La vicepresidenta de la República y ministra de Igualdad y Equidad, Francia Elena Márquez Mina, lideró este lunes en Cali la tercera sesión de la Comisión Intersectorial Nacional de Reparación Histórica, un espacio fundamental para saldar las deudas históricas del colonialismo, la esclavitud y el racismo sistémico que aún persisten en Colombia. En el encuentro, se aprobó el plan de trabajo para los años 2025 y 2026, así como los principales lineamientos para la construcción de la Política Pública de Reparación Histórica, una de las apuestas más importantes del actual gobierno para garantizar justicia y dignidad a las poblaciones racializadas y marginadas del país.
Durante la sesión, Márquez Mina celebró los avances alcanzados hasta el momento, especialmente en el sector cultural, donde se han iniciado procesos de reconstrucción de la memoria histórica desde la mirada de los pueblos étnicos. Proyectos como la declaratoria de sitios de memoria en San Basilio de Palenque y San José de Uré, impulsados por el Ministerio de las Culturas, y el desarrollo del Museo Afrocolombiano a cargo del Museo Nacional de Colombia, son ejemplos de un trabajo que, según la vicepresidenta, comienza a darle voz a quienes históricamente han sido silenciados. “Me alegra que el país empiece a entender lo que significa la reparación histórica y los efectos que el colonialismo, el racismo sistémico y la esclavitud han tenido sobre las comunidades afrodescendientes e indígenas. Estamos hablando de reconstruir lo que estas estructuras de violencia histórica destruyeron, de restaurar la dignidad de nuestro pueblo”, afirmó Márquez.
Sin embargo, reconoció que los desafíos son grandes y que aún queda mucho camino por recorrer para que estas acciones tengan un impacto real en la vida de las personas. De cara al 2025, la Comisión Intersectorial definió como tareas prioritarias la formulación del Plan Nacional de Reparaciones Históricas, un instrumento clave para materializar estas políticas, y su articulación con la Política Pública de Combate al Racismo y la Discriminación Racial, incluida en el Plan Nacional de Desarrollo.
Uno de los temas más destacados de la sesión fue la propuesta de involucrar a la Iglesia Católica en los diálogos de la Comisión, en reconocimiento a su papel durante el periodo colonial y los procesos de esclavización. Para Márquez, es fundamental que esta institución participe en la conversación como un acto de responsabilidad histórica. “La Iglesia no puede estar ausente en este diálogo. Su papel en el pasado no puede ser ignorado y es hora de asumir ese legado para avanzar hacia la reconciliación”, expresó la vicepresidenta, generando consenso entre los participantes sobre la necesidad de otorgarle un espacio en la Comisión.
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Al término de la reunión, se definieron tres compromisos centrales que marcarán la agenda de la Comisión en los próximos años. En primer lugar, se aprobó el reglamento interno con la creación de un comité asesor externo conformado por expertos que, de manera honoraria, acompañarán los procesos técnicos y políticos. En segundo lugar, se validó el plan de trabajo 2025-2026, que recogerá las observaciones y sugerencias de las entidades y organizaciones presentes, y será gestionado por la Vicepresidencia de la República en articulación con el Ministerio de Igualdad y Equidad, encargado de ejercer la secretaría técnica de la Comisión. Finalmente, se acordó la realización de un Encuentro Internacional sobre Antirracismo y Reparaciones Históricas en Colombia el próximo año, con el fin de intercambiar experiencias y fortalecer la construcción de políticas públicas reparadoras.
En su intervención final, Francia Márquez reiteró que la reparación histórica no es solo un reconocimiento simbólico, sino un proceso de transformación profunda de las estructuras que perpetúan la desigualdad y la discriminación. “Una política contra el racismo y las consecuencias del colonialismo tiene que permitirnos restaurar la dignidad humana. Estas estructuras se levantaron para someter y expropiar la condición humana de poblaciones enteras, y la pregunta que debemos hacernos como sociedad es si estamos dispuestos a transformarnos para devolver esa dignidad a quienes aún cargan las heridas del pasado”, afirmó.
La sesión concluyó con un llamado al compromiso interinstitucional y a la acción conjunta del Estado para saldar las deudas históricas con los pueblos afrodescendientes, indígenas y demás comunidades étnicas del país. La vicepresidenta subrayó que solo a través del trabajo articulado, el reconocimiento de los daños históricos y la implementación de políticas efectivas será posible avanzar hacia un país donde la dignidad sea una realidad para todos. www.vicepresidencia.gov.co