-19, pero la viabilidad de cada una dependerá de la disponibilidad de pruebas, personal de rastreo de contactos, instalaciones de aislamiento y otros recursos clave.
Para los investigadores en una pandemia con un virus altamente contagioso, cada día cuenta. En Austin, los investigadores estimaron que el tiempo que se tardaba en aislar a un contacto eran tres días en la universidad, aunque el período se extendía en la comunidad general. Reducir el número de días de aislamiento de cinco a dos significa una reducción de alrededor del 40% de las nuevas infecciones.
“Muchos programas de rastreo de contactos de COVID-19 en Estados Unidos no tenían los recursos que necesitaban para prevenir lo peor de la pandemia”, indicó Lauren Ancel Meyers, profesora de biología integrativa y estadística y ciencia de datos en UT y una de las autoras de la investigación. “La respuesta no es disolverlos, sino fortalecerlos. A medida que miramos hacia el COVID-19 y las futuras amenazas pandémicas, nuestro análisis sugiere que debemos invertir en tecnologías y estrategias que aumenten la velocidad y el éxito del rastreo de contactos”.
Estos programas no solo retrasan la propagación, sino que también recopilan información valiosa sobre el virus y difunden información de salud crítica en toda la comunidad”, afirmó Darlene Bhavnani, profesora asistente de Salud de la Población en Facultad de Medicina de Dell y una de las autoras principales del documento. “Ese impulso del rastreador para hacerse la prueba, incluso si es asintomático, así como la información sobre dónde y cuándo hacer la prueba, puede salvar vidas”.
“Aunque las pruebas de PCR solo toman unas pocas horas, los retrasos en el envío, el procesamiento, el registro y la comunicación de las muestras provocaron pérdidas de tiempo”, completó Xutong Wang, autor principal del estudio y exalumno del Meyers Lab y el consorcio de UT. “Tener registros de salud electrónicos interoperables e integrados y sistemas de vigilancia de la salud pública puede facilitar la notificación rápida de los resultados de las pruebas”. “La viruela del mono es otro ejemplo de un virus en el que las pruebas rápidas, la notificación de casos y el rastreo de contactos pueden ser fundamentales para la contención”, concluyó Bhavnani.
INFOBAE
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