Medio Oriente: cómo impacta la guerra en la economía de Israel

A más de un año de la guerra con Hamás y con la profundización de los enfrentamientos con Hezbollah en 2024, Israel lleva desembolsados miles de millones de dólares para mantener la presión sobre los grupos terroristas. Pese a los indudables éxitos militares en el Líbano y la Franja de Gaza, el cuestionamiento se centra en las consecuencias que podría causar la continuidad del déficit presupuestario.

Cuánto le cuesta la guerra a Israel

Según las declaraciones al Parlamento del ministro de finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, el costo de las operaciones militares podría situarse en 68.000 millones de dólares, basado en un desembolso diario en torno a los 110-135 millones.

El doctor Amr Algarhi, economista de la Universidad Sheffield Hallam en Reino Unido, predijo que si la guerra continúa en 2025, los israelíes deberían destinar un total 93.000 millones de dólares. De ser así, Tel Aviv gastaría una sexta parte del PIB solo en los conflictos con Hamás y Hezbollah.

La expansión del conflicto en el Líbano provocó un aumento de la previsión a un 7,8% de déficit en el presupuesto (4,1% en 2023), una inflación interanual del 3,6% en agosto, y una caída del consumo en el norte, la zona más sensible a los ataques libaneses. Además, se observó allí un 20% de aumento en el desempleo, más que en otras jurisdicciones del país.

En un contexto general, Israel enfrenta un decrecimiento de la producción debido a los daños de infraestructura causados por la guerra, que se suma a la escasez de trabajadores. Esto se debe al llamado de los reservistas por parte del Ejército y a la prohibición para trabajar en el país a más de 220.000 palestinos de Cisjordania y Gaza.

Guerra en Medio Oriente: las herramientas de Israel para financiar el gasto

Si bien Smotrich sostiene que la economía goza de buena salud, esto depende de varios factores. Primero, la ayuda de Estados Unidos no solo es militar, sino también financiera. La administración de Joe Biden aprobó un desembolso de 14.500 millones de dólares que ahora están demorados y sujetos a revisiones por la llegada de Donald Trump al poder.

Para lidiar con el incremento del gasto, el gobierno de Benjamin Netanyahu emitió bonos que en marzo de 2024 tuvieron un récord de ventas por 8.000 millones de dólares. Este mecanismo acompañado dentro y fuera del país, inclusive por la diáspora, le permitió a Israel financiar la deuda y obtener ingresos frescos que fueron destinados al conflicto en Medio Oriente.

Sin embargo, esta situación es difícil que se vuelva a repetir. Las propias estimaciones del Banco de Israel indican una mayor desconfianza debido a la guerra. Antes del 7 de octubre de 2023, la tenencia de bonos en el extranjero era del 14,4%, hoy es del 8,4%. La misma entidad anticipó que el crecimiento económico podría ser de solo el 0,5%.

Otra señal preocupante es que las tres principales agencias internacionales de calificación crediticia -Moody’s, Fitch Ratings y Standard and Poor’s- rebajaron sus calificaciones de la deuda estatal, de A+ a A, lo que limita su acceso a mercados. Esto se debió principalmente a la preocupación por la falta de estrategia fiscal para solventar el incremento del gasto en 2024 y 2025.

De momento, el gobierno israelí no presentó el presupuesto para el 2025 y se desconoce si habrá recortes de urgencia en otras áreas para financiar la guerra contra Hamás y Hezbollah. De prolongar las operaciones militares, Tel Aviv profundizará la deuda y se ganará un problema grave a futuro.