En un contexto de persistente violencia, el presidente Gustavo Petro presentó un balance de seguridad que, aunque modesto, deja entrever un atisbo de esperanza. En su intervención durante la ceremonia de ascensos de 25 oficiales de las Fuerzas Militares en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, el mandatario destacó los avances en la lucha contra los delitos más graves, aunque también advirtió sobre la necesidad de no caer en falsos optimismos.
A lo largo de su discurso, Petro subrayó que las cifras de homicidios, masacres, secuestros y otros crímenes relacionados con la vida humana han disminuido en 2024, lo que constituye una señal alentadora, pero aún insuficiente para transformar de manera decisiva la seguridad en el país. “Este año, caen los homicidios, caen las masacres, cae el número de víctimas en las masacres, cae el secuestro. La mayoría de los delitos ya no son contra la vida, sino contra el patrimonio”, expresó, dejando claro que estos avances son solo un primer paso hacia una Colombia más segura. Sin embargo, el presidente hizo énfasis en que se debe evitar el falso optimismo, reconociendo que la violencia en el país sigue siendo una amenaza latente.
Uno de los aspectos más destacados del discurso fue la leve disminución de homicidios en el país, que ha caído un 1,4% en comparación con 2023, pasando de 13.555 a 12.752 muertes violentas. Si bien el presidente admitió que la cifra aún es preocupante, señaló que se trata de una reducción significativa que refleja los esfuerzos del Gobierno del Cambio en la implementación de políticas públicas orientadas a disminuir la violencia. A pesar de este avance, Petro advirtió que Colombia enfrenta una de sus semanas más difíciles en términos de seguridad: la temporada navideña. “La semana navideña y el fin de año son tradicionalmente los días más violentos del año”, indicó, señalando que, si bien hay una mejora, aún queda mucho por hacer.
El presidente no solo mencionó los homicidios, sino también las masacres, un fenómeno que sigue siendo un doloroso flagelo para el país. Aunque reconoció una disminución del 13% en las masacres, Petro señaló que esta reducción es aún insuficiente, comparándola con las cifras de víctimas mortales en estos episodios de violencia colectiva. “Aunque es una cifra importante, no es suficiente. Necesitamos una caída más pronunciada en el número de masacres y en las vidas que se pierden en ellas”, subrayó.
En cuanto a la recuperación de bienes, el presidente destacó la cifra de 333 mil millones de pesos recuperados, aunque reconoció que esto sigue siendo insuficiente. “Debemos llegar a un billón de pesos. Debemos arruinar a los capos a través de la inteligencia policial”, enfatizó, sugiriendo que los esfuerzos deben intensificarse en el próximo año para quebrar las estructuras criminales del país.
A pesar de los avances, Petro no dejó de señalar las dificultades que aún enfrenta el país en la lucha contra la extorsión, un delito que ha mostrado un preocupante aumento en las principales ciudades colombianas, con Barranquilla destacándose como la nueva capital de la extorsión. El presidente indicó que este fenómeno podría estar relacionado con la caída del narcotráfico, lo que podría estar motivando a los grupos criminales a recurrir a esta actividad como una nueva fuente de ingresos.
El narcotráfico, precisamente, fue otro de los puntos centrales de su discurso. Petro destacó los esfuerzos del gobierno en la incautación de drogas ilícitas, con un récord histórico de 826 toneladas de estupefacientes incautados en 2024. “Es la mayor cifra en el mundo de incautación de cocaína”, celebró, resaltando el trabajo conjunto de la Armada, la Policía Nacional y el Ejército, lo que ha permitido desmantelar numerosas rutas de tráfico y frenar el poder económico de los narcotraficantes. Sin embargo, también reconoció que persisten problemas de corrupción en las estructuras del poder, lo que dificulta aún más la lucha contra el crimen organizado.
En su intervención, el presidente también hizo referencia a las operaciones contra los grupos armados ilegales, revelando que se han realizado 169 operaciones que han resultado en 557 capturas, además de la desarticulación de importantes estructuras criminales, como el “Tren de Aragua”. No obstante, Petro reconoció que, a pesar de estos avances, todavía queda trabajo por hacer en la lucha contra los Grupos Armados Organizados (GAO). La violencia y las extorsiones siguen siendo un desafío en varias regiones del país, lo que deja un sabor agridulce respecto a los logros obtenidos.
Finalmente, el presidente cerró su discurso con un llamado a la acción para el próximo año. “Este año que viene o hay paz, o hay destrucción de organizaciones armadas”, sentenció, dejando claro que, si bien los avances de 2024 son importantes, la tarea está lejos de completarse. Su mensaje fue claro: la paz solo será posible mediante una política de inclusión social y la destrucción de las organizaciones criminales que siguen sembrando terror en el país. La senda hacia la paz, aunque incierta, ha comenzado a vislumbrarse.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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