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Sáb. Nov 16th, 2024
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Imagen @MinAmbienteCo

La urgencia de definir una transición justa y establecer un pacto económico renovado resuena en las conversaciones de la COP29, donde el nuevo objetivo financiero para el Acuerdo de París está bajo la lupa internacional. No se trata simplemente de una actualización de compromisos, sino de una reconfiguración de las reglas del juego financiero que, hasta el momento, han marginado a los países en desarrollo y fomentado tensiones políticas a nivel global. Este contexto subraya la necesidad de un cambio estructural profundo para garantizar una mayor equidad y participación en la toma de decisiones que afectan a todas las naciones.

La esencia del debate radica en asegurar que el Artículo 28 del Acuerdo cobre vida con acciones concretas. El vacío que deja la ausencia de delegaciones clave, como la argentina, lamentablemente, evidencia la fragilidad de un proceso que se debilita sin voces diversas. No contar con todas las perspectivas en la mesa de discusión puede resultar extremadamente peligroso, ya que priva al foro multilateral de una visión integral, impidiendo que se negocien prioridades comunes en un contexto donde la geopolítica marca el compás.

La negación del problema climático y económico, disfrazada con discursos evasivos, representa un obstáculo importante. Es un “espejo de humo” que protege un modelo económico obsoleto, construido sobre la dependencia de combustibles fósiles, y que perpetúa el poder en manos de unos pocos. Precisamente, el tratado sobre combustibles fósiles busca romper con esa dinámica a través de un proceso multilateral justo. La transición energética debe ser equitativa y no impuesta, lograda mediante negociaciones transparentes, no mediante autoritarismo o la manipulación informativa.

A medida que avanzan las negociaciones, los países que se mantienen firmes en la COP29 creen que solo a través del diálogo auténtico se podrá resolver la crisis global creada por un modelo económico insostenible. La historia nos muestra que los desafíos de la humanidad requieren unidad y acciones concertadas, más allá de intereses particulares y de estructuras que, por mucho tiempo, han beneficiado a unos pocos.

carloscastaneda@prensamercosur.org


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