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Mar. Nov 19th, 2024
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La Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud), liderada por el doctor Giovanny Rubiano, ha tomado un nuevo rumbo en la supervisión del sistema de salud colombiano, intensificando las investigaciones por presuntos desvíos de recursos en el caso de Mario Andrés Urán y la EPS Coosalud. La medida se produce en un contexto en el que varios medios de comunicación criollos han señalado a Urán como una figura clave en la gestión y posible manipulación de recursos del sistema de salud.

La sorpresiva salida de Julio Alberto Rincón de la Nueva EPS, una de las aseguradoras con mayor número de usuarios en el país, marcó el inicio de una serie de movimientos en las EPS intervenidas. La decisión de Rubiano de relevar a Rincón se sustentó en críticas relacionadas con irregularidades financieras y administrativas. Durante su gestión, se registró un aumento constante en las reclamaciones de los usuarios y una demora significativa en la presentación de los estados financieros ante la Supersalud. Este escenario llevó al nuevo superintendente a ordenar un cambio inmediato de los interventores, no solo en la Nueva EPS, sino en otras siete entidades similares.

El panorama se vuelve aún más preocupante debido a las investigaciones que apuntan a Mario Andrés Urán, exasesor de Coosalud, quien presuntamente ejercía un control excesivo sobre las decisiones de esta y otras EPS. Según informe revelados, Urán utilizó el correo institucional de Coosalud para recibir información confidencial de tres aseguradoras más: Emssanar, S.O.S y Asmet Salud, todas bajo intervención por malos manejos financieros. Este hecho encendió las alarmas de la Supersalud, que a través de su delegada de Entidades de Aseguramiento en Salud, ordenó una serie de auditorías sorpresa el 25 de septiembre de 2024, abarcando sedes en Cartagena, Cali, Popayán y Pasto.

Los resultados preliminares de estas auditorías evidencian una posible red de corrupción liderada por Urán, quien, aprovechando su posición, habría redirigido contratos hacia un grupo selecto de Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), concentrando los pagos de manera injustificada y afectando la distribución equitativa de recursos. Además, se descubrieron sobrecostos derivados del pago a terceros para ejecutar funciones propias de los agentes interventores, una práctica que comprometió el uso adecuado de los fondos destinados a la atención de los afiliados.

Otra revelación inquietante apunta al posible favorecimiento de ciertos laboratorios y marcas específicas, supuestamente por instrucciones de Urán en coordinación con otros actores, como Indira Ocando y Tony Negrette. Esta situación habría afectado la imparcialidad en la adquisición de insumos médicos y comprometido la calidad de la atención en el sistema de salud.

Por su parte, Coosalud ha salido al paso de estas acusaciones mediante una carta dirigida al presidente Gustavo Petro, en la que se desmarca de cualquier vínculo con la empresa Venum Investments 2020 y solicita un espacio para aclarar su gestión. La EPS argumenta que su comportamiento como ciudadano corporativo ha sido intachable y se compromete a disipar cualquier duda a través de un diálogo constructivo.

El doctor Rubiano, en tanto, ha anunciado nuevas auditorías forenses a todas las EPS intervenidas, buscando transparentar el uso de los recursos y mejorar los canales de atención a los ciudadanos. En rueda de prensa junto al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, Rubiano destacó que los cambios en los agentes interventores se medirán semanalmente para evaluar su impacto en tiempo real, garantizando así una gestión más eficaz y orientada al bienestar de los usuarios del sistema de salud.

carloscastaneda@prensamercosur.org


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